Carlos Alvarado Perea teclados, sintetizadores, voces
Armando Suárez bajo, mandolina
Carlos Castro batería, percusión
Jorge Reyes Valencia voces, guitarra, flauta
Mauricio Bieletto vocalista, violonchelo y guitarra acústica
Pioneros del rock progresivo en México, Chac Mool es una de las bandas pertenecientes a la escena underground de ese país (junto a Three Souls in My Mind, Kenny y los Eléctricos, Ritmo Peligroso, Size o Decibel, entre otras).
Con una existencia prácticamente corta (de 1979 a 1985), y con un registro de cuatro álbumes, Chac Mool logró dejar una impronta digna de reconocimiento por la exploración de un auténtico rock progresivo con una búsqueda espiritual en las propias raíces, sin dejar de lado la situación social del contexto de su época.
«Carlos Alvarado conoció a Jorge Reyes en 1973 cuando estudiaban flauta transversal con el maestro Islas en la escuela Nacional de la UNAM para 1976 Carlos grabó un material que fue editado en cassette y posteriormente en vinyl el cual llegó hasta Europa, Estados Unidos y Canadá esto gracias a la revista Eurock de Archie Patterson, en 1979 Carlos participó en el disco de Decibel “El Poeta del Ruido” por invitación de Walter Scmidt y fue cuando el 20 de octubre del mismo año donde Carlos ofreció un concierto en el teatro de Arquitectura en Ciudad Universitaria, al terminar el concierto se acercó a el Jorge Reyes que acababa de regresar de la India y Alemania, le pidió a Carlos que le ayudara en un dico solista que quería hacer, en los siguientes días ensayaron cuatro temas “Salamandra”, “Bienvenidos al Fin Del Mundo”, “El Rey Camaleón”, “Un Mundo Felíz” y “Brillo de Luna”, Jorge en la flauta y guitarra, Carlos en sintetizadores.
El primero de noviembre grabaron los primeros tres temas: “Un Mundo Feliz”, “La Salamadra” y “Bienvenidos al fin del Mundo”, esto fue en el estudio de Antonio Giner en la Colonia Industrial en la calle de “Buen Tono”, el tres de noviembre Jorge decide que deberían de hacer un Grupo y posteriormente llega Mauricio Bieletto, Armando Suárez y Carlos Castro. El 20 de febrero Carlos Alvarado invitó a Pepe Navar para que escuchara el debut del quinteto de Rock Progresivo quienes incluían instrumentos prehispánicos en sus canciones. La banda duro de 1979 hasta 1986 para conocer el resto de la historia compren el disco el cual incluye esto y fotos inéditas». (https://elrocknotienelaculpa.mx/2016/03/12/se-reedita-el-disco-emblematico-de-chac-mool-nadie-en-especial-remezclado-y-en-mini-lp-replica/)
Con un relativo éxito (debido a la situación de censura que el rock sufre en aquel país), la banda graba otros tres discos: “Sueños de Metal” en 1981, que mantiene el estilo musical y con letras con un profundo sentido de búsqueda espiritual; "Cintas en Directo" en 1982, grabado completamente en vivo, que rescata el espíritu de banda de culto en el que se estaba conviertiendo la agrupación.
Tras presiones de la nueva disquera que les impuso cambiar de estilo por algo más comercial, Castro y Bieletto son expulsados de la banda. Castro fue sustituido por Eduardo Medina, en esas circunstancias graban “Caricia Digital” en 1984, pocos meses después por varios problemas entre los integrantes, el grupo se desintegraría. Una nueva versión del grupo surgirá y grabará nuevos álbumes.
La agrupación tuvo la oportunidad de volver a reunirse en 1999 para abrir los conciertos en México de la banda italiana Banco del Mutuo Soccorso, pero Reyes se negó debido a que participaría Suárez.
"El Mozote. Amor en tiempos de guerra" es una ópera escrita por el compositor salvadoreño Luis Díaz Hérodier (al momento Director del Coro de la Ópera de Colombia) con libreto de la poeta Claudia Hérodier (ambos fueron integrantes del grupo Mahucutah), cuenta con la asesoría, dirección y puesta en escena de Baltazar López.
