Los claroscuros del ALBA
La presencia de inversiones a partir del proyecto de integración ALBA, ha despertado un recital de alaridos y recelos por parte de los representantes de la burguesía salvadoreña. Recientemente se ha introducido –sino impuesto- a la opinión pública, el cuestionamiento sobre la legalidad con que las empresas que hacen parte de este proyecto actúan en el país.Tal parece que para los voceros de la empresa privada, la libre competencia funciona cuando beneficia al gran capital, ahí es, además de legal y buena, apoteósica; sin embargo cuando no está en las manos de la oligarquía es diabólica, además de perversa.
Como suele ocurrir desde la propaganda burguesa, se presenta la visión autorizada de expertos y estudiosos defensores del libre mercado y del estado de derecho, quienes nos aclaran sobre esos subterfugios de la invasión demoniaca mundial, ahora con cara de chavismo. Tal es el caso actual, en el que la ANEP (Asociación Nacional de la Empresa Privada) ha llevado a un “prestigioso” periodista nicaragüense para advertir sobre los peligros de la invasión del chavismo en los asuntos de la nación a partir del ejemplo de Nicaragua.
Este periodista, jefe de redacción del rotativo nicaragüense La Prensa, ha emitido opiniones sobre su particular forma de leer la presencia de los proyectos ALBA en la vida económica y política de Nicaragua. Con lo cual anda paseando por los medios salvadoreños para colocar sus verdades por encima de las realidades de los países.
Para el caso, en un periódico salvadoreño manifestó su preocupación de que ALBANISA (ALBA Nicaragua S. A.) esté relacionada en los sectores económicos donde siempre han estado empresas relacionadas al capital internacional; le preocupa las relación de ALBANISA con la Distribuidora Nicaragüense del Petróleo, la cual según sus propias declaraciones estuvo manejada ¡por 10 años! por la empresa suiza Glencore ; teme a la consolidación de los monopolios en ciertos sectores de la economía y no menciona –solo para poner un ejemplo- la privatización de la comercialización de energía que se dio en el periodo de Bolaños, dejándola en manos de la empresa española Unión Fenosa, quien actualmente tiene el monopolio en esa área. Así como tampoco la ANEP recuerda que fue en los periodos en los que ARENA gobernó, que se privatizaron las empresas estatales más importantes. Estos sujetos especulan con que el control de una empresa sea la base para crear leyes para que afecten a los oligopolios que están en sus manos; cuando ha sido en los gobiernos areneros que se aprobaron una serie de leyes que beneficiaron solo a la clase hegemónica nacional y que además hacen parte de ese partido.
El periodista nicaragüense, en un programa de televisión habló de la importancia del ALBA solo como recurso para obtener “ganancia política” a través de “programas asistencialistas” entendiéndolas solo como la acción de regalar unas cuantas láminas a unos cuantos pobres; no obstante olvida mencionar que desde el gobierno encabezado por Daniel Ortega y el FSLN, se impulsan programas como el del bono productivo, merienda escolar, usura cero, casas para el pueblo, entre otros programas que benefician a los sectores más empobrecidos. Y que son parte de una política de gobierno, financiados desde diferentes fuentes, incluso de la cooperación internacional al desarrollo.
Como fiel defensor de las libertades democráticas, al señor periodista, le preocupa la nula oposición hacia el actual régimen; reduciéndola a las movilizaciones de algunas ONG que han funcionado con fondos de la cooperación estadounidense y de la Unión Europea, algo parecido a lo que está sucediendo en El Salvador con los “Amigos por la Democracia” donde se encuentra la ANEP junto a algunas ONG que le hacen eco. Y tal parece, que sin el dinero de los adalides de la democracia mundial, no hay posibilidades para atacar a un gobierno que, contradictoriamente, ha aumentado el apoyo popular en las últimas elecciones.
