martes, 27 de mayo de 2014

Reseña de Berne Ayalá a La llaga desnuda

Berne Ayalá

Conocí a Erick Tomasino hace muchos años, cuando él era un estudiante universitario de psicología. Siempre me pareció un muchacho de cuerpo débil, le vi caer desmayado un par de veces y pensé que estaba borracho o muriendo de hambre, pero ni una cosa ni la otra. El muchacho es un karateka cinta negra tercer dan. Después sí lo vi caer de borracho, pero esa es una historia que no voy a contar en este momento, porque yo también caí con él.

Lo que intento decir es que ese muchacho flaco de cabellos largos, en apariencia callado, tiene un particular estilo de abrirle las venas al aire cuando escribe.

La literatura la hacen seres humanos. Sobrada explicación es por ello la que nos lleva a encontrar en las historias que se cuentan un poco del sabor elemental de quien las escribe. En la literatura cabe todo el mundo que nos rodea y los espejos en que ese mundo se refleja. El texto “La llaga desnuda” me parece una voz retozando en los bordes de un espejo manchado por la ausencia. Y si eres un vividor de espíritu joven debes leer ese texto.

Sabemos que Charles Darwin está muerto, pero si estuviera vivo se habría quedado sin trabajo. Es innecesario clasificar los artefactos literarios en este tiempo como si se tratara de especies naturales. Eso creo en verdad. La literatura es cada vez menos especie y más anomalía. Las formas que adopta la literatura hoy día son verdaderos Transformers.

Hay en los textos de Erick un detalle que proviene de la crónica, una voz interior que simula la narración autobiográfica, una dosis de distracción que encontramos en algunas novelas cortas, un sentido de angustia generacional propio de la musicalidad que nutre la poesía.

En una época en la que precisamos poner una moneda en la rockola para escuchar que “la vida no vale nada”, la literatura irrumpe con su generosidad hacia esa vida calada de heridas, ahí se sitúa el valor del trabajo de Tomasino: “La llaga desnuda” es la canción para una generación que asesinó el amor y que aprendió a “razonar y sentir” con los “teléfonos inteligentes” (sic erat scriptum).

Escribir es cada vez más doloroso, publicar es un acto de fe y lograr que las personas abran el libro para leer, es un suicidio. En un país que muere todos los días como solo mueren los desgraciados, sin razones que comprender ni locuras que admirar, la literatura es una flor plantada en un resumidero de mierda.

Escribir en este tiempo es un acto de amor. Escribir buena literatura es vivir ante todo, como viven los que saben que lo único que tenemos es precisamente vida, nada más. Esa es la onda que se encuentra en los textos generosos y dotados de oxigeno del flaco Erick, pasión.

La vida que Erick transforma en literatura tiene algo que hemos venido asesinando, la intimidad que habita en los pensamientos más sucios y sinceros de nuestra especie animal, las llagas del alma que necesitan del bolero o del corrido, de la poesía para recorrer las venas contaminadas de la ciudad.
Aleluya!!!

jueves, 22 de mayo de 2014

Presentación del libro "La llaga desnuda"


Presentación del libro "La llaga desnuda" escrito por Erick Tomasino.

La presentación estará a cargo de la escritora Rebeca Henríquez, prologuista del libro y del también escritor Luis Borja, director de THC Editores.

Seguido a la presentación habrá fiesta con música de vinilos a cargo de TokaDisco Social Club.
El libro estará a la venta el día del evento.

La presentación se realizará el día jueves 29 de mayo, a las 7:00 pm en el Café la T (Calle San Antonio Abad, No. 2233, Colonia Centroamérica, San Salvador. El Salvador)


"La llaga desnuda es un arquetipo preciso de todos los extravíos y pretensiones de los jóvenes desencantados que enfrentamos la crisis filosófica de un mundo cada vez menos humano." -Rebeca Henríquez-

martes, 20 de mayo de 2014

Reverso del Arcoiris (15)

Vivo por las tardes
dos o tres horas
de las cuales no quisiera
ser testigo

A veces pienso que estoy vivo
y siento
y soy uno con tu aliento

Resucito cada tres treinta
a la sombra del gentil almendro
cómplice de mi faro en tus misterios

Cuando imagino ser
yo mismo tiemblo

Pero estoy vivo y eso
es ser uno
y más vital
es estar esas dos o tres horas
antes de evidenciar el alba

y fallecer

Reverso del Arcoiris (14)

Envidio mis mejillas
porque han probado
el jarabe bondadoso
de tus labios derretidos
por el calor de estos días

Nadie –incluso yo-
me conoce tanto
y aun así no he sido digno
de protagonizarte un sueño

Manera espontánea
de inventar anocheceres
caen como puñaladas
donde aguardo tu memoria
que van rumbo al abismo
improbable de tus aspas inmanentes

Reverso del Arcoiris (13)

Espantame la tristeza
robame el aliento inesperado
al sentir tu cinestesia en tecnicolor

Matame con tu abrazo celeste
arcoiris intenso que alcanzo imaginario
esperanza y caída
letalmente feliz

Tomás el eco irreverente
gesto angustioso que ornamentas
al pecho inherente
al borde de la tarde

Reverso del Arcoiris (12)

Esta tarde no ha sido alegre
se han borrado las sonrisas

las hojas de los árboles
describen la tristeza que han infectado
mi jardín

No ha llovido,
ojos imitando nubes
censuradas por la preñez de tus fantasías

El horizonte no se moja
como el interior
de tu bosque
donde me he perdido

Y sin tormentas
para esperar su fin
no existe un arcoiris
que me devuelva la paz
que no acordamos cumplir

Reverso del Arcoiris (11)