La ópera es una representación artística de uno de los hechos históricos más impactantes durante el conflicto armado en El Salvador ocurrido en 1981, y que se considera la peor masacre latinoamericana del siglo XX con alrededor de 900 personas asesinadas, en su mayoría infantes. "El Mozote" presenta en dos actos, un antes y un después en las vidas de las personas que habitan esa zona del norte de Morazán.
La obra fusiona arte e historia, mostrando el drama humano de las personas que el 10 de diciembre de 1981 fueron asesinadas, así como el día después de la incursión de parte del Batallón de Infantería de Reacción Inmediata (BIRI) Atlacatl.
"Rufina Amaya es la protagonista en la vida real, pero en la obra, su personaje combina hechos reales con elementos de ficción para hacernos reflexionar sobre la historia reciente de nuestro país, ofreciendo al público una óptica artística, que permita cicatrizar el alto costo que ya hemos pagado para vivir en paz.
Cartel de la presentación en El Salvador en 2013.
A nivel mundial, la ópera “El Mozote” se estrenó en Bogotá en noviembre de 2008, como parte del XI Festival de Ópera y Zarzuela al Parque, pero es hasta este 2013, que esta impactante pieza de teatro musical se logra presentar en El Salvador, con la actuación principal de la soprano colombiana Beatriz Mora en el papel de “Rufina Amaya”, y el tenor estadounidense de padres salvadoreños, Oswaldo Iraheta, como “Domingo”, esposo de Rufina".
La masacre de El Mozote
La masacre de El Mozote es el nombre que reciben un conjunto de masacres contra población civil cometidos por el batallón Atlácatl (formado por la CIA en la Escuela de las Américas, en Panamá) de la Fuerza Armada de El Salvador, durante un operativo de contrainsurgencia, realizado los días 10, 11 y 12 de diciembre de 1981, en los cantones (aldeas) de El Mozote, La Joya y Los Toriles, en el norte del departamento de Morazán, en El Salvador.
Según las investigaciones posteriores de la Comisión de la Verdad (organismo de la ONU creado para investigar los hechos de violencia cometidos durante la Guerra civil salvadoreña) aproximadamente 985 hombres, mujeres y niños campesinos salvadoreños fueron asesinados en El Mozote y los cantones aledaños. Se la considera no solo el mayor acto de violencia contra población civil cometida por agentes gubernamentales, durante la Guerra Civil de El Salvador, sino también la peor masacre del Hemisferio Occidental en tiempos modernos.
Un extracto de la representación de la ópera, realizada en El Salvador, se puede apreciar en el siguiente vídeo:
Un grupo que nace en 1984 por iniciativa de Jaime Estévez -el “Chiri” o el “Gato”- y Joaquín Rodríguez, en el seno del Sindicato de Empresa de Trabajadores de ANDA (SETA). Más tarde se sumarían Gerardo Rivas, Carlos Morataya y Rafael Zepeda. El nombre es un homenaje al Dr. Doroteo Gómez Arias a quien apodaban “el Indio”.
El Grupo El Indio es uno de los más recordados por su participación en huelgas, mítines, frentes guerrilleros y, en el caso de generaciones posteriores, por su más celebrado “hit” musical: “La hierba revolucionaria”, el cual es bailado en todas las actividades en las que el grupo se presenta, levantando los ánimos combativos; una versión de la canción del grupo Tropicalísimo Apache “La hierba se movía” del autor Arturo Ortíz, pero con una letra más incendiaria y festiva, expresión de los sentimientos de la época.
