Una isla llamada Utopía, Tomás Moro, acusándome de plagio. Ayer busqué una isla sin naufragos para escpar; ahora creo una una donde estarán las personas que han conquistado un poco de mi, digo poco no poque sea realmente poco, sino por ser un poquito de todo lo que aun tengo.
Colecciono los retazos de los amores pasajeros, permanentes, fanáticos. Le doy una que otra puntada con un soplido de ilusión hasta donde el dolor de los días de silencio me permiten, casi sin fuerza, medio agónico, la barca idealizada se embarca en incierto recorrido y grito que es posible y, en sus ojos -y mas allá de sus ojos- los últimos que vi me inspiraron escribir dilemas.
Como cuando ella sutilmente me arrastraba entre su espalda y la pared. Y yo sin un mapa para abrazar su magia carnal.
Erick:
ResponderEliminarDate una vuelta por mi blog, he dejado un premio para tí.
Saludos Fraternos Camarada.
Un Abrazo.