Se me escapa la aurora
de entre las manos invisibles
sueño inconsciente
de esta loca agonía que te extraño

Salen los hijos del sol
cantando melodías inexistentes
oídos reservados de aliento y cantares

y no tengo ganas
de parpadear tu ausencia

jueves, 15 de mayo de 2014

Reverso del Arcoiris (10)

Sueños como fiel hoja hiriente
corta-venas de anhelos y madrugadas
deseos sin ordenes cumplidas
mentiras improvisadas
de amabilidades derretidas

Raíces conocidas de impaciencias
Sueños que imagino realizados
noche improvisada de caudales pensamientos
afán de descubrimiento y mortaja
deseos extraños al corazón impío
forjados de tejidos
insipientes y descoloridos
dolorosa alegría como gota tímida
pupilas de seres

           inocuos y extravíos

Reverso del Arcoiris (9)

Dame un espacio en la arena
para cantarte maravillado
bandada de ideas
cruzan por la clandestinidad
de los adjetivos que te invento

Caen en mi almohada
perfumada como sangre
con la esencia de tu despertar

agudo e indeciso

Reverso del Arcoiris (8)

A pesar de todo
los compromisos no llegan a ser eternos
duran con la existencia
con la cual han sido creados

Los pactos son fórmulas
de sangre que rigen el pulso sensitivo
como un río tormentoso
desembocando en la costa
sufrida de tu atardecer

A pesar de todo
uno aprende a gritar
que el aliento ensordecido
quema el asterisco temporal
en las constelaciones
visiblemente transparentes
 
A pesar de todo
sigo esta vida
en el deseo fúnebre de tu abrigo

Reverso del Arcoiris (7)

Hoy se ha hecho
demasiado pronto como para no verte
como para deleitar el silencio
con esta mudez fúnebre que me invento

Demasiado pronto
para suspirar recuerdos
recién hechos
en el espacio obsolescente
de nuestras distancias

Demasiado y tan pronto
para alzar la vos
y parir derrotas
que c
       a
       e
       n
en lo más absurdo de mis pensamientos

Hoy es demasiado pronto
para esta melodía del ocaso

lunes, 12 de mayo de 2014

Reverso del Arcoiris (5)

Me he vuelto a la oscuridad
oculto tras el manto sombrío
de tus ojos apagados

Escondiéndome de tu brillo inaccesible
como una quimera
optimistamente mal fabricada

Esta noche soy un fantasma
cubierto de tus manos
de franela destejidas
al ocaso de la verde niebla
como árboles de sombra
desnudas de hojarascas grises

Envuelto y callado de lágrimas
 
sin tu esplendor multicolor
nadie se atreve
a buscarme
el luto desaparecido

Reverso del Arcoiris (4)

Inhalo hierba aturdido
como hechizo asfixiante
en gotas de esencia báquica
ralas y continuas

Labios sedientos de carne
como almohadones descoloridos

Espuma que brota el sorbo amargo
planta durmiente
asco tajante repleto de olvido

Golpe labial que calmas
lo aturdido de mi embriaguez no concebida
sangre que bebo como llanto
obligado de ausencia imprevisto

Reverso del Arcoiris (3)

Denme un cincel
para tallar sobre las nubes
su nombre de exóticos aromas
Sírvanse de aire
las agujas que estancan
su belleza forajida

Denme su pluma
para atraer sus pájaros
hasta la prisión galopante
atestada de sueños

Denme su música
para escuchar sonidos
endulzados de ambientes derretidos

Denme su nombre
para inventar mis anhelos
para callar su silencio
para ocultar mis sentidos
para calmar mis deseos

Reverso del Arcoiris (2)

La sequía de nubes
no han marchitado mi jardín
cada miembro sin trasplante
se ha bordado una imagen tuya

Los chubascos escasos
que han caído en seco por aquí
logran brotar suspiros
que purifican los recuerdos
intactamente guardados
en la selva de mis archivos

De vez en cuando pareciera llover
y es cuando las aves danzan
palabras percibidas desde tu cielo

Tus ojos de agua
nos dejan con la boca árida

y es donde deseamos que llueva
y es cuando deseamos que nos caiga
un aguaje de caricias
una tormenta con choques eléctricos
para que nos golpee un rayo
y nos deje solos sin luz

para cultivar de nuevo el abismo

Reverso del Arcoiris (1)

Lágrimas de carbón
a punto del estallido

Resequedad abundante
rendida ante un sol pálido
muerta en el secreto
del corazón deprimido

Estómago trémulo
se quema de tanto vacío

Mariposas inconformes
raptoras de paz violentas
Ardiendo en fiebre
que irrita propagada
el torrente sanguíneo

Sudor hediondo
se evapora en silencio
sin posibilidad de suspiros

Frío intenso como el rocío
triste
enmudecida
como explosión de furia

Al final
volvés todo tan impersonal

como una erupción
de llanto y sangre

lunes, 5 de mayo de 2014

Los estados de existencia en Caicedo

"Vengo de una raza notable por la fuerza de la imaginación y el ardor de las pasiones. Los hombres me han llamado loco. Lo cierto es que aquellos que sueñan de día conocen muchas cosas que escapan a los que sueñan sólo de noche. Diremos pues que estoy loco. Concedo por lo menos que hay dos estados distintos en mi existencia mental: el estado de razón lúcida que no puede discutirse y que pertenece a la memoria de los sucesos de la primera época de mi vida, y un estado de sombra y duda que pertenece al presente y a los recuerdos que forman la segunda era de mi existencia. Lo que pasa es que soy muy feliz en la duda y en la sombra".

Andrés Caicedo
Angelitos empantanados
(o historias para jovencitos)