El Chiri
En una entrevista publicada por el Servicio Informativo Ecuménico y Popular -SIEP, el Chiri recuerda la motivación con la que surgieron:
“... fue por necesidad, como tarea revolucionaria, había que proyectarnos… y surgimos como expresión sindical revolucionaria, en el sindicato de ANDA …éramos gente organizada, militantes de la Resistencia Nacional…”
En ese contexto, por necesidad de amenizar las acciones de protesta y huelga tanto del sindicato al que pertenecen sus fundadores, como también en actividades de solidaridad con otros sindicatos y organizaciones populares, el germen de lo que sería el grupo parte como expresión artística y popular orgánica del movimiento de trabajadores. Se conforma primero un dúo, con guitarra y flauta como primeros instrumentos, al que luego se incorporan otros miembros para conformar el que llegó a ser un grupo estilo “chanchona” -instrumento que se integra en las composiciones- o “pulún-pulún”, más propio de la cultura popular y fácilmente reconocibles. Es así que se forma El Indio:
En el año 84, platicando con Rodrigo, que era responsable del FMLN y junto con Joaquín, un zarco, le dije: mirá, toquemos en las asambleas del sindicato. Y me respondió: cachimbón, solo los dos. Acordate que yo era responsable de relaciones, y empezamos a tocar los dos con guitarra y a la gente le gustó. Y luego se fueron incorporando otros instrumentos como la chanchona (con Gerardo Rivas). Empezamos a tocar sin ponernos nombre. Tocábamos los tres… empezamos a tocar en las actividades del sindicato, Joaquín la guitarra y yo la flauta. Tocamos música popular, de los Guaraguao, de Víctor Jara y empiezan a invitarnos para amenizar huelgas, marchas, actos políticos…
El grupo, como muchos, inicia interpretando canciones de otros artistas, pero conforme van cuajando, se atreven a componer e interpretar canciones propias, aunque la autoría de ellas responde no sólo a los miembros del grupo sino de muchas personas. El Chiri expresa que todas sus canciones originales son producto de colaboraciones que conforman todo su repertorio como producto del trabajo artístico colectivo.
Miembros de El Indio, Sumpul y "Chicho", en conferencia de prensa. Junio de 1988.
Aunque grabaron un casete, gracias al apoyo de la Secretaría de Comunicaciones de la UES, que desconozco si alguien conserva una copia, las canciones más conocidas son las que aparecen en el álbum “Live from El Salvador (Primer Festival ‘Un Canto por la Paz con Soberanía e Independencia en El Salvador’)” de 1991. En esta producción hay dos temas de El Indio: La hierba revolucionaria y Las pesadillas de Blandón.
Por su compromiso político como militantes orgánicos de la Resistencia Nacional, los miembros de este grupo son perseguidos, algunos encarcelados, y otros se exilian; aunque también, como el Chiri, participan combatiendo durante la Ofensiva Hasta el Tope de noviembre de 1989.
El Indio sigue por un tiempo después, pero poco a poco se desintegra, sin embargo queda como uno de los grupos más representativos de la música popular comprometida del período de mediados y finales de los 80 y cuya obra musical y militante perdura hasta nuestros días.
Algunas canciones del grupo
Canción para ahuyentar los malos espíritus (letra de Otoniel Guevara)
El pasado 13 de noviembre, falleció la artista Lorena Santillana, quien fue miembro del grupo Nuevamérica, uno de los más importantes y comprometidos de la música popular salvadoreña de la generación de finales de la década de los ochenta, y que también -irónicamente- es uno de los menos documentados. De hecho, Lorena era una de las personas que quería entrevistar para poder rescatar sus memorias sobre ese grupo poco conocido por la generación de la posguerra.
Quizá, el dato más accesible con que se cuenta, es el registro musical y audiovisual del festival "Un canto por la paz con soberanía e independencia en El Salvador" que se realizó en abril de 1988. En la portada del álbum de 1991 que se produjo a raíz de ese festival, aparece una fotografía de Lorena hecha por Steve Cagan.
Lorena Santillana. Foto: Steve Cagan.
Buscando más información sobre Lorena y sobre el grupo Nuevamérica, encontré una crónica del Festival que apareció en el número 6 de la Revista La Universidad de 1988, que comparto:
CRÓNICA DEL PRIMER FESTIVAL
"UN CANTO POR LA PAZ CON SOBERANÍA E INDEPENDENCIA EN EL SALVADOR"
Revista La Universidad, N 6, 1988, Universidad de El Salvador, pp. 43-46.
