jueves, 7 de julio de 2011

Ser más creativo

Foto cortesía de Masiel

Soñé con vos anoche, era un sueño raro. Soñaba que te mordía las nalgas, no era una mordida agresiva, era más bien como si pellizcara tu piel sutilmente con mis dientes, como un mordisco.

Sos un pervertido.

No, la pervertida sos vos. Vos que te aparecés en mis sueños repentinamente. Los subvertís, me provocás, me sugerís. No me dejás dormir y aun más, ni siquiera los hacés realidad.

También soñé con vos. Soñé que cumplía tus sueños, que salía de una cueva y te embestía como una fiera que va morir de madrugadas; no se, desde que tocamos estos temas francamente me ha dado por recrear mis fantasías en un estado completamente onírico. No te alegrés, no sos exclusivo, me podría pasar con cualquiera.

Dejame hacerte unas fotos. Quiero comerte con la cámara, vamos, desnúdate quiero beber de tu fuente para inspirarme, abrazá con tus pechos esta fiebre que llevo como a un sombrero. ¿Te da vergüenza? Jajaja, que qué voy hacer con las fotos. Me las voy a comer. Cada vez que me cambie el estado de ánimo cogeré una foto y la tomaré como píldora. Como el viejo remedio que no te gusta pero que con sollozos lo vas pasando…

Estás enfermo.

No entiendo a las mujeres. Primero se quejan de que un hombre les miente, se deprimen, van al terapeuta, comen chocolate, salen con sus amigas y destrozan todo aquello que huele a recuerdo. Pero si uno dice la verdad se ponen a la defensiva, encubren su intimidad y desvían lo dicho adonde se pierda en solitario.

No me reclamés, a los hombres les pasa exactamente igual.

Si, pero estamos generalizando. Quizá solo me refiero a vos.

En efecto, quizá solo seamos nosotros dos hablando de nosotros dos.

Al menos yo estoy conforme que seas feliz y vengás a quejarte de tu pareja conmigo, me regalés tus risas, tus llantos –y a veces- tu desnudés, tus abrazos, tus sueños… hacés que pase mas tiempo en mi cuarto, lo arregle y lo desarregle. Lo acomode solo para vos. Aunque ni tomés en serio que soñé que te mordía las nalgas. Que…

Que las pellizcabas con tus dientes, como un mordisco.

¿Me pusiste atención?

Deberías ser más creativo. Aunque no lo creás, mientras me desprendo de mí y de mis miserias para venir a estar con vos un rato, también te escucho. Y a veces te odio. Pero como me has enseñado, uno puede amar a tantas personas a la vez así como se odia en colectivo, se odia en desbandada, se ama con el mismo estilo. Ya no me causa molestia.

Pues por lo menos amá en la misma proporción de la que odiás.

Tendría que amar a la mitad del mundo entonces.

Empezá por mí.

Sos un pervertido, estás enfermo y además… no has dejado de ser ingenuo.

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