viernes, 24 de julio de 2020

Cutumay Camones

Cutumay Camones

Cutumay Camones fue un grupo formado en mayo de 1982. Su objetivo establecido era recuperar las raíces culturales salvadoreñas y proveer de música popular al movimiento de liberación nacional. Este grupo se formó por iniciativa del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), una de las organizaciones político militares que conformaban el FMLN y tenía como tarea ser embajadores culturales para el movimiento de liberación nacional.

Cutumay Camones tomó nombre de un cantón localizado en el municipio de Santa Ana donde tuvo lugar una batalla campal siete días después de la ofensiva inicial del FMLN, el 10 de enero de 1981. El nombre era una manera de hacer homenaje a los caídos en batalla. 

El grupo estaba compuesto originalmente de tres miembros: Eduardo (Eduardo Esteijaert), Gabino y Ricardo, a los que dos meses después se unirían Paco (Francisco Manzanares), Teresa e Israel. En 1984, Lolo también se adhirió, y eventualmente el grupo consistía de cinco miembros permanentes: Lolo, Paco, Israel, Eduardo y Teresa. Excepto por Eduardo e Israel ninguno de los miembros eran músicos antes de juntarse. Cutumay Camones usó distintos ritmos como la cumbia de son clásica y rancheras, e instrumentos como marimba, acordeón y guitarrón.

Paco, el percusionista de Cutumay Camones, explicó lógica que dio origen a la formación del grupo: “Cutumay se formó como otra unidad estructural dentro del partido político. Uno de sus elementos fundamentales era la estrategia de solidaridad internacional. En el ámbito interno, la función del grupo era motivar a los militantes del partido y levantar su moral” (entrevista, septiembre de 1996) (Almeida y Urbizagástegui, p. 10).


La música se tocaba en vivo en las zonas que estaban bajo el control popular (y en Santa Ana, San Salvador y San Miguel en 1988); a nivel nacional, se transmitía a través de las dos estaciones de radio rebeldes (Radio Venceremos y Radio Farabundo Martí) y se difundía clandestinamente por medio de cassettes y cancioneros en las organizaciones populares y revolucionarias. También se presentaron en numerosos actos de solidaridad en otros países. Cutumay Camones fue uno de los grupos de música de protesta más destacados de El Salvador durante la década de 1980. (Almeida y Urbizagástegui, p. 10). De esta época se produjeron cuatro álbumes: Vamos ganando la paz (1982); Por eso luchamos (1985); Patria chiquita mía (1987) y Llegó la hora (1988).

En 1988, también por petición de la dirección del ERP, el grupo se separó oficialmente ante las exigencias de la guerra, sus integrantes asumirían otras tareas. Más tarde, Lolo dejaría El Salvador en 1990. Paco fue asesinado en 1996 por la Policía Nacional Civil y Eduardo muere en 2007 de cáncer.

En 2012, Teresa de Cutumay Camones se uni con los miembros de Guinama, para formar un nuevo grupo. La fusión de estas bandas históricas fue llamada Cutumay Guinama.

Discografía

Vamos Ganando La Paz (1982)
Vamos ganando la paz
Cuando
Santa Ana
La guerra
Radio Venceremos
El machete encachimbado

Por eso luchamos (1985, Paredón Records)

Por eso luchamos
Vamos ganando la paz
Feliciano Ama
Poema del partido
Nicaragua y El Salvador
Comandante Clelia
Brigada Rafael Arce Zablah
Las milicias populares
10 de octubre

Patria Chiquita Mía (1987, Eurosound)
Instrumental
Farabundo
Patria chiquita mía
La paz no es un regalo
Obreros y campesinos
Pueblos americanos
Camaradas del monte y la ciudad
Cumbia de la paz

Llegó la hora (1988)
01. Llego la hora
02. La patria te necesita
03. Don Simón
04. Los fusilitos
05. Hoy nació el día del pueblo
06. Roxana
07. M-16
08. Yo quiero ser combatiente
09. Vámonos al tope
10. La mechuda
11. Dale compañero
12. Díganle que no se meta
13. Los helicópteros

Referencias

Almeida, Paul y Urbizagástegui, Rubén. Cutumay Camones. La música popular en el movimiento de liberación nacional en El Salvador. Red Latinoamericana de Historia Oral.