“Todas las voces todas
Todas las manos todas
Toda la sangre puede
Ser canción en el viento.
Canta conmigo, canta
Hermano americano,
Libera tu esperanza
Con un grito en la voz”.
«Miles de salvadoreños entonaron estas estrofas el pasado 30 de abril en un evento sin precedentes en la vida cultural, política e histórica del país. Ese día, Latinoamérica se volcó hacía los 14 departamentos de nuestro suelo, en una significativa muestra de solidaridad para con el pueblo, en lo que marcaría una nueva etapa en la historia del movimiento artístico nacional ¡la realización del Primer Festival "Un Canto por la Paz con Soberanía e Independencia en El Salvador"!
Desde hace mucho, diversas instituciones y gremios habían promovido esfuerzos por lograr una actividad artística de esta envergadura, pero la represión institucionalizada vigente en el país, había coartado estas iniciativas en múltiples ocasiones Sin embargo, el conjunto de todos estos esfuerzos forjaría las condiciones para llevar a cabo uno de los más grandes eventos culturales en nuestra historia.
En este evento convergieron las corrientes latinas y norteamericanas de la Nueva Canción del Continente, cuyas raíces se encuentran en nombres como Atahualpa Yupanqui y Paul Robinson, cobrando mayor fuerza histórica con el triunfo de la Revolución Cubana en la década del 60 y el surgimiento de lo que se conocería como la Nueva Trova.
El Salvador, como toda Latinoamérica, no estaría aislado de la influencia de esta nueva corriente artística, para 1970 emergían del seno de la Universidad de El Salvador, diversos talleres culturales y grupos artísticos que recogerían el mensaje de Mercedes Sosa Gabino Palomares, Óscar Chávez Amparo Ochoa, Los Parra, Quilapayún, Inti Illimani, el Quinteto Tiempo y el inolvidable Ali Primera.
En esta década el movimiento cultural contrario a los regímenes militares de Fidel Sánchez Hernández y Arturo Armando Malina cobraría auge, con los grupos musicales "Mahu Cutá" (sic) y "La Banda del Sol", y los talleres de teatro "Sol del Río 32", "TEC", y "Los Vagos".
Sin embargo, al igual que en todos los países latinoamericanos, el desarrollo de la Nueva Canción se vería truncado violentamente por la instauración de las dictaduras militares, que reprimieron las expresiones artísticas de esta corriente. El cobarde asesinato de Víctor Jara, en Chile, marcaría para las generaciones seguidoras una época de terror y persecución, que en El Salvador cobraría auge con la gestión gubernamental de los militares de Arturo Armando Malina y Carlos Humberto Romero. Muchos grupos exponentes de la Nueva Canción salvadoreña se enfrentaron a la decisión de abandonar la música por las luchas populares o elegir el exilio para sobrevivir. De los que se quedaron, destacan los jóvenes "Tamba" y "Góngora", quienes morirían en combate posteriormente. De los que se fueron, se conformarían los grupos "Cutumay Camones" y "Yocolocamba l ta" en el exilio, junto con el desarrollo de la "Banda Tepehuani", quienes han dedicado su arte al trabajo de la solidaridad para con las luchas del pueblo salvadoreño*.
No es hasta inicios de 1983, cuando se reiniciaría tímidamente el arte popular en el país, con el surgimiento de los grupos "Guinama", "Nueva América" y otros, cuya máxima expresión política la alcanza el grupo obrero "El Indio", un fenómeno de múltiples características culturales en el marco del avance de las organizaciones populares salvadoreñas.
Con el renacimiento de grupos de promoción de arte popular, también toma auge la necesidad de la organización artística, que promoviera el rescate de la cultura nacional. En ese sentido, surgen gremios como la Asociación de Trabajadores por el Arte y la Cultura (ASTAC) en 1983 y el Movimiento por el Arte y la Identidad Cultural de El Salvador (MAICES). A lo largo de su trayectoria, estos organismos se han dedicado a promover el arte nacional, la promoción de los valores propios de nuestra cultura y el compromiso artístico de cara al movimiento popular salvadoreño.
