jueves, 6 de noviembre de 2008

LA DEFINICIÓN DE LO POPULAR EN EL ARTE



Erick Barrera
erick.ajmaq@gmail.com


“Yo no canto por cantar
Ni por tener buena voz.
Canto porque la guitarra
Tiene sentido y razón”
-Víctor Jara- No existe actividad artística de los movimientos que se definen de izquierda que luego de una presentación se grite la consigna “Viva el arte popular”, pero, ¿a qué se refieren con arte popular?, ¿qué o quién lo define como popular?, ¿será que el folklore puede considerarse arte popular? o ¿es el hecho de que cada vez mas personas se identifiquen con ese tipo de arte lo que le da ese carácter?

El Arte Popular es una cuestión difícil de definir debido a la diversidad de posiciones y visiones que existen al respecto. En primer lugar la cuestión del arte en sí como un proceso de creación estética para describir la realidad desde la visión de quien la crea, y mas aún, la definición de lo popular que es el sentido del presente artículo.

La tradición conservadora diría que arte popular es sinónimo de inculto. La concepción humanista del siglo XIX señala erróneamente que una persona tiene cultura cuando se designa a una persona que ha desarrollado cierto nivel de instrucción. Se ha dado la pauta entonces de asociar el arte popular con aquello carente de calidad, de gracia, de estética. La denominación, caracterización y determinación de las bellas artes, responde a una decisión política, utilizada por los grupos hegemónicos para establecer una relación de dominación y poder sobre los grupos marginales.[1]

Las bellas artes conllevan una tradición europea, que responde a ciertos grupos en determinados momentos históricos y muchas veces tienen poco o nada que ver con la tradición local, en la que se expresan de igual manera, una serie de símbolos y sentidos creados desde la historia y cultura local.[2] Incluso, generalmente la historia del arte, como casi toda la historia oficial, tiene parámetros de medición europeos, desvalorizando lo que no cumple con los cánones de belleza occidental. Lo europeo es arte, lo otro, en el mejor de los casos es considerado como folklore o, simplemente no es arte.

Existe la percepción de que el arte popular es aquel arte que no surge de las academias, que no es producto individual de los “profesionales del arte” que subliman el arte eurocentrista con sus cánones y estructuras de creación. En parte podríamos decir que efectivamente sí; no obstante es una apreciación a medias. El arte popular no se define tanto por su dimensión estética sino más bien por su dimensión política.

Lo popular es algo complejo. Desde una posición conservadora, de derecha, en sentido casi despectivo, contraponiéndolo a elegante, a refinado. En ese caso, lo popular es opuesto a aquello de buena calidad, por tanto más bien tosco. En otro sentido, con un carácter positivo, de afirmación -posición que encontramos en las izquierdas políticas- popular tiene el valor de reivindicación, de grito de protesta. Así, lo popular se opone a lo elitesco[3]

El arte popular es aquel que surge de los sectores que, reconociéndose oprimido por una ideología dominante, busca en la socialización de su proceso creativo, manifestado en producto u objeto de ate, romper y transformar esa lógica de dominación-opresión en arte para la liberación. Expresa los intereses populares y su sentido político es construir junto a los movimientos populares, transformar, liberar a los sectores explotados y oprimidos; oprimidos porque sufren una dominación ideológica que los limita en su desempeño y desarrollo como personas.

El artista popular está vinculado a ese ideal, en creación permanente, manifestando una unidad en el decir, el sentir, pero también en el hacer y, sobre todo, en el ser; desde una clara posición para “transformar el mundo”. Tiene además una dimensión ética de búsqueda permanente para actuar coherentemente con lo que piensa. Es su mayor nivel de sensibilidad humana e integral.

La dimensión política tampoco renuncia a la dimensión artística.

El arte generalmente se asocia como obra de arte. Desde lo popular el arte no es el objeto en sí, sino el proceso para llegar a ello y las relaciones que se producen en un contexto condicionado.

La obra artística es producto del artista con su relación con otros, con su entorno, en un contexto dado, por consiguiente es producto de un proceso y no un objeto aislado en sí. Esa interacción con el medio social, su aceptación o no, es lo que determina su carácter artístico, pasa por un proceso de socialización y hay un grupo que lo percibe y lo acepta como tal.

En la configuración de lo popular interviene lo étnico, lo sexual, el consumo, la lucha contra la represión de todo tipo, etc. Por lo tanto, la noción de lo popular puede servir para identificar la diversidad de relaciones sociales y culturales de los sectores subalternos[4]

Lo popular se refiere desde una posición de clase a aquellos actores comprometidos para cambiar su situación a través de la organización y lucha revolucionaria desde una concepción que se identifique en la actividad liberadora como eje de su concepción de mundo. Y no aquella que ocupa una acción política, ideológica para mantener las relaciones de dominación-sumisión del público al que se dirige.

El arte popular no necesariamente es un “arte de masas”. Podríamos decir que es aquel que recrea el mundo transformándolo. Pero no es su fin en sí mismo sino su punto de partida para alcanzar la transformación. Para cambiar la lógica en las relaciones del “ser con” y su medio, su entorno en un contexto determinado. “El arte popular debe ser una arte de liberación”[5]

Finalmente el arte popular no debería dejar de ser cada vez menos arte, sino que en la lógica de transformar las relaciones de poder, el arte popular sea definido solamente Arte, cuando dejen de existir las diferencias de clase y no exista una visión que quiera dominar a las otras. Sino que valorizándose y reconociéndose, sea además un proceso colectivo, social de búsqueda permanente, de encuentro constante, las subjetividades tengan significado y valor.
[1] Mariscal Orozco, José Luis. La construcción de la Hegemonía en la definición del valor en el arte popular. Portal Iberoamericano de Gestión Cultural.
[2] Mariscal Orozco, José Luis. Ibídem.
[3] Marcelo Colussi. ¿Arte Popular? Encontrado en Rebelión
[4] Zubieta. Ana María. Cultura Popular y Cultura de Masas (Conceptos, recorridos y polémica). Paidós. Argentina. 2000. p.238.
[5] Zubieta, Ana María. Cultura Popular y Cultura de Masas (Conceptos, recorridos y polémica). Paidós. Argentina. 2000. p.233.

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