Fotos de la banda: Linda Hess Miller. http://www.lindahessmiller.com/coppermine/


jueves, 23 de julio de 2020

Banda Tepeuani

Banda Tepeuani

La Banda Tepeuani fue conformada en 1977 y estuvo integrada por varios músicos que desarrollaron su estilo al fragor de la lucha revolucionaria salvadoreña y en la búsqueda y expresión de una identidad musical propia que va desde el folklore latinoamericano, marchas que llaman al combate y pinceladas de latin jazz y del folk. "Tepeuani" viene del nahuatl y significa "ganador de la batalla." El grupo compone la mayoría de la música que interpreta a partir de tradiciones musicales de El Salvador y de América Central.
A continuación reproduzco un texto escrito por el músico, investigador y promotor cultural Godofredo Echeverría quien además fue miembro del grupo.

La Banda Tepeuani

Godefredo Echeverría

Formada a partir de la experiencia durante la campaña electoral de 1976, que culminaría con las elecciones del 20 de febrero de 1977. Como parte de los esfuerzos de la Juventud Comunista de movilizar a los jóvenes artistas: músicos, escritores, teatreros y plásticos, se organizan células con estudiantes del Bachillerato en Teatro, posteriormente se integra una con miembros de algunos grupos musicales, entre los cuales se puede mencionar a Vagido Indio, Simiente, Maquilishuat y Mahucutah.
Con la intención de participar en la campaña, se formaron dos grupos, uno de teatro y otro de música, al de música se le conoció como la Banda de la Unión Nacional Opositora o Banda de la UNO. Ésta se formó con miembros de diferentes grupos musicales con la intención de no poner en riesgo la existencia de los grupos musicales. De esa manera, la Banda de la Uno se constituyó  sobre la base de la identidad política, no musical. La Banda de la UNO acompañó al candidato  presidencial de la UNO: coronel Ernesto Claramount en su recorrido alrededor de todo El Salvador.
Durante la semana del 20 al 28 de febrero, cuando se había llevado a cabo el fraude electoral que arrebató la victoria de la oposición y la devolvió a manos de los militares, el pueblo se tomó la  Plaza Libertad para protestar por el fraude, la Banda de la UNO permaneció en la plaza toda la semana, cantando con frecuencia, durante el día y la noche. En la madrugada del 28 de febrero se  desató la represión, los cuerpos de seguridad asaltaron la Plaza Libertad y asesinaron a varios de los ocupantes. Los miembros dela Banda fueron a buscar refugio a la Iglesia de El Rosario, desde donde buscaron salir en dirección al oriente de la ciudad, es decir, hacia la Terminal de Oriente, rumbo a Soyapango.
La represión recrudeció durante varios meses y la actividad musical quedó abandonada. Debido a que varios de los integrantes de la Banda eran estudiantes de música, del Bachillerato en Artes o de la Escuela Libre, el Departamento de Música del Bachillerato en Artes del Ministerio de Educación era el lugar de encuentro. Después de varias conversaciones se convocó un día de julio al ensayo de un nuevo grupo musical, que posteriormente sería bautizado como Banda Tepeuani.

