Erick Tomasino.
Profeta salvadoreño
Cada 24 de marzo las comunidades organizadas en El Salvador y de varias partes del mundo conmemoran el martirio de Monseñor Oscar Arnulfo Romero. Entre los múltiples actos que se llevan a cabo es posible escuchar algunas canciones como testimonio de vida del profeta y mártir. Cercano a la «Iglesia de los Pobres» la figura de Romero trascendió más allá de espacios propiamente religiosos y su compromiso con la verdad y la justicia lo volvió universal. La opción preferencial por las personas empobrecidas, impulsaron a Monseñor Romero a denunciar activamente las injusticias y las constantes violaciones de los derechos humanos, actitud que sostuvo desde finales de los años 70 del siglo XX hasta su asesinato por escuadrones de la muerte el 24 de marzo de 1980. Su vida y obra han inspirado distintas expresiones artísticas, entre ellas, numerosas canciones que nos ayudan a recordar su legado.
Por estas tierras del hambre yo vi pasar a un viajero
Un testimonio es la mediación generalmente verbalizada de quien vivió o presenció un acontecimiento y una audiencia dispuesta a escucharla. Brinda testimonio quien ha sido testigo, es decir, quien conoce, sabe y puede dar cuenta de un suceso. Para la memoria colectiva, el testimonio es una manera expresar los sentires de aquello que se quiere contar y su expresión puede tener diferentes formatos, uno de ellos es el canto testimonial.
En el escenario de la memoria de los pueblos, el canto testimonial es aquella composición que tiene como propósito dejar testimonio. Las canciones testimoniales sirven como «discursos complementarios» (Ritter1) y necesarios sobre acontecimientos históricos y se refiere a «todos los actos musicales y rituales que forman parte del proceso social de recordar y de recuperar, emocional y culturalmente» el acontecimiento. Es complementaria a otras expresiones puesto que la canción es una forma de representar la memoria, una manera de narrarla y de resguardar los acontecimientos significativos para un grupo o dirigirlos hacia una colectividad más amplia que pueda identificarse.
Diferente a otros contenidos de ese gran movimiento de la Nueva Canción Latinoamericana que incluye expresiones más autorreferenciales, estas canciones abonan a las prácticas y ritos de la memoria, relatan eventos, describen hechos y en el caso del canto testimonial sobre una figura «insta al reconocimiento de personajes que constituyen ejemplo de sacrificio a seguir; teniendo un alcance muy amplio en la conciencia y en la memoria social, la figura del mártir» (Scruggs2). En ese sentido, la canción testimonial tiene un tono y posicionamiento político a favor de la memoria sobre un hecho significativo o sobre la vida de un personaje que se considera histórico y ejemplo para la colectividad, pues simboliza sus aspiraciones y acciones.
Símbolo de rebeldía, fue su manera de amar
Son los actos de memoria el principal escenario de la música testimonial. Quien canta o interpreta lo hace ante una audiencia dispuesta a compartir recuerdos a través de las canciones en momentos de homenaje. Por ello es común que en los actos conmemorativos relacionados con la vida de Monseñor Romero, se incluyan aquellas canciones que las comunidades han adoptado como propias de sus rituales memorísticos.
Es en este escenario que la canción testimonial -como discurso musicado sobre un acontecimiento histórico- que la composición cobra significado cuando transmite un relato construido desde, con y para un colectivo. En este canto «más que en otros tipos de música política, las piezas conmemorativas relacionan lo individual y lo personal con el resto de la lucha y con una unidad social más amplia. El sacrificio de cierta persona se convierte en el símbolo hecho por tantos otros cuyas vidas jamás podrán ser relatadas». (Scruggs). El peso de la canción testimonial está precisamente en su mensaje que nos ayuda a conmemorar, esto es, hacer memoria junto con una colectividad que comparte la necesidad de recordar. En este caso el compositor como testigo «es un sobreviviente que testifica por sí mismo, pero también por aquellos que no lograron sobrevivir, por todos los afectados por el acontecimiento» (Sánchez Gómez3). Por ello, la vida de Romero ha inspirado a varios artistas que le han dedicado composiciones musicales.