Ambos organismos, han trabajado arduamente en el impulso de festivales de música popular en universidades, plazas, mercados, instituciones, gremios y cooperativas, al igual que han contribuido al desarrollo de seminarios, talleres, foros, exposiciones y otras actividades que difundan las bases y la necesidad de rescatar una cultura propia, rompiendo el esquema imitativo, repetitivo, alienado que ha caracterizado el movimiento artístico salvadoreño por años.
Tanto ASTAC como MAICES, en conjunto con la Universidad de El Salvador, veían urgente la necesidad de aportar nuevos valores culturales a las nuevas generaciones, que contribuyeran también a reflejar la realidad del país a través de la promoción del arte como un medio de comunicación hacia las mayorías, paralelo al crecimiento del movimiento popular y las luchas reivindicativas de los trabajadores.
Es precisamente la reorganización del movimiento cultural salvadoreño y el resurgimiento de las luchas populares, las que forjarían las condiciones necesarias para llevar a cabo un festival de la Nueva Canción que cubriera la totalidad geográfica del país.
En San Salvador, Santa Ana y San Miguel, la procedencia de la mexicana Amparo Ochoa, del brasileño Thiago de Mello, del argentino Adrián Goizueta y el Quinteto Tiempo de ese mismo país, así como también la representación de Venezuela con el grupo "AHORA'', y los artistas norteamericanos del grupo Human Condition y Holly Near, significaba una reafirmación del apoyo de los pueblos del mundo a la lucha que libran los sectores populares en el país en búsqueda de una paz con justicia y soberanía.
Puede afirmarse que América Latina se volcó solidariamente hacia El Salvador, los días 27, 28, 29 y 30 de abril, en el Estadio "Oscar Quiteño" de Santa Ana, la plaza Araujo en San Miguel y la Plaza Cívica en San Salvador. Precisamente por el alcance solidario y fraterno de este festival, también hubo que enfrentar múltiples obstáculos para que pudiera concretarse. El desarrollo de las actividades tropezaría con la respuesta represiva de los sectores en el poder, que veían en peligro sus intereses al permitir un evento de esta naturaleza. Estos temores por parte del régimen salvadoreño se materializaron con el impulso de un operativo militar en los alrededores de la plaza Araujo, en San Miguel, lugar en donde se había planificado la presentación de los artistas nacionales e internacionales.
Desde tempranas horas de la mañana, efectivos militares irrumpieron violentamente en la zona, destruyendo la tarima que cuidadosamente habían llevado para presenciar el acto. Estos hechos sucedieron a pesar del compromiso adquirido por el Coronel Emilio Ponce, Jefe de la 11 Brigada de Infantería en San Miguel, de no obstaculizar el desarrollo de la actividad.
En lo cultural, el evento ha permitido el intercambio de experiencias con las corrientes de la Nueva Canción vigentes actualmente en Latinoamérica, que marcan en el país el crecimiento y consolidación de esta fuerza artística, de cara a las nuevas generaciones, como un legado de las luchas actuales y su aporte al rescate de la identidad cultural propia de nuestro pueblo.
En contraposición al arte exportado por agentes externos a nuestra cultura, el festival "Un Canto por la Paz con Soberanía e Independencia en El Salvador", recoge lo más hondo del sentir de los pueblos latinoamericanos y los fusiona en un solo canto de ardua búsqueda por una paz verdadera en el Continente. La visita de artistas latinoamericanos al país, permitió el valioso intercambio de experiencias con nuestros artistas, que contribuyen enormemente al desarrollo del arte nacional. Durante un foro de la Nueva Canción organizada en la Universidad de El Salvador, Holly Near, Thiago de Mello, "Ahora" y el grupo experimental de Adrián Goizueta, explicaron sus raíces y los tropiezos que afrontaron para su desenvolvimiento como artistas de la Nueva Canción, que permitirán un enriquecimiento cultural para nuestro pueblo en la formación y desarrollo de un arte propio.