La Banda Tepeuani inició sus ensayos interpretando música andina, dos de sus miembros construían los instrumentos andinos con materiales locales. Los ensayos eran agotadores, se ensayaba el sábado por la tarde y todo el domingo. Después de varios meses de ensayo, la agrupación estuvo preparada para enfrentarse al público. Tal vez porque la represión era muy fuerte, las posibilidades de hacer vida social eran pocas, en poco tiempo la Banda Tepeuani se dio a conocer en la Universidad de El Salvador, sindicatos, institutos y cuanto lugar público lo permitiera.
Al darse a conocer con un buen nivel de calidad, las invitaciones no se hicieron esperar, llegaban de instituciones educativas, teatros, alcaldías, etc. Debido a ello, el grupo decidió proponerle a Arturo García Vásquez, para entonces actor y miembro del grupo de teatro Tecolote, que se convirtiera en su representante. Esta decisión fue muy importante, pues las actividades se multiplicaron y los recursos económicos empezaron a llegar.
Afortunadamente se había solicitado representar a la Banda Tepeuani a Arturo García Vásquez, miembro del Grupo de Teatro Tecolote, además era miembro del Comité Departamental de San Salvador de la JC, impulsor de una política dirigida al sector de los artistas y de los intelectuales. Como parte de esa política cultural de la JC se promovía la actividad sobre la base de la búsqueda de una cultura nacional, auténtica y popular. Es a partir de la discusión de esos planteamientos que poco a poco el repertorio de la Banda Tepeuani va cambiando, se va enriqueciendo con trabajos propios, además de incorporar algunas piezas del folklore salvadoreño.
La formación inicial de La Banda Tepeuani estuvo constituida por Felipe Mejía, Julio Minero, Alex Martínez, Francisco Astacio y Godofredo Echeverría. Los instrumentos andinos como la zampoña y la quena eran hechos por Julio y Alex, el bombo era de Felipe, posteriormente y con el primer dinero ganado, se compró un charango boliviano marca Orozco en la Feria Internacional, se agregaban unas maracas. Todo el resto del 77 y el 78 se mantuvo la actividad, periodo durante el cual se integró la profesora estadounidense de viola, Kathryn Worsham, quien se mantuvo con el grupo durante varios meses. Posteriormente se incorporó Eugenio Andrade y esa fue la formación que se mantuvo hasta 1979.
Actividades importantes que se realizaron durante este periodo se pueden mencionar rápidamente: participación para la Alcaldía de San Salvador durante la inauguración de las Fuentes Beethoven, participación durante la gala a beneficio durante la inauguración del Teatro Presidente antes de la exhibición de la película Annie Hall, dirigida por Woody Allen. Participación en varios festivales de cantores organizados por MUCAPAS (Músicos y Cantores Populares Asociados Salvadoreños), organización de la cual formábamos parte; participación en el Festival Centroamericano de la Juventud y los Estudiantes en junio de 1978, en San José, Costa Rica. Participación en la delegación al XI Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes llevado a cabo en La Habana, Cuba en agosto de 1978. Conciertos de cámara en la casa del Dr. Carlos Espinal en San Miguel. Concierto en Bar El Águila el 31 de diciembre de 1978, en la ciudad de San Miguel. Temporada de conciertos durante una semana en el Teatro Nacional de San Salvador, con teatro lleno. Musicalización de la obra La otra historia del flautista del Teatro Sol del Río 32, sobre composiciones de Julio César Alvarenga, mejor conocido como El Chele León.
A finales de 1979 la Banda Tepeuani se toma un receso involuntario, debido a dificultades de algunos de sus miembros y la salida temporal de uno de ellos. Alrededor de abril de 1980, se reinicia el trabajo, se incorporan nuevos miembros y termina el permiso temporal. En este momento la nueva formación está integrada por: Francisco Astacio, Felipe Mejía, Eugenio Andrade, Luis López, Erick Trabanino y Rigoberto Osorio, todos ex integrantes del grupo Sol de Usulután.
Se reinician los ensayos, se renueva el repertorio, se participa en acciones de calle en contra de la represión, conocidas como mini‐mítines. Estos tenían la característica de ser preparados con mucha anticipación y muy minuciosamente, se realizaban por la noche en lugar previamente seleccionado, se habría preparado un croquis del lugar, se indicaban salidas de emergencia, se portaban antorchas y quien daba el discurso, debía cronometrarlo. Al finalizar la actividad, cada quien tenía establecida una salida. Eran tiempos de mucha represión y mucho temor, la cantidad de personas asesinadas por los cuerpos de seguridad y los escuadrones de la muerte se contaban por cientos mensualmente y cada día aparecían cadáveres por las calles. Estas acciones buscaban devolverle a la gente la confianza en la resistencia. Se organizaban entre varias células de la JC.
Durante el mes de junio de 1980 se realizó el esfuerzo de grabar una cinta con cierto nivel de calidad. Un amigo nos permitió grabar en su estudio, pero para hacerlo había que pernoctar en el  estudio. Durante ese tiempo había Estado de Sitio y Ley Marcial, había que entrar al estudio a las 6 pm. Y salir a las 6 am del siguiente día. Paralelamente se estaba discutiendo en los organismos de dirección de la JC sobre la posibilidad de iniciar el trabajo internacional de apoyo a la lucha del pueblo salvadoreño, hacía un mes aproximadamente, había salido rumbo a México el Teatro Sol del Río 32 con el mismo fin.


