lunes, 28 de julio de 2014

MAGO DE LA NOCHE

MAGO DE LA NOCHE



Escarbas con tus garras tímidas el arrebato

del terruño enmohecido de las sombras

profunda la incipiente cama de la nueva era

es el lobby de estos cementerios



Tus manos como dagas de la muerte

ahuyentan el soplido sórdido de la lluvia

y vas cayendo como una temporada

de la serie de tevé que nadie mira

en el rectángulo cóncavo de tus despechos



Arrastras inconsciente los cuerpos adornados

de hilo y un líquido innombrable

en la predicación errante del misterio del adiós



Elevas como un adonis los ataúdes

y te retuerces melancólico los obituarios por el culo



Todos miran pero el mercenario deseo

por el trabajo bien cumplido no te espanta

mas te adornas las coronas florecientes en la entrepierna

y se te ve eyaculando en la sonrisa

de mis viejos dientes que me obligara murmurar la estilista



Arrojas inexpugnable los truenos

de las tablas que me sujetan el grito ecuánime de los muertos

y rellenas con tu semen el sepelio abandonado de cerrojos

cayendo sobre mí los pétalos naranjas de la tarde

en mis ojos abrogados de horizontes



Sugerimos el último beso de aquella canción absurda

que en un coro atorzonado de costumbres

los testigos del fin del mundo nos deparan



Cruzo el inframundo y espero

la canónica promesa de verme la estigmatizada herida

de aquellos niños atropellados de mañanas

frente a tus espejos

(el silente cuerpo)



aterriza en las fauces de la noche entreverada.

Erick Tomasino 

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