Sin embargo, el miedo a que el ALBA monopolice ciertos rubros de la economía y afecte la libre competencia y los negocios, es desmentido por el mismo. En la entrevista que le hiciera el rotativo salvadoreño, al preguntársele sobre el papel de la empresa privada nicaragüense expresó:
“el gobierno de Ortega no venía con las mismas políticas de los años ochenta. No hay confiscaciones. No hay devaluación. Esto le ha permitido a los empresarios sentirse un poco cómodos. Ha habido mucha suerte de que los precios internacionales de nuestros productos han estado altos. Y, por último, se abrió el mercado venezolano. Empresas como los mataderos y los de productos lácteos han hecho excelentes negocios. La empresa privada decidió que la crítica política no le trae beneficios, así que se dedicó a hacer negocios. Y el Gobierno alentó esto, diciendo que tenía una alianza con el sector privado, que les iba a ayudar. Pero ahora estamos viendo la realidad de las cosas. Ahora que todos los poderes del Estado están copados por el orteguismo, esta alianza ya no es entre iguales, sino que es un sometimiento. Los empresarios no tienen capacidad de exigirle al Gobierno nada. Simplemente, el Gobierno les concede algunos favores, como una graciosa concesión [1] ”.
Tal parece que en el gobierno de Ortega, los empresarios que durante muchos años se adueñaron del país y pusieron los recursos del Estado para su beneficio, ahora son las humildes víctimas de la política económica de este gobierno, a quienes les queda solo dedicarse sigilosamente a mantener sus lucrativos negocios.
A los representantes de la burguesía les preocupa el ejemplo de Nicaragua, donde en la actualidad ha aumentado la inversión extranjera, incluso de muchos empresarios salvadoreños como la familia Poma, que se han refugiado en este país a pesar del fantasma del “orteguismo-chavismo” que asusta a las inversiones. En los últimos cinco años la inversión extranjera en Nicaragua aumentó la participación de la inversión extranjera con compañías de Estados Unidos con US$759 millones, México (US$737 millones), seguidas por las de Canadá (US$524 millones) y Venezuela (US$400 millones) y cuyas expectativas de crecimiento aumentarían con presencia de la empresa china Xinwei que operará en el sector de la telefonía celular e internet, invirtiendo en unos tres años unos US$2 mil millones.
Tal parece, que la preocupación de la ANEP, ARENA, se debe más a intereses políticos de cara a un proceso electoral que se advierte desfavorable a sus intereses. Estos mimos propagandísticos suenan más a una cortina de humo por el controversial caso de LaGeo-ENEL, donde se ha denunciado a varios exfuncionarios y del cual, tanto ARENA y ANEP han tomado una posición contraofensiva poniendo claroscuros al proyecto ALBA.
Nota:
[1] http://www.laprensagrafica. com/Ortega-tiene-el-control- por-una-relacion-mafiosa-
Como suele ocurrir desde la propaganda burguesa, se presenta la visión autorizada de expertos y estudiosos defensores del libre mercado y del estado de derecho, quienes nos aclaran sobre esos subterfugios de la invasión demoniaca mundial, ahora con cara de chavismo. Tal es el caso actual, en el que la ANEP (Asociación Nacional de la Empresa Privada) ha llevado a un “prestigioso” periodista nicaragüense para advertir sobre los peligros de la invasión del chavismo en los asuntos de la nación a partir del ejemplo de Nicaragua.
Este periodista, jefe de redacción del rotativo nicaragüense La Prensa, ha emitido opiniones sobre su particular forma de leer la presencia de los proyectos ALBA en la vida económica y política de Nicaragua. Con lo cual anda paseando por los medios salvadoreños para colocar sus verdades por encima de las realidades de los países.
Para el caso, en un periódico salvadoreño manifestó su preocupación de que ALBANISA (ALBA Nicaragua S. A.) esté relacionada en los sectores económicos donde siempre han estado empresas relacionadas al capital internacional; le preocupa las relación de ALBANISA con la Distribuidora Nicaragüense del Petróleo, la cual según sus propias declaraciones estuvo manejada ¡por 10 años! por la empresa suiza Glencore ; teme a la consolidación de los monopolios en ciertos sectores de la economía y no menciona –solo para poner un ejemplo- la privatización de la comercialización de energía que se dio en el periodo de Bolaños, dejándola en manos de la empresa española Unión Fenosa, quien actualmente tiene el monopolio en esa área. Así como tampoco la ANEP recuerda que fue en los periodos en los que ARENA gobernó, que se privatizaron las empresas estatales más importantes. Estos sujetos especulan con que el control de una empresa sea la base para crear leyes para que afecten a los oligopolios que están en sus manos; cuando ha sido en los gobiernos areneros que se aprobaron una serie de leyes que beneficiaron solo a la clase hegemónica nacional y que además hacen parte de ese partido.