A mediados de julio de 1980, divididos en dos grupos, uno en bus y otro a bordo de un Toyota 1000, la Banda tomó rumbo a ciudad de México. Después de un viaje bastante largo, por tierra desconocida y detenidos constantemente por la policía para pagar mordida, finalmente entramos a ciudad de México, sin saber exactamente a donde ir, ni por dónde. Gracias a la ayuda de Modesto López y de su esposa, Marta De Cea, se pudo permanecer en Tlalpan, en el Albergue CREA, lugar muy tranquilo, limpio, agradable (*).
Después de un mes de permanecer en el albergue, al final del cual hubo que trasladarse al otro extremo de la ciudad, a la colonia Martín Carrera, lugar donde el cura párroco muy solidariamente brindó la bodega de la iglesia para dormir. Después de varias horas de trabajo, de remoción de escombros, tablas, materiales de desecho, quedó un espacio amplio para acomodar a 8 personas, pues Francisco se había casado unos días antes y llevó con él a su esposa. La actividad era muy intensa, pues en ese momento el movimiento mexicano de solidaridad con el pueblo salvadoreño llevaba a cabo muchas actividades en diferentes espacios. Se había constituido el Comité Mexicano de Solidaridad con el Pueblo Salvadoreño bajo la conducción de un grupo de  intelectuales entre los que se encontraban Eraclio Zepeda, Andrés Fábregas, Gilberto López y  Rivas, otros y otras.
Nuevamente Marta, la esposa de Modesto, quien era funcionaria cultural del D.D.F. nos ayudó a realizar varias actividades dentro del programa cultural del DDF, estas actividades eran pagadas y permitían, aparte de tener algo para comer, comprar casetes y reproducirlos con la cinta que llevábamos desde San Salvador y poder venderlos en las actividades. Cuando ni aun así alcanzaba el dinero, íbamos a vender casetes al parque de Chapultepec.
Poco a poco se fue organizando la actividad, había muchas actividades, algunas pagadas y muchas no, pero con el resultado de la venta de casetes, nos propusimos grabar nuestro primer disco.
Nuevamente Modesto, propietario de Discos Pentagrama, indicó los pasos a seguir para producir el primer disco de la Banda Tepeuani. Un amigo de él, David Bakhst, era propietario de Publi Servicios, un estudio de grabación y nos dio precio especial, pero había que grabar después de las once de la noche. En este disco contamos con la linda voz de Eugenia León, quien en 1979 había estado en el Festival Internacional de Teatro de San Salvador, formando parte del grupo Víctor Jara.
La portada de este primer disco titulado El Salvador Vencerá fue pintada por Melquiades Egido, pintor boliviano residente en México por muchos años, el texto de la contraportada fue escrito por el gran escritor Carlos Monsiváis, quien el día de la presentación, también lo leyó.
Producto de las ventas de discos y de los pagos por actividades musicales, se logró garantizar un modesto presupuesto que permitió trasladar la vivienda a las cercanías del aeropuerto, a la colonia San Juan de Aragón. Mucho apoyo, inmensa solidaridad recibimos del pueblo mexicano, de las mujeres, hombres y niños de la colonia Martín Carrera, de su párroco; también en San Juan de Aragón, del Comité Mexicano de Solidaridad con el Pueblo Salvadoreño, ayuda sin la cual no habríamos podido realizar nuestra actividad de solidaridad con la lucha del pueblo salvadoreño.
Era San Juan de Aragón una colonia modesta, pero habitábamos una casa con cuartos, existían espacios compartidos, pero también privacidad. Había que volver a aprender lo que era el hacinamiento, para luego re‐aprender lo que era un poco de comodidad. Todos los miembros de la BT veníamos de familias con una cierta comodidad, con casa propia o en vías de pago, con auto propio algunos de sus miembros, con trabajo medianamente remunerado la mayoría. La música y la necesidad de aportar a la lucha social y contribuir al movimiento de solidaridad con el pueblo salvadoreño nos habían llevado a soportar muchas dificultades.

Primera visita a Managua revolucionaria
En enero de 1981 fuimos invitados a viajar a Nicaragua revolucionaria por el Comité Nicaragüense de Solidaridad con los Pueblos (CNSP). La visita duró una semana y fuimos alojados en una casa de la Colonia Bolonia. Todas las noches se escuchaban marchas gritando la consigna: Si Nicaragua venció, El Salvador vencerá. Participamos en un concierto grande y realizamos visitas a las tropas sandinistas en el norte del país. Volvimos a México y unos días después salíamos para Canadá en una gira de actividades que había sido preparada por el Dr. Héctor Silva, miembro de la Comisión de solidaridad Internacional del FDR-FMLN.