La Nueva Canción denuncia, rescata, lucha y trabaja a la par de su pueblo. La música de Holly Near canta a los desaparecidos de Chile, Brasil, Centroamérica y del continente entero, y protesta en contra de la intervención norteamericana en la región, al igual que rescata nombres de las clases desposeídas de su respectiva cultura, como Harriet Tobman, esclava negra norteamericana que dirigió el levantamiento de más 500 negros en contra de sus opresores.
También la Nueva Canción refleja la realidad de los oprimidos en Latinoamérica, la represión que vive cotidianamente como ¿dónde está Salvador Ubau? del grupo Nueva América, y su vacío cultural usurpado por extranjeros como "La maldición de la Malinche", de Amparo Ochoa. Así como también, resalta a sus héroes y sus luchas, en coros como "La marcha de la Unidad" y "Canción con Todos", entonadas por miles de salvadoreños el 30 de abril casi a las once de la noche, en compañía de la solidaridad internacional de todo el Cono Sur y Norteamérica.
Tiempo, Amparo Ochoa, Human Condition, Holly Near, Ahora, Cutumay Camones, Thiago de Mello, Adrián Goizueta, Nueva América, Zunca y El Indio, flecharon en la historia de una nueva época para la cultura del pueblo salvadoreño, que deja en las nuevas generaciones una nueva semilla y una nueva lucha por el arte y el compromiso con los pueblos del Continente. El Primer Festival Un Canto por la Paz con Soberanía e Independencia en El Salvador, es el inicio de una tradición para la nueva canción en el país, que seguirá vigente mientras exista un pueblo en lucha, que busca la paz con independencia en la cintura de América Latina.»
* Ese dato es inexacto, pues Yolocamba se fundó en San Salvador en agosto de 1975, mientras que Cutumay se formó como parte de la estrategia del ERP.
Portada del álbum publicado en 1991.
Les comparto un vídeo publicado por Bonifacio Cantarero en su canal de youtube en el cual se puede apreciar a Lorena Santillana y Nuevamérica en el Festival Un canto por la Paz de 1988:
A propósito de la conmemoración del aniversario de la Ofensiva “Hasta el Tope” que el FMLN lanzó el 11 de noviembre de 1989, a continuación comparto una breve historia sobre la canción “Mírala que linda viene” que fuera interpretada por el grupo Teosinte. Historia que aparece en la tesis “Función social de la música popular del siglo XX” presentada por Héctor David Antonio Serrato Ávalos. (UTEC, abril, 2019):
Grupo Teosinte. UCA, 1990.
«Se trata de un tema musical nacido en el contexto de la guerra civil, más específicamente cuando se acercaba la segunda ofensiva del FMLN, en el año 1989. La historia del tema permite entender diferentes aspectos socio-culturales del momento histórico, y sobre todo del sector en el cual nació: la de los artistas que simpatizaban o eran parte de la izquierda política y la apoyaban de diferentes maneras.
Una de las organizaciones que agrupaba a un gran sector de éstos fue ASTAC, la Asociación Salvadoreña de Trabajadores del Arte y la Cultura. Formaban parte de ella diferentes agrupaciones, entre ellos varios grupos musicales.
Por otro lado, desde principios o mediados de 1989 en éstos sectores era conocido, aunque de manera indirecta y sin mayores detalles, que se estaba preparando una posible ofensiva armada por parte del FMLN. Uno de los miembros de ASTAC, Narciso de la Cruz Mendoza, fue quien, junto con la colaboración de otros compañeros, compuso y dio vida al tema, que entre sus particularidades tiene la de estar escrito en un doble sentido, por un lado aparentemente refiriéndose a una persona, pero su verdadera intención era anunciar, festejar, preparar la llegada de ese acontecimiento histórico, que inclinó la balanza del conflicto de manera definitiva, al demostrarle al gobierno y ejército salvadoreño, el verdadero poder y apoyo que tenía la izquierda política, y llevarlo al límite, iniciando así el cierre del conflicto armado al apurar las negociaciones que dieron paso a los Acuerdