martes, 29 de marzo de 2011

Eran apenas las 8:00...


Eran apenas las 8:00 de la mañana cuando mi teléfono sonó. Era una voz que me parecía familiar diciéndome: Sabes qué maldito, ahora soy feliz. A lo que yo conteste: si, hola, que bien, me alegro, ¿puedo seguir durmiendo?
Sabes qué infeliz, -continuó- mientras vos estabas jugando al rudo destrozándote la cara, me fui a la playa sola, entendiste. SO-LA. Quería repensar las cosas y llegué a la costa, maldita sea y lo primero que hice fue buscar una habitación y felizmente todo estaba lleno ¿sabes porque? Porque un chico salió y me dijo que podía quedarme en su habitación. Le tomó cinco minutos para seducirme y ya para eso estaba enamorada de él…
Y sabes qué –prosiguió- Ni siquiera salimos a la playa, nos la pasamos todo el fin de semana, entendiste, TO-DO el fin de semana encerrados en la habitación, es un animal. Su cuerpo atlético lleno de tatuajes; y sabes qué es lo mejor, que es vocalista de una banda y creo que el si será alguien. No como vos maldito perdedor que sos un fracasado, mira no tenes una carrera terminada, no tenes empleo y ahora tampoco tenes novia. MAL-DI-TO FRA-CA-SA-DO.
Además e un chico atento. Se levantaba para llevarme algo de comer a la cama. Podía cargar con mis cosas. Me daba masajes y hacíamos el amor cada vez que yo se lo pedía. Oye guapa –le dije- y yo que pensaba que el colonialismo había terminado. No sabia que lo que quería eras un esclavo o un sirviente.
Ya ves. Eso es lo que me molesta de vos –gritó- nunca le das importancia a lo que me pasa. Parece que todo te vale verga. Ni siquiera vas a decir que te duele que yo esté ahora con otro. Su voz seguía con una letanía muy bien conocida, entonces reflexione que no tenía porque seguirla escuchando. Arrojé el teléfono al cesto de la basura.
Había una persona menos de quien estar preocupado.

sábado, 26 de marzo de 2011

Tirando rostro


Se me está cayendo la cara, le dije al teléfono. No es que no te quiera verte, es que literalmente se me está cayendo la cara. No, no es por vergüenza aunque decís que ya no la tengo. Es solo que me excedí tomando el sol, por lo que ahora se me esta cayendo la cara. Por eso no puedo ir a verte, es completamente horrible.
Ella colgó abruptamente el teléfono y seguí lavando mi rostro con sábila pensando en curarme lo antes posible. El problema es que entre mas rozaba mis manos por la piel, pequeños pedacitos volaban hasta caer en el piso. Era totalmente preocupante.
Sequé mi rostro y al final decidí salir a tomar una cerveza. Lo bueno de esto es que aun puedo tomar cerveza. Llegue al bar y me senté como siempre en un lugar solitario, en realidad estratégico, es un rincón donde nadie puede llegar a molestarme pero desde donde puedo apreciar todos los movimientos que suceden ahí adentro.
Estaba por mi segunda cerveza y el último de los cigarrillos que me quedaban,  cuando de reojo noté como dos mujeres me miraban mientras se decían algo, eran dos mujeres jóvenes de tez blanca y pelos amarillos, definitivamente no eran de este país;  a veces se daban pequeños codazos y empujoncitos mientras me miraban. Yo, lance una disimulada sonrisa hacia ellas y ellas respondieron con tímidos ademanes de saludo.
Luego se acercaron a mi mesa: ¡Hola! Dijeron. Hola respondí. Wow, le pasó algo a tu cara, es realmente asquerosa. Expresó una de ellas. Es que ya deje de usar mascaras le dije. Te queremos preguntar si tú eres el amigo de  Estela. Supongo que soy uno de ellos. Que bien, podemos acompañarte. Por supuesto. Nosotras somos estudiantes que hemos venido para conocer un poco la historia de tu país y Estela nos dijo que podríamos encontrarte aquí para que nos ayudes. Parece que la cara de objeto antropológico no se me ha quitado pensé para mis adentros.
Estaban las dos estudiantes extranjeras contándome todo su rollo, mientras yo seguía arrancándome pequeños pedacitos de piel,  la cosa se estaba poniendo divertida. Parecía que estaba mutando ahí mismo delante de las chicas que mientras escuchaban lo que les decía con simulada atención,  pagaban mis tragos. Es como estar pagando un espectáculo de circo supuse. Vean al único hombre que puede cambiar su piel sin cirugías. Ni siquiera Michael Jackson lo consiguió.
La velada estaba por acabarse y a esa hora yo estaba completamente excitado. Debo admitirlo, no podía dejar de pensar en llevarlas a ambas a mi casa. Estaba por proponérselo cuando dos tipos rubios, fornidos y bien bronceados, se acercaron cada uno tomo a cada una de las chicas y se plantaron sendos besos. Nos presentaron y dijeron que tenían que irse.
A esa hora quedaba un poco de cara que quitar.

lunes, 21 de marzo de 2011

Sucede que.


Sucede que para que no todo siga igual, amanezcas conmigo y los estruendos de la guerra terminen. Yo que me precio de ser puntual en las citas mas complicadas, esta noche frente a tus ojos clavados en el horizonte, sugiero que me abraces para apagar juntos el cansancio de ser tan solo dos.
Y mientras me combates a felaciones en un castillo del amor, tendida en un colchón que podría ser tan solo un colchón si no estuvieras a mi lado, construyo un futuro donde esté superada una frontera que nos aparta de la posibilidad de vivir.
Y mas en la noche, ante un susurro de bossa nova y malabares, canto a tu oído que merecemos estar unidos. Y me sonreís como si el acuerdo ya fuese establecido, nosotros que decidimos amarnos mas allá de los nacionalismos.   
Pero a un mes de aquella promesa, estalla el odio y tu silencio y recuerdo aquel dia que participé como invitado a tus sensaciones de humana explosión y digo que odio la guerra. Abandonado de este lado reafirmo mi decisión de combatir a tu lado para no sufrir de mas despedidas. Para que no se queden enterradas nuestras promesas, para no huir la vida.