El frío polar de Canadá
Era enero de 1981, al llegar a Toronto hacía un frío de hielo, a pesar de eso encontramos que la comunidad salvadoreña y los comités de solidaridad ya estaban organizados: recorrimos ese inmenso país de oriente a occidente sin dejar ciudad sin visitar. Tuvimos oportunidad de conocer a muchos y muchas compatriotas muy activos en la organización, en Toronto encontramos a Edgardo Escobar, a Hugo de Burgos entonces estudiante, en Montreal a Rolando Gutiérrez; comunidades salvadoreñas muy activas en Regina, Edmonton, Calgary, Red Dear, Vancouver y más. Llegó la invitación del padre Rutilio Sánchez, representante del FDR en España, para continuar la gira y pasar de Canadá a Madrid.

Llegada a España
El 23 de febrero de 1981 llegamos a España procedentes de Canadá, habiendo hecho escala en Londres. En Madrid nos esperaba el padre Rutilio Sánchez, representante del FDR. Al llegar al Aeropuerto de Barajas fuimos sometidos a maltrato por parte de los irrespetuosos policías que habían dado el golpe de Estado y se habían posesionado de las aduanas y aeropuertos.
Después de mucho discutir y habiendo conseguido el apoyo de diputados españoles, instituciones de solidaridad, personalidades, fuimos deportados al Aeropuerto Heathrow de Londres, donde nos mantuvieron en una casa cárcel con la policía las 24 horas. La policía pidió un representante, es decir, alguien con quien entenderse y por unanimidad fui elegido para representar al grupo.
Debía responder a los interrogatorios que me hacían a cualquier hora de la noche, de repente encendían la luz y daba inicio el interrogatorio. Me preguntaban por los instrumentos musicales, por los discos, que porqué decíamos que estábamos en contra del gobierno de Duarte, que ese gobierno era amigo de ellos, que nos iban a deportar a El Salvador. Yo me mantenía en contacto con el representante del FDR en Londres, quien me explicaba que la situación era muy difícil, que lo más probable era que nos deportaran. Finalmente me llamó un día, después de casi una semana de estar presos y me dijo que un comité de solidaridad en Alemania había solicitado al embajador alemán en Londres hacerse cargo de nosotros, responsabilizándose de nuestra estadía. ¡Fue la mejor noticia! Saldríamos ese mismo día desde Londres al aeropuerto de Dusseldorf, donde fuimos recibidos por el Komité Lateinamerika de Bochum. El argentino Luis Tomé y su compañera alemana Uli nos recibieron en el aeropuerto.
(*) Miembros de la BT que llegaron a México fueron: Erick Trabanino, Rigoberto Osorio, Luis López, Francisco Astacio, Felipe Mejía, Eugenio Andrade y Godofredo Echeverría. Julio de 1980.
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Discografía

Por la paz (1982, Topas Produktion)
A1 El venadito
A2 Amanecer
A3 Canción por la Paz
A4 A Morazán
B1 Organízate
B2 Cántame Nicaragua
B3 Madre Tierra

El Salvador Libre (1984, Polypoepka)
A1 Alza tu vuelo
A2 Ven salvadoreño
A3 La sandía en TV
A4 Cueveando
A5 Compañero
A6 Canción para el F.D.R
B1 G.A.R. cantando
B2 Regalo para el niño
B3 El Carrizal
B4 La Televisión
B5 El Torito Pinto

Todos queremos la paz (1985, Estudios Radio Progreso)

La guinda
Anastacio Rey de los Nonualcos
A colaborar
No hay quien nos pare el carro
Todos queremos la paz
Canción de cuna y flor de El Salvador
Como tú

