Presos políticos y una canción a Reagan
Por: Erick Tomasino.
El contexto socio político de El Salvador entre las décadas de los setenta y ochenta era de alta conflictividad. Con el auge de la lucha popular, aumentó la represión y el encarcelamiento de cientos de personas, pero también fue creciendo la resistencia de aquellos que se oponían a la dictadura militar y promulgaban un cambio.
Producto de la lucha organizada, con una huelga de hambre de los presos por motivos políticos, el 15 de septiembre de 1980 en el recinto del penal de Santa Tecla, nace el Comité de Presos Políticos de El Salvador (COPPES) con la consigna “Hagamos de la prisión una trinchera de la revolución”.
En esa huelga, el COPPES dio a conocer la plataforma reivindicativa al pueblo salvadoreño que contenía ocho puntos:
1] Libertad incondicional a los presos políticos.
2] Esclarecimiento de los desaparecidos políticos.
3] Permitir la entrada a la cárcel de organismos nacionales e internacionales como la Comisión de Derechos Humanos, periodistas.
4] Mejores condiciones de vida para todos los presos.
5] Derogación del Estado de Sitio.
6] Cese a la represión contra el pueblo.
7] Que los jueces militares lleguen al penal para investigar las acusaciones contra cada uno de los presos políticos.
8] No represalias contra los participantes en la huelga de hambre.
Aquella primera huelga duró entre 13 y 15 días…
Pronto, el COPPES llegó a conocerse como “El quinto frente” en relación a los cuatro frentes que la guerrilla del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional había posicionado en el territorio salvadoreño.
El COPPES fue formado por presos que militaban en alguna de las cinco organizaciones político militares que conformaron el FMLN. Como era norma en aquella época, la dirección “unitaria” del COPPES era integrada por un representante de cada una de esas organizaciones; la estructura operativa llegó a contar con comisiones de trabajo como las de alimentación, salud, asistencia social, disciplina, limpieza, de testimonios, de finanzas y de comunicación.
El trabajo del COPPES se extendió a otros recintos penales, Bernabé Reinos, uno de los fundadores del Comité señala que: «En 1981 abrieron el penal de Mariona. Ahí nació una sección de COPPES y también nació una en la Cárcel de Mujeres, donde ubicaron a las compañeras».
El trabajo de denuncia desde el interior de los penales era permanente, desde Mariona, por ejemplo, salían comunicados que describían la situación de violaciones a los derechos humanos las cárceles salvadoreñas.
La experiencia organizativa de los miembros del COPPES posibilitó que se alcanzaran mejoras en las condiciones carcelarias y de -alguna manera- hacer más llevadera la vida al interior de los centros penales sin por ello abandonar la militancia política realizando actos reivindicativos.
Así lo describe Bernabé: «Los domingos eran días de visita. Los convertimos en actos político culturales. Teníamos compañeros que eran músicos y tenían una escuela de música en el penal. Ellos eran los encargados de organizar esos actos dominicales».
Producto de aquel trabajo que incluía la expresión artística, uno de los presos políticos en Mariona compuso una canción llamada Coplas a Reagan. No se sabe bien como, pero aquel tema musical viajó a México y fue retomada por el Colectivo Cultural Guazapa, canción que fue incluida en el mini álbum (o EP) «Señor Reagan oiga usted», publicado por el sello Pentagrama en 1984. En ese disco, la canción fue acreditada en letra como Presos políticos de Mariona.
En este vídeo podés escuchar un trozo de la canción:
Mantener viva la memoria histórica es reconocer y aprender de aquellas experiencias. Es la búsqueda de verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición.
Valorar todas las expresiones de la lucha popular organizada en todos los ámbitos de la vida es una tarea necesaria...
El texto ha sido elaborado con base en el artículo de Elena Freedman: Presos políticos: “El quinto frente” 36 años después. Revista Envío. N° 413, Managua, agosto, 2016.