martes, 7 de abril de 2020

Cuando fuimos a ver a Luis Eduardo Aute


Por: Erick Tomasino

Año 2003. En Brasil, Lula asumía la presidencia dando un giro a la geopolítica latinoamericana y mundial. Protestas a nivel global en contra de las políticas guerreristas del gobierno de George W. Bush que, en su retórica lucha contra el terrorismo, iniciaría la invasión a Irak el 20 de marzo, la cual fue encabezada por el ejército de los EEUU y apoyada por otros gobiernos títeres. El Salvador era gobernado por Francisco Flores quien hacía apenas dos años antes (enero del 2001) había emitido la Ley de Integración Monetaria que no era otra cosa que la dolarización de la economía. Los movimientos y organizaciones sociales buscaban parar los intentos de privatización de los servicios de salud en unas impresionantes acciones conocidas como las “Marchas Blancas” que habían reactivado al movimiento popular. Ese es el contexto en el que nos encontrábamos.

En la Universidad de El Salvador, nuestra organización trataba de consolidarse y ganar espacios en la vida cotidiana y política, aunque las autoridades nos seguían considerando un par de “gatos locos” o nos llamaran de forma despectiva como “los peluditos de Agefmo” (por la particular característica que de aquellos pocos estudiantes organizados, un buen porcentaje llevábamos cabellos largos). Había mucha movida por la temporada de elecciones y nosotros aprendíamos a sobrevivir en esa dinámica y la voracidad que conllevaba.


Pero también ese año estaría lleno de anécdotas muy significativas para un grupo de jóvenes idealistas con rasgos de revolucionarios, como éramos. Una de ellas sucedió cuando tuvimos la oportunidad de asistir al concierto del Festival Verdad para ver, entre otros artistas, a Luis Eduardo Aute.

El Festival Verdad era una iniciativa del Instituto de Derechos Humanos de la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas” (IDHUCA), el cual estaba dedicado a “la verdad y a la promoción de los derechos humanos”, este se venía realizando desde 1998. Aunque este festival se componía de diversas actividades, una de las más promocionadas era la del Concierto del Festival Verdad, al que muchos sencillamente le llamábamos de “Festival Verdad”.

Para marzo del 2003, la UCA había anunciado una cartelera de por sí llamativa y que prometía ser uno de los conciertos más memorables de nuestras vidas. Aquella edición que además integraba a los grupos nacionales Son Tres Cuartos, Talticpac y Exceso de Equipaje, completaba su cartelera con nada menos y nada más que al músico argentino-costarricense Adrián Goizueta, al grupo argentino Quintento Tiempo y al músico español Luis Eduardo Aute.


Si no mal recuerdo fue Ronald Gálvez a quien le encargamos la compra de los boletos, pues él era nuestro representante ante la Asamblea General Universitaria (AGU) y por tanto viajaba al menos una vez por semana hacia San Salvador. Este mismo había sido el que nos había prestado un CD que andaba de mano en mano y que muchos reprodujimos de forma pirateada. Era el disco “Mano a Mano”, un álbum grabado en vivo de un concierto que Aute había realizado junto al músico cubano Silvio Rodríguez en Madrid en 1993. Ese disco sonaría muchas veces por los altos parlantes de la facultad en lo que era nuestro “sonido local”. Por cierto, la edición que teníamos en nuestro local, llevaba una carátula que yo había mecanografiado con mi máquina de escribir.



Fue un 29 de marzo en el que un grupo de compañeros y compañeras nos dimos la posibilidad de asistir a aquel concierto. En esa época buscábamos vestirnos lo más hippies que podíamos, algunos con gorros andinos de lana, otros con chalinas guatemaltecas, cotones de algodón, morrales y uno que otro con sandalias de cuero, las prendas traídas de Guatemala nos daban ese carácter revolucionario y “autóctono” de la época. Jóvenes contestatarios que entre otras cosas, tratábamos de evadir las normas que una universidad jesuita quería imponernos, pero eso merece otra plática.  

Llegamos a la UCA con aquella emoción que surge al saber que asistirás a uno de los eventos más importantes de tu vida. Al llegar nos encontramos con amistades que se fueron construyendo en distintos contextos pero que nos unía el gusto por la música de aquellos artistas, porque también hay que aceptar que aquellos festivales eran un espacio para reencontrarte con personas que no verías si no solamente ahí. Así, en las horas previas, sentados en una gramita, la prueba de sonido ya emocionaba “Yo te quiero con alevosía” cantaba una mujer a quien parecía acompañarle la voz aguda y reconocible de Aute, pelos de punta. Primer aviso.

Después de un casi imperceptible retraso, el concierto por fin daba inicio, con los grupos nacionales encendiendo la euforia de la asistencia, consignas contra la privatización y contra la guerra. Después era el turno de Adrián Goizueta siempre muy minucioso en su presentación, emocionaba con canciones como “Compañera” y “¿Sabes qué?” o “Farabundo”; después un Quinteto Tiempo incendiario cantando “El río está llamando”, “Canción con todos” y el “Himno de la Unidad” que ponía a todas las personas asistentes a corear al unísono, para finalmente dar paso a Luis Eduardo Aute.

Con un ambiente más relajado que sus predecesores, su repertorio contaba con aquellos temas de nuestro tan gustado disco, temas como "Las cuatro y diez", "Cada vez que me amas" y "Sin tu latido" o “Dentro”, combinada con “Alevosía” “Alas y balas”, “Anda”, “Al alba”, “La belleza” y “Slowly” complacían los gustos de las varias generaciones que en una marejada de emociones se entremezclaban. Aquellos temas que más de alguno “cantaba” a lo más que los gritos le permitieran, fundidos en abrazos fraternales, risas con las ingeniosas bromas que Aute aprovechaba a lanzar y embriagados de música (y también de alcohol) vivíamos ese momento que nos haría creer que el Festival Verdad sería una tradición a cumplir por el resto de nuestras vidas. Sin duda uno de los eventos más memorables que pudimos disfrutar en colectivo y que, a la partida física del gran artista, nos hace recordarlo.

Por ello, a quienes estuvimos ahí. ¡Salud!


Luis Eduardo Aute (Manila, Filipinas; 13 de septiembre de 1943 - Madrid, España; 4 de abril de 2020).

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