Todos queremos la paz disco de la Banda Tepeuani

Sibemol

La Banda Tepeuani realizó, durante varios meses, la musicalización de varias producciones de la Radio Farabundo Martí, en su campamento de Chalatenango -aunque la ubicación del campamento varió durante el tiempo que permanecimos realizando esas actividades. durante el mes de septiembre de 1984 se realizó la campaña militar "Héroes de septiembre", por fuerzas militares del FMLN y fueron acompañadas desde la Radio Farabundo Martí y la Radio Venceremos con programas especiales que reflejaban un punto de vista crítico sobre la independencia centroamericana.
En ese marco, la dirección de la radio nos encomendó la creación de varias canciones, entre ellas el tema de la campaña que titulamos "Espadas y arcabuces", se incluyó una canción para Pedro Pablo Castillo, originario del barrio La Vega de San Salvador, quien tuvo una visión popular auténtica del proceso independentista, por lo que organizó a la gente de los barrios cercanos y los armó con armas caseras para lanzarse a una verdadera lucha por la independencia, a diferencia de lo que finalmente pasó, que fue una jugada de los criollos a costa de los sectores populares, llegando a redactar un acta de independencia para favorecer a los sectores más ricos de los criollos: independencia, camcio para que nada cambie, pues quienes se mantuvieron gobernando fueron las mismas autoridades españolas.
Posteriormente, el 15 de octubre de 1984 la Banda Tepeuani participó en el primer encuentro de Diálogo entre el FMLN y el gobierno de El Salvador, hecho único que despertó el interés de grandes sectores de la población alreddor de la posibilidad de alcanzar la paz mediante el diálogo. De las palabras pronunciadas por el representante del FMLN en el encuentro se sacó el título del album: "Todos queremos la paz", que fue grabado al siguiente año en La Habana Cuba, en los estudios de Radio Progreso, con acompañamiento de la orquesta de cuerdas del Instituto de Radio cine y Televisión.
Integrantes de la Banda Tepeuani: Erick Trabanino, Eugenio Andrade, Francisco Astacio, Godofredo Echeverría, Guillermo Cuéllar y Rigoberto Osorio.



Referencias
Si Bemol. Todos queremos la paz. Disco de la banda Tepeuani http://latrovata.blogspot.com/2011/09/todos-queremos-la-paz-disco-de-la-banda.html


miércoles, 22 de julio de 2020

El grupo musical Mahucutah

El grupo musical Mahucutah

Godofredo Echeverría


La década de 1970 ha tenido mucha significación para el  posterior desarrollo de la sociedad salvadoreña: heredera directa de la guerra que el Estado salvadoreño declarara al hondureño el 14 de julio de 1969, que tal como dice Clausewitz, “la guerra es la continuación de la política por otros medios”. La guerra de 1969 fue la continuación de las grandes desigualdades provocadas por el Mercado Común Centroamericano que favorecía a la oligarquía salvadoreña en detrimento de la hondureña. Disfrazada con los ropajes de la amenaza que sufrían los compatriotas salvadoreños y sus familias producto de la persecución de los cuerpos de seguridad hondureños, apoyados por movimientos paramilitares xenófobos.
El triunfo de la Unidad Popular en Chile, con la elección de Salvador Allende con un programa socialista-nacionalista, despertó el entusiasmo de grandes sectores de la población salvadoreña, que se expresó en las elecciones de 1972 apoyando la candidatura de la Unión Nacional Opositora (UNO), la cual habría ganado las elecciones que le fueron arrebatadas en beneficio del Coronel Arturo Armando Molina.
La frustración sufrida por grandes cantidades de la población, por la impunidad con la que seguía actuando la Fuerza Armada y la oligarquía y el cierre de los espacios democráticos presionaron a los militares demócratas a tomar la decisión de dar un golpe de Estado para hacer respetar la decisión popular. Figuras como la del coronel Benjamín Mejía, el mayor Pedro Guardado y el ingeniero Manuel Reyes encabezaron el levantamiento que finalmente fue derrotado. Para grandes sectores de la población se hizo evidente la necesidad de tomar el camino de la lucha armada, como única vía para buscar la democratización de El Salvador.
En este marco surge un movimiento cultural, incentivado, paradójicamente, por la creación del Bachillerato en Artes en las ramas de teatro, música y artes plásticas y los programas juveniles implementados por la Secretaría de Cultura, Juventud y Deportes del Ministerio de Educación.
Uno de esos programas promovía la creación musical juvenil en los festivales juveniles de la canción que se iniciaron en 1971. Ese año el festival lo ganó “La Banda del Sol”, formada por jóvenes preocupados por la situación nacional que se expresaban por medio de la canción. En ese grupo se destacaba la presencia de Carlos Aragón, estudiante del Bachillerato en Artes en la rama de Música.


