martes, 27 de octubre de 2020

CORTOS DEL PROGRESIVO: CONGRESO

 CONGRESO (Chile)

 


Sergio ‘Tilo’ González batería

Patricio González bajo

Fernando González guitarra

Francisco Sazo voz

Fernando Hurtado bajo

Hugo Pirovich batería, flauta

Rentato Vivaldi flauta

Arturo Riesco batería

Ricardo Vivanco batería

Aníbal Correa teclado

Joe Vasconcelos voz, batería

 

Con una trayectoria de más de 50 años, Congreso es junto a Los Jaivas, una de las bandas más importantes del rock progresivo chileno y latinoamericano, aunque quizá la conformación de los hermanos González sea menos conocida que la de los hermanos Parra.

Los inicios de la agrupación se remontan a los años 69-70 en la ciudad de Quilpué: desde entonces Congreso se ha desarrollado en la búsqueda de un lenguaje renovado para la expresión de la música popular latinoamericana, conjugando elementos de origen étnico con formas y estilos de corrientes contemporáneas.

Comenzaron su carrera a fines de los años 1960 ligados al movimiento musical de la Nueva canción chilena; sin embargo, con la llegada de la dictadura militar y las restricciones culturales de la época, sumado a la gran vocación instrumental de sus integrantes, evolucionaron hacia el rock progresivo, y luego hacia un sonido de fusión que incorporaba además elementos del jazz fusión, de la música contemporánea, del pop, y de la música étnica, sonido denominado por ellos como la Nueva música latinoamericana, y así transformándose en un pilar fundamental de la música popular chilena.

En 1971 editaron El Congreso, su primer álbum, que incluyó un tema basado en el poema de Pablo Neruda “Maestranzas de Noche”, y otros clásicos, según una fórmula que los llevó a presentarse en el Festival de la Nueva Canción Chilena ese mismo año (en el Teatro Municipal de Santiago).

El golpe militar de 1973 truncó el proceso de grabación de su segundo disco, Terra Incógnita, lanzado recién dos años más tarde y con una difusión escasa, dado el cierre de espacios culturales. La banda no bajó sus brazos, y se convirtió en una de las pocas agrupaciones que continuó trabajando en Chile durante los primeros años de la dictadura. Música de fusión y letras casi crípticas fueron sus códigos para sobrevivir a la rigurosa vigilancia estatal: "Cuatro jinetes negros / pasan volando / Van levantando noche / niebla y espanto", dicen en la "Cueca del apocalipsis" (fragmento del tema "Arcoiris de hollín"), incluido en el álbum Congreso en 1977, también conocido además como "el disco café" y en una clara alusión a la Junta Militar. Dos años después grabaron la Misa de Los Andes, que no alcanzó gran difusión y antecedió el primer desperdigamiento del grupo, cuando tres integrantes, Fernando Hurtado, Renato Vivaldi y el vocalista y letrista Francisco Sazo, se salen del grupo.

Una segunda etapa se ubica entre 1979-1984 y se relaciona con el cambio de integrantes y giro hacia el rock progresivo.

La ida de parte del grupo reducen el poder inserto en plena dictadura, con canciones protesta camufladas entre poéticas letras y complejidades musicales. Los tres hermanos González tardaron más de un año en rearmar el grupo mientras se mantienen trabajando como músicos de apoyo de orquestas televisivas y otros músicos. Así conocieron al joven chileno-brasileño Joe Vasconcellos, cuyos intereses latinoamericanistas y su formación musical pensaron que le daría un nuevo aire al proyecto. Junto a él completaron la nueva formación de Congreso. A la banda ya se había integrado hacía poco el pianista Aníbal Correa y el bajista Ernesto Holman, quien no solo era un viejo conocido de Tilo González de sus épocas universitarias en el puerto, sino que además se habría de convertir en uno de los hombres más representativos del nuevo sonido de fusión del grupo. Vasconcellos asumió entonces como letrista, y con ese esquema Congreso publicó Viaje por la cresta del mundo (1981), uno de sus más sólidos trabajos, con algunas de las composiciones más desafiantes de Tilo como "Viaje por la cresta del mundo", "Hijo del diluvio" o "El descarril" entre otras, aunque el reconocimiento público llegaría a la inclusión de una simple canción, la ya clásica "Hijo del sol luminoso" escrita por Joe Vasconcellos. Congreso da entonces un claro giro hacia el rock progresivo, pero siempre conservando su estilo latinoamericanista.

Con una impresionante discografía y con variados cambios de alineación y diversidad de estilos, Congreso es una de esas bandas imprescindibles que han aportado al desarrollado de un verdadero progresivo con toque latinoamericano.

Discografía

Álbumes de estudio

1971 - El Congreso

1975 - Terra Incógnita

1977 - Congreso

1978 - Misa de Los Andes

1981 - Viaje por la cresta del mundo

1982 - Ha llegado carta

1984 - Pájaros de Arcilla

1986 - Estoy que me muero...

1989 - Para los arqueólogos del futuro

1990 - Aire Puro

1992 - Los Fuegos del Hielo

1992 - Pichanga: profecías a falta de ecuaciones

1995 - Por amor al viento

2001 - La loca sin zapatos

2010 - Con los ojos en la calle

2014 - Sinfónico

2017 - La canción que te debía

Álbumes en vivo

1987 - Gira al Sur (reeditado en 2000 bajo el nombre "Congreso en vivo")

1994 - 25 Años de Música

2004 - Congreso de Exportación: la historia de un viaje

2012 - Congreso a la carta

Para saber más de este grupo:

Página oficial http://congresomusica.cl/

Página en Wikiwand: https://www.wikiwand.com/es/Congreso_(banda)




jueves, 1 de octubre de 2020

Quino y Nacho

Quino y Nacho

Erick Tomasino

 


A Quino lo conocí por Mafalda. Y ese encuentro se lo debo a un libro de Ignacio Martín-Baró que se llama “Acción e Ideología”. Fue cuando cursaba la asignatura de psicología social en la Universidad de El Salvador.

En esa época solía ir a la biblioteca de la facultad para estudiar el libro mencionado; sin embargo, la mayoría de las veces me distraía leyendo las tiras que acompañaban al texto. Bastaba una viñeta para digerir con mayor facilidad lo que en clases se nos trataba de compartir. Aquella capacidad de síntesis era admirable. Me agradaba como Quino sabía contar historias con dibujos, como lograba hacerte entender las situaciones absurdas en un mundo descompuesto.

Por mucho tiempo también recortaba las tiras de Mafalda que se publicaban -todavía hasta hace un par de años- en un periódico de circulación nacional y creía que Quino las seguía produciendo, porque siempre, quizá de manera desafortunada, me parecieron muy vigentes aunque la había dejado de producir… ¡en 1973!

Es cierto que el trabajo de Quino no se reduce a Mafalda, que es su trabajo más universalmente conocido, pero si el que más me ha influido y el que me mostró la importancia pedagógica que tiene el dibujo para pensarnos críticamente el mundo. La posibilidad de contar historias de forma sencilla y al mismo tiempo de cuestionarnos la realidad dada, complejizando y problematizando verdades asumidas y también animarnos a seguir soñando a que esto se puede transformar aún en medio de tanta desesperanza.

Todavía suelo acudir al libro del Padre Nacho -ahora desde mi biblioteca personal- y aunque soy más atento en la lectura, no puedo evitar los guiños que Mafalda y los demás me hacen para que aprenda de sus enseñanzas. 

San Salvador, 1 de octubre de 2020.