viernes, 16 de abril de 2010

Feudalismo guanaco.

Recientemente me he venido preguntando si El Salvador aún sigue siendo un Estado feudal. Noticias recientes nos dicen que somos campeones en deportes como Equitación, Tiro con Arco y Esgrima, habría que esperar a que la pesca con arpón sea deporte olímpico; porque de gritar y salir corriendo con corvos, cumas y demás objetos “corto punzantes” (las espadas criollas) ya han demostrado nuestra habilidad salvadoreña. Con tanta medalla de oro en los juegos centroamericanos se podría establecer un ejército que “por deporte” invada los Estados vecinos. (Algo así como inversiones Roble, Poma y la familia Kriete).
Además de que hace poco nos dimos cuenta que tenemos como representante casi monárquico con “todos los poderes” a un sujeto bautizado por el clero mediático como “Mauricio XIV”, el cual ha venido ejerciendo el papel casi absoluto del Estado.
Este día venía haciendo mis cavilaciones matutinas, con eso de que desperté a las 7:38 de la madrugada, cuando en el autobús en que viajaba (que no era nada como un carruaje) fue abordado por un sujeto desconocido, con biblia en mano, para que durante media hora, me recordara lo desdichado e infeliz que soy y que no tengo esperanza alguna ni aquí en la tierra como en los cielos. De vuelta a la época medieval pensé. Si le confieso mi ateísmo me va a condenar a la hoguera.
Por si fuera poco, no bastó con el susodicho, sino que inmediatamente después un presunto pastor perteneciente a la iglesia “príncipe de paz” (ojo, otro cargo monárquico) abordó la misma unidad de transporte público para ofrecernos el “reino” (ibíd.) de los cielos por la sencilla cantidad de lo que fuera mi voluntad. Y ahí entendí que es más barato ir al cielo que al concierto de los Guns n´Roses. Pero como últimamente nada me motiva, no fui ni a uno ni aun he decidido ir al otro.
Y quizá por mi nula conciliación con el “todopoderoso”, en la carretera que de Santa Ana conduce a San Salvador, a la altura del kilómetro ¿?, sujetos fuertemente armados identificados como miembros de la PNC, hicieron parada al vehículo de transporte, para mientras inspeccionaban la unidad, uno de ellos intempestivamente subiera dirigiéndose a mi persona para indagar sobre el contenido de mi mochila y, sin mayor conciliación, levantar mi camiseta, presumiblemente en busca de tatuajes que identificaran mi afiliación demoniaca. Al no encontrarlos bajó de la unidad. Ya el castigo moral había sido realizado.
Así, con todo esto, imposición religiosa y persecución a los herejes, en un estado dominado por un monarca de estado modernizante, se podría decir que están madurando las condiciones para ¿una reforma como la de Lutero? O ¿una revolución burguesa? Como diría el predicador del bus, así no hay esperanza alguna…

1 comentario:

  1. ERICK:
    Todo lo que dices tiene mucho sentido… para muestra me pongo yo como ejemplo: hace poco me invitaron a un concurso de poesía que estaba conceptualizado en la época medieval y yo ni lento ni perezoso acepté, aunque claro está que no gané el susodicho torneo porque tuve que conformarme con llegar a los cuartos de final, pero algo es algo, será nuestra propensión a la pendencia la que nos lleva a aceptar competencias de ese tipo…?

    Saludos Fraternos.

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