jueves, 3 de febrero de 2011

Buenas noches hasta mañana

Apago la luz y olvido desenmarañar mis noches. Esta tarde al alejarte dejaste tirado el recuerdo que pensé te había bordado en el pecho, o en la cabeza, o en el pequeño dedo con que urgas tu nariz luego de fumarte un porro.
Ya me lo imaginaba. Ni cuenta te diste que de regreso a casa quize lanzarme desde el taxi y besar el pavimento. Ya mis labios solo sabían al concreto que alfombra este pedazo de paí s que todo lo niega.
Y al final no todo fue tan malo, me consuelo entre las sombras y este ruido agudo que rodea mis elucubraciones me lo secunda. Al final sentir dolor es humano, sentirse triste también lo es. Según dicen eso me hace ser mejor persona y creo que aún lo soy. Aunque el reflejo de la noche no me deje ver hacia qué me dirijo con mi resignación.
Bajo por las gradas en busca de una cerveza y me venís a la mente. Uno no puede tener todo lo que se desea y me voy dando cuenta que tampoco tengo un tatuaje, y pienso que es lo mejor, y que si el del taxi no me detiene, estaría lamentándome en un hospital, con mas cicatirces de las que ya tengo, y que quizá te hubiera interrumpido un buen polvo y que no me lo perdonarías nunca, sobre todo porque ese era tu último polvo en este pais del "sex, sand, sea and sun". Y entonces no me dirijás la palabra nunca más. Y quizá no te vuelva a ver.
Así que mejor regreso a mi cama. Mañana llamaré a alguna de tus amigas para preguntar como finalizaron la noche. Y vuelva a transitar por estos caminos como si tampoco hubieras existido. Al final en este país lo que mejor tenemos es una mala memoria. Yo no soy la excepción.

No hay comentarios:

Publicar un comentario