El año siguiente el festival fue ganado por el grupo Mahucutah, cuyo antecedente directo fue el Dúo Etcétera, formado por la poetisa Claudia Hèrodier, su hermano Luis y su primo Gustavo. Posteriormente se integraron otros jóvenes como el hoy siquiatra, Ernesto Urquilla, hijo de uno de los discípulos del guitarrista paraguayo “Mangoré”.
Mahucutah es el 4º intento de los dioses creadores y formadores de la cosmogonía maya-quiché, Tepeu y Gucumatz.
Mahucutah era el hombre nuevo, de madera rústica y todavía no acepillado. La elección de este nombre indica la orientación del grupo: contribuir musicalmente a la creación del hombre nuevo, por lo que, musicalmente su producción busca un sonido propio, acústico, que se alejara de la música juvenil de formato electrificado. Una de las características fundamentales del grupo es el trabajo vocal a varias voces.
Durante los primeros años 70s los jóvenes universitarios y estudiantes de secundaria cultivan el sigilo para poder escuchar música con textos y poesía que hablan de la esperanza del Sur, de Allende y de los movimientos sociales de Argentina y Uruguay. De esa manera se conocen las canciones de Daniel Vigllietti, Isabel y Ángel Parra, el Quinteto Tiempo, Los Guaraguao, Víctor Jara, Inti Illimani, Quilapayún, el Dúo Quelentaro y otros.
La actividad del grupo Mahucutah se extiende desde las reuniones estudiantiles y universitarias a los actos de los sindicatos que en ese momento se nuclean alrededor de la Federación Unitaria Sindical Salvadoreña (FUSS) y posteriormente constituyen la Confederación Unitaria de Trabajadores Salvadoreños (CUTS). En estos esfuerzos la figura del dirigente sindical Rafael Aguiñada Carranza es muy importante.
A partir de 1976 se inicia un esfuerzo de acercamiento de los cantores y grupos salvadoreños que desemboca en la creación de Músicos y Cantores Populares Asociados Salvadoreños (MUCAPAS), que se propone profundizar la organización y el vínculo entre los cantores y los sectores populares de la sociedad salvadoreña, se realiza un programa de actividades que incluyen festivales colectivos en diferentes lugares del país, un programa de radio que se transmitía los domingos por YSAX (la radio del arzobispado), se realizan grabaciones para la televisión educativa, además de las actividades que realizaban los asociados de manera individual.
1977 es el año que marca el final del grupo en El Salvador, Luis, su director se había marchado a realizar estudios fuera del país, Karen, su esposa, se marchará el año siguiente a encontrarse con él y a continuar sus estudios.
El Festival latinoamericano de Solidaridad con Chile se realiza en San José Costa Rica y tiene entre sus participantes al grupo Mahucutah que había llegado desde El Salvador. Ese año, también, el grupo alterna con el Quinteto Tiempo que llega desde Argentina. Los integrantes de Mahucutah en ese momento son: Karen Granadino, Mauricio Valdés, Guillermo Cuéllar y César del Cid.
Al reencontrarse en Moscú Luis Hèrodier y Karen Granadino, se fortalece el esfuerzo que desde 1973 venía realizando Luis con la formación, inicialmente, del grupo Los Latinos, que posteriormente pasó a llamarse Mahucutah, fortalecido con la presencia del teatrista salvadoreño Alberto Celarié y de otros estudiantes del Conservatorio Tchaikovsky. Con la colaboración del poeta Heriberto Montano se crea el texto de la Cantata de Luz y Lucha, con música de Luis Hèrodier, grabada con todo el grupo en 1980, en los estudios de Radio Moscú.
Entre los numerosos integrantes del grupo Mahucutah a lo largo de su historia se pueden mencionar, además de los ya nombrados: Virginia Peña, Tony Martínez, Claudia Hèrodier, Gustavo Hèrodier, Julio Molina, Rúrico, Carlos Aragón, Carlos Balaguer, Ernesto Urquilla, Carlos Corpeño, Coqui Hasbún.
Virgina
La producción musical de Mahucutah desde sus inicios busca integrar al ser salvadoreño a la historia, mediante la toma de conciencia de su explotación en su actividad laboral, como en Hermano, canción que inserta al campesino en la historia de la dignidad y de la lucha de los salvadoreños y salvadoreñas; Pelea –mejor conocida como Pelea hombre pelea- es un llamado a incorporarse a la lucha en términos humanos, a enfrentar los hechos de una manera activa, compuesta por Virginia Peña. Cargamento, también compuesta por Virginia llama a solidarizarse con el sufrimiento de los explotados de América Latina: “Traigo los pies lacerados de millones de explotados, de tristes niños sin pan…”. “Quién quiere este cargamento, pa´que pueda yo un momento tomar aliento, un cargamento de sangre…”.
La Trinidad, de Carlos Aragón, con un estilo claramente bluesístico establece una comparación muy sintética:
“donde yo vivo,
es como una hacienda,
donde el cultivo
no es de quien los siembra”.
“Y pasan los años
y suben las ventas,
pero mi salario
Ya no me sustenta”
Viento, de Luis Hèrodier, con un arreglo vocal que duplica con una voz femenina una octava más alta, la voz principal y con una sonoridad cercana a la del grupo español Agua Viva, cuenta:
“Viento que sopla trae esperanza
pídele amores que lleva el alma,
también recuerdo la fe perdida
barre las hojas muerde la palma”
“Viento que sopla trae en el aire
que lleva sangre de mis hermanos
que tiene grito, que sabe a hambre
que guarda vida de aquel que ladra”.
Estas canciones expresaban el descubrimiento del sufrimiento de los pobres, la solidaridad, el identificarse con ese sufrimiento y compartirlo, la esperanza por un mundo nuevo, el llamado a luchar. Estas canciones sonando en los tempranos 70s, con su carga de desgarramiento personal, con la búsqueda por hacer algo para cambiar las cosas, muestran una nueva actitud sobre el canto, es cantar con todos, cantar luchando y luchar cantando, no es casual que varios de los miembros del grupo se vincularan directamente con la lucha popular y sus organizaciones político-militares y una de ellos entregaran su vida en el combate militar: Virginia Peña –capitana Susana- y uno más, Julio Molina, fuera jefe de las unidades logísticas del Frente Central Modesto Ramírez en Chalatenango, del movimiento guerrillero salvadoreño.
Estas canciones nunca fueron grabadas profesionalmente, sin embargo, es posible documentarlas a través de grabaciones de ensayo o en el estudio de la televisión educativa.
Pueden ser escuchadas en www.si-bemol.org .
San Salvador, 18 de agosto de 2011.



