Erick Barrera/Luis Borja.
SAN SALVADOR (01/05/2012). En
las últimas semanas se ha dado un escenario poco común. Expresiones de
manifestación convocadas por una curiosa “sociedad civil” demandando reformas
jurídicas, denunciando el actuar de la Asamblea Legislativa saliente, y
poniendo en tela de juicio el proceso de elección del Fiscal General,
magistrados de la Corte Suprema de Justicia; son los antecedentes de un primero
de mayo cargado de una gran efervescencia política que incita a observar
detenidamente las demandas de las organizaciones de trabajadores. A
continuación colocamos algunas reflexiones en el marco del día internacional de
la clase trabajadora.
Medición
de fuerzas entre la izquierda
El primero de mayo puso en
escena dos marchas. La más tradicional que tiene como punto de partida la Plaza
de las Américas (conocida como Salvador del Mundo), que convocó a la mayoría de
sindicatos, organizaciones populares campesinas, y la militancia del partido FMLN.
La otra, salió desde la Universidad de El Salvador, que tradicionalmente es
convocada por las organizaciones estudiantiles, pero este año desde este mismo
punto salió el Movimiento por la Democracia Participativa, tentativa de la
Tendencia Revolucionaria por construir un nuevo partido político de
“izquierdas”. Respecto a esta ultima, si bien ambas salen del mismo punto de
partida, son dos marchas distintas, puesto que las organizaciones estudiantiles
no hacen parte del MDP, y eso quedó demostrado cuando las organizaciones de
estudiantes tomaron cierta distancia (aproximadamente unos trescientos metros)
para no verse mezclados con el MDP. Si quisiéramos catalogar ambas marchas como
una medición de fuerzas, es evidente que a pesar de los ataques constantes
hacia la cúpula del FMLN, y del desgaste por las políticas impulsadas por el
gobierno Funes, este partido sigue teniendo mayor convocatoria que los sectores
que buscan distanciarse.
Entre
reformas y aplicación de la Ley
Escuchando las demandas de las organizaciones en su mayoría
confluyen en aumentos salariales, educación y salud gratuita y de calidad, reforma
previsional que garantice que fondos de pensiones sirvan al bienestar de
trabajadores cotizantes, contra la evasión de impuestos de la empresa privada, el
cumplimiento de la Ley de Medicamentos, continuidad de las políticas de subsidios
a los sectores más desprotegidos y quizá la demanda de mayor peso es el rechazo
a la propuesta de Asocio Público-Privado que impulsa el ejecutivo (inversión financiera de privados transnacionales y
nacionales en obras y servicios gubernamentales). Todas estas demandas
giran en torno a reformas de políticas publicas por parte del ejecutivo y del
órgano legislativo; no obstante otro sector, sobre todo de sindicatos del
sector públicos, la constante es la aplicación de la ley, por ejemplo algunos
sindicatos de maestros abogan por que se cumplan las leyes ya existente sobre
salarios y a su vez plantean el cumplimiento de un “Estado constitucional de derecho”
que es una bandera impulsada por los movimientos “ciudadanos” aglutinados en
Aliados por la Democracia.
¿Aliados
por la Democracia?
“Aliados
por la Democracia” es una entidad presentada en el XII Encuentro Nacional de la
Empresa Privada (ENADE) que se llevó a cabo en febrero de este año. Este
encuentro es organizado por la gremial Asociación Nacional de la Empresa
Privada (ANEP). Fue aquí donde se lanzó la propuesta de “Aliados por la Democracia”,
el cual está conformado además de las gremiales empresariales, la Cámara de
Comercio, fundaciones pro-empresariales, cuenta en sus miembros, gremios de
trabajadores como el Movimiento de Unidad Sindical y Gremial de El Salvador (MUSYGES),
y la Central de Trabajadores Democráticos (CTD) vinculada al MDP; este “movimiento
ciudadano” busca entre otros objetivos: “El respeto absoluto al Estado
Constitucional y Democrático de Derecho, con medidas que aseguren el buen
funcionamiento del Estado; la creación
de Concejos municipales plurales y representación de los partidos políticos
para mejorar el vínculo con sus electores.
La participación
de las gremiales sindicales no ha sido muy bien vista por el resto de
organizaciones populares deslegitimando así su discurso. Además de esta alianza
no represente los intereses de la clase trabajadora, puesto que no hay una sola
medida que la favorezca. Esto deja una cierta paradoja, puesto que las demandas
de los sindicatos son por aumento salarial, sin embargo el representante de la
Cámara de Comercio, argumenta que “"Hay realidades que permiten que los salarios se
aumenten o no se pueden aumentar, y las realidades son el crecimiento de las
ventas, la situación financiera de las empresas, las obligaciones, y realmente
tenemos tres años de estar viviendo una crisis en la cual, muchas empresas
hacen grandes esfuerzos sólo para sobrevivir y mantenerse abiertas".
Tal parecer que el ala burguesa de los “Aliados” tiene más claro como defender
sus intereses.
Algunos desafíos para las organizaciones populares
Si bien muchas de las demandas realizadas durante la
marcha son legítimas y propias de la clase trabajadora, en su mayoría eran
dirigidas a la dirección del FMLN, y al gobierno Funes, y muy pocas van contra
la empresa privada; esto plantea una seria reflexión en el seno de las
organizaciones populares sobre su papel como clase trabajadora, puesto que
además del rechazo a los Asocio Público-Privados, no cuestionan el modelo
actual.
No obstante hay mayores desafíos internos para las
organizaciones de trabajadores, por ejemplo que para el año 2007 de 1,019,617
proletarios, solamente 167,629 estaban sindicalizados, lo cual representa un
16.4% del total de obreros,
esto implica mayores esfuerzos por incrementar el número de afiliados y
fortalecer a los sindicatos cuantitativamente. Otro reto, es el de la formación
política, es muy delicado que algunos sindicatos se decanten por hacer alianzas
con gremios empresariales y les sea más difícil aliarse a otras organizaciones
populares. El rechazo o resentimiento al FMLN, no justifica ninguna alianza con
la burguesía.