El pueblo nunca se olvida de tu heroico ejemplo
La primera canción testimonial dedicada a Monseñor Romero de la que se tiene registro es «El Profeta» de Jorge «El Viejo» Palencia. El Profeta fue escrita al momento en el que su autor se enteró del asesinado del Arzobispo y se transmitió por primera vez en el programa ¡Qué pasa en el mundo! de la radio YSAX. La canción sería acogida dentro de las comunidades eclesiales de base y popularizada por el grupo Yolocamba I Ta.
Otros de los primeros cantos testimoniales para el San Romero de América4 son «Homenaje a Monseñor Romero» más conocida como «Símbolo de Rebeldía» del compositor Álvar Castillo y el «Corrido a Monseñor Romero» tema original de los músicos José Roberto Gómez Menjívar y Ovidio Aguilares, también interpretado por los grupos Yolocamba I Ta y Los Farabundos de Guazapa, entre otros.
Las anteriores quizá sean las canciones más difundidas dentro de las conmemoraciones del martirio romeriano, pero también existe otras como por ejemplo: Canto a Monseñor Romero (Luis López Ayala), Proclámenlo Santo (Exceso de Equipaje), Profeta Salvadoreño y Amigo de los pobres (Grupo Horizontes), Beato Mártir de América (Guillermo Cuéllar), Eulogy to Oscar Romero (Jean-Luc Ponty), Romero (The Project), Entre Nosotros (Súper Pakito Chac), Romero (Gilber Cáceres). Y por supuesto están las que se incluyen en el disco «Romero» del año 2000, publicado por Yolocamba I Ta y la asociación Equipo Maíz en el marco del vigésimo aniversario del martirio de Monseñor; este disco incluye las canciones: Oscar compañero (Benjamín Valiente), Canción para un Mártir (Son Tres Cuartos, composición de Carlos Serpas), SLM80: «Seis y cuarenta y cinco de la tarde del lunes 24 de marzo de 1980» (Súper Pakito Chac, letra de Carlos Arévalo) y Rumba a Romero (Yolocamba I Ta).
Es posible que hayan otras más que se suman a una creciente lista del repertorio dedicado a Romero.
Su voz aún se escucha en medio de la milpa y del incienso
La canción testimonial es un medio explícito de recordar acontecimientos históricos o figuras cuyas vidas han sido ejemplares para una colectividad, representa un lugar de memoria que complementa a otras expresiones dentro de los rituales memorísticos; en el mayor de los casos es adoptada por grupos que construyen identidad de grupo y se refuerzan en actos de conmemoración. En el caso de Monseñor Romero, auténtico testigo de la lucha por la verdad y la justicia, la canción testimonial posibilita mantener presente en la memoria colectiva su compromiso con la defensa de los derechos humanos y la necesaria vigencia de luchar por la transformación social.
Santander, 20 de marzo de 2025.
Notas:
1Ritter, Jonathan (2919). La música testimonial ayacuchana: de la memoria a la sobrevivencia. En Música, memoria y educación. Ayacucho: Escuela Superios de Educación Artística Pública "Condorcunca".
2Scrugs, Thomas M. (2006). Música y el legado de la violencia a finales del siglo XX en Centroamérica. Trans / Revista transcultural de música, 10.
3Sánchez Gómez, Gonzalo. (2018). Testimonio, justicia y memoria. Reflexiones preliminares sobre una trilogía actual. Estudios Políticos (Universidad de Antioquia), 53, pp. 1947.
4Así bautizado por sacerdote y escritor de origen catalán Pedro Casaldáliga en su poema San Romero de América, Pastor y Mártir nuestro.