El Salvador 1932: Cantata de luz y lucha

SI BEMOL

Producto de la colaboración entre el poeta tecleño Heriberto Montano y el compositor Luis Herodier, se llevó a cabo, a  finales de los años 70s, la Cantata de Luz y Lucha o Cantata sobre 30 mil cadáveres. En esa época, tanto el poeta como  el músico eran estudiantes en la Unión Soviética, uno en historia, el otro en música.
Para la elaboración del texto llevaron a cabo una investigación documental con las fuentes a su alcance, que en esos años y a esa distancia no eran muchas, sin embargo los autores habían tenido la oportunidad de conversar en varias ocasiones con Miguel Mármol, sobreviviente de la masacre, quien con su extraordinaria memoria era capaz de alumbrar la oscuridad debida a la falta de información.
En corto tiempo el poeta había escrito un texto, que fue revisado entre ambos y perfeccionado hasta que quedaron conformes. Posteriormente y haciendo gala de mucha disciplina, Luis Herodier se dispuso a elaborar la música. Debido a que el compositor estudiaba en la escuela de música del Conservatorio Tchaikovsky, pudo contar con la ayuda de latinoamericanos de diferentes paises que contribuyeron a enriquecer la orquestación de la obra, que incluye violines, cello, flautas, guitara, percusión y voces.
A los pocos meses de la llegada de Luis Herodier a la escuela de música, se dedicó a formar un grupo de música al estilo del grupo que había formado en El Salvador y que había logrado reconocimiento público por su calidad musical y los textos de las canciones, este grupo llevaba el nombre de Mahucutah, nombre tomado de la mitología maya-quiche, expresada en el Popol-Vuh, donde Mahucutah aparece como el último de los cuatro intentos por crear el hombre nuevo. Mahucutah era el hombre recién creado por los dioses, tanto que aún no había sido cepillado ni pulido.
En Moscú se creó un grupo musical bajo el nombre de Mahucutah que cantaba canciones salvadoreñas, latinoamericanas y composiciones propias.
Este grupo formado por: Alberto Celarié, Karen Granadino, Luis Herodier y Alvaro Manzano, de Ecuador,  se dedicó a ensayar la obra, la cantata es una obra compleja que incluye recitados con mucha fuerza dramática, puentes instrumentales y las canciones que han sido muy bien elaboradas, tanto poética como musicalmente.
Esta obra fue grabada en los estudios de Radio Moscú, en 1980 y posteriormente prensada en un disco de acetato de 33 RPM, en  la República Democrática Alemana.
El contenido del disco se puede escuchar al hacer clic sobre cada enlace.