miércoles, 4 de marzo de 2009

Una mirada a la Educación Popular


La crítica entendida como la relación dialéctica de transformar y transformarnos. La acción de tocar fondo para que nuestras prácticas no se construyan en el vacío, ha sido la motivación del Colectivo CEAAL El Salvador para llevar a cabo una serie de jornadas debate con las instituciones miembros del colectivo y otras instituciones invitadas.

Estas jornadas denominadas “Nuestras prácticas institucionales frente a los desafíos de la Educación Popular” se diseñaron con el objetivo de revisar lo que hacemos desde las instituciones a la luz del contexto actual y la teoría de la Educación Popular.

En esas jornadas tratamos de definir un marco consensuado sobre lo que entendemos por Educación Popular y se presentaron experiencias para que fueran analizadas en el contexto actual y dentro del marco de análisis elaborado.

Dentro de las discusiones se reconoció que la Educación Popular implica construir capacidades con el pueblo, con la gente, para que desde esa óptica construir un sujeto conciente, con pensamiento crítico, capaz de tomar decisiones y asumir responsabilidades para su ejecución; el nivel de implicación en la toma de decisiones corresponde al nivel de responsabilidad asumida para ejecutar estas decisiones en una acción coherente.

Nos reta a definir quienes somos, hacia donde queremos dirigir nuestros pasos, hasta donde queremos llegar en las transformaciones, dibujar un horizonte para evitar que nos transformemos en veletas que se mueven al viento que sopla. Y que desde una posición política clara orientemos nuestras acciones.

Reconfirmamos que la clase dominante no se va a preocupar por impulsar una educación liberadora de las clases dominadas por ella misma. La Educación Popular ayuda a que el pueblo perciba y tome conciencia de las injusticias. La educación solo gana fuerza en la medida que se reconoce débil. Se entrega a su labor de clarificación de las conciencias para que los individuos se asocien, se movilicen, para que se organicen para transformar el mundo que reconoce como malo, injusto.

Como educadores hacemos política al hacer educación, acompañamos a las organizaciones populares en su causa liberadora y al mismo tiempo somos militantes de esa causa, porque somos parte de ella. El proceso de transformación implica ubicar, reconocer contradicciones para superarlas.

Cada jornada nos fue dejando nuevos aprendizajes, en la medida que vamos tocando fondo con nuestras experiencias, vamos descubriendo los principales vacíos, limitaciones y retos que nos permitan reorientar nuestra práctica con una mirada mas clara de cual es nuestra apuesta liberadora.

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