Usted
Usted
y sus ojos de infante,
su
risa combustible
que
siempre hace encender la mía.
Usted
que vive en un mundo de volutas...
donde
las luces son juguetonas luciérnagas,
y
conciertos de carcajadas...
Le
diría decir lo mucho que lo necesito,
lo
imprescindible que se ha vuelto,
o
que las mariposas se convierten en fuegos artificiales en mis manos
cuando
usted se acerca...
Pero
no.
No
me atrevo a frenar su travesía sideral
con
trillados temas de adultos.
Usted
siempre será un niño,
nada
más que un niño
dispuesto
a regalar su mejor sonrisa
a
esta niña que juega a escribirle una poesía.
Imaginantes
Imaginemos que soy franca
deslizando la pluma de un nombre
al tuyo;
las letras cambiando el orden
y de secuencia las ideas.
Ahora, que las miradas bajaron su intensidad en una dirección
para aumentar en otras,
me confesaré con tu sonrisa:
Renunciaré a los escudos,
dejaré los acertijos en los bolsillos,
la pluma en el tintero
y las páginas para después;
me plantaré frente a ti
admitiendo sin ceremonias
como desde hace mucho
te volviste imprescindible.
Así, Imaginante mío,
mi única patria serán tus brazos
y la miel de tu mirada mi estandarte.
Imaginemos que soy franca
deslizando la pluma de un nombre
al tuyo;
las letras cambiando el orden
y de secuencia las ideas.
Ahora, que las miradas bajaron su intensidad en una dirección
para aumentar en otras,
me confesaré con tu sonrisa:
Renunciaré a los escudos,
dejaré los acertijos en los bolsillos,
la pluma en el tintero
y las páginas para después;
me plantaré frente a ti
admitiendo sin ceremonias
como desde hace mucho
te volviste imprescindible.
Así, Imaginante mío,
mi única patria serán tus brazos
y la miel de tu mirada mi estandarte.
Memoria
¿Quién
es la víctima?
¿Soy
yo,
con
la tierra entre mis dedos,
la
sangre palpitante y viva,
con
los ojos llenos de tus ojos,
yo
que me multiplico por cientos,
que
voy a morir mil veces,
para
nacer mil veces más,
o
vos, al otro lado del fusil;
con
el miedo en la pupila,
con
el odio sin rostro comiéndote las venas,
vos
que me vas a encontrar en cada vuelta del tiempo
sin
entenderme nunca,
porque
soy polvo y vuelvo al polvo,
porque
mi sangre le pertenece al maíz y a él vuelve,
pero
tu cuerpo es pólvora efímera,
tu
alma es volátil y finita,
¿Quién
es la víctima?
¿Yo,
que le pertenezco a la tierra que me pertenece
o
vos, que vendiste tu alma por la plata que nunca fue tuya?
Miriam
García.
Nace
en septiembre de 1991, en San Salvador; pero toda su vida ha
transcurrido en Soyapango. Escribe desde los 13 años, pero lee desde
mucho antes. Actualmente estudia Licenciatura en Periodismo en la
Universidad de El Salvador.
Ha
publicado algunos de sus poemas en la antología “Retornos” del
taller literario “Serpientemplumada”, de Soyapango en 2009. Ha
ganado pequeños certámenenes de poesía y narrativa en 2008, 2009 y
2012. También colabora con la revista cultural “Contracultura”.
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