El periodista nicaragüense, en un programa de televisión habló de la importancia del ALBA solo como recurso para obtener “ganancia política” a través de “programas asistencialistas” entendiéndolas solo como la acción de regalar unas cuantas láminas a unos cuantos pobres; no obstante olvida mencionar que desde el gobierno encabezado por Daniel Ortega y el FSLN, se impulsan programas como el del bono productivo, merienda escolar, usura cero, casas para el pueblo, entre otros programas que benefician a los sectores más empobrecidos. Y que son parte de una política de gobierno, financiados desde diferentes fuentes, incluso de la cooperación internacional al desarrollo.
Como fiel defensor de las libertades democráticas, al señor periodista, le preocupa la nula oposición hacia el actual régimen; reduciéndola a las movilizaciones de algunas ONG que han funcionado con fondos de la cooperación estadounidense y de la Unión Europea, algo parecido a lo que está sucediendo en El Salvador con los “Amigos por la Democracia” donde se encuentra la ANEP junto a algunas ONG que le hacen eco. Y tal parece, que sin el dinero de los adalides de la democracia mundial, no hay posibilidades para atacar a un gobierno que, contradictoriamente, ha aumentado el apoyo popular en las últimas elecciones.
Sin embargo, el miedo a que el ALBA monopolice ciertos rubros de la economía y afecte la libre competencia y los negocios, es desmentido por el mismo. En la entrevista que le hiciera el rotativo salvadoreño, al preguntársele sobre el papel de la empresa privada nicaragüense expresó:
“el gobierno de Ortega no venía con las mismas políticas de los años ochenta. No hay confiscaciones. No hay devaluación. Esto le ha permitido a los empresarios sentirse un poco cómodos. Ha habido mucha suerte de que los precios internacionales de nuestros productos han estado altos. Y, por último, se abrió el mercado venezolano. Empresas como los mataderos y los de productos lácteos han hecho excelentes negocios. La empresa privada decidió que la crítica política no le trae beneficios, así que se dedicó a hacer negocios. Y el Gobierno alentó esto, diciendo que tenía una alianza con el sector privado, que les iba a ayudar. Pero ahora estamos viendo la realidad de las cosas. Ahora que todos los poderes del Estado están copados por el orteguismo, esta alianza ya no es entre iguales, sino que es un sometimiento. Los empresarios no tienen capacidad de exigirle al Gobierno nada. Simplemente, el Gobierno les concede algunos favores, como una graciosa concesión [1] ”.
Tal parece que en el gobierno de Ortega, los empresarios que durante muchos años se adueñaron del país y pusieron los recursos del Estado para su beneficio, ahora son las humildes víctimas de la política económica de este gobierno, a quienes les queda solo dedicarse sigilosamente a mantener sus lucrativos negocios.
A los representantes de la burguesía les preocupa el ejemplo de Nicaragua, donde en la actualidad ha aumentado la inversión extranjera, incluso de muchos empresarios salvadoreños como la familia Poma, que se han refugiado en este país a pesar del fantasma del “orteguismo-chavismo” que asusta a las inversiones. En los últimos cinco años la inversión extranjera en Nicaragua aumentó la participación de la inversión extranjera con compañías de Estados Unidos con US$759 millones, México (US$737 millones), seguidas por las de Canadá (US$524 millones) y Venezuela (US$400 millones) y cuyas expectativas de crecimiento aumentarían con presencia de la empresa china Xinwei que operará en el sector de la telefonía celular e internet, invirtiendo en unos tres años unos US$2 mil millones.
Tal parece, que la preocupación de la ANEP, ARENA, se debe más a intereses políticos de cara a un proceso electoral que se advierte desfavorable a sus intereses. Estos mimos propagandísticos suenan más a una cortina de humo por el controversial caso de LaGeo-ENEL, donde se ha denunciado a varios exfuncionarios y del cual, tanto ARENA y ANEP han tomado una posición contraofensiva poniendo claroscuros al proyecto ALBA.
Nota:
[1] http://www.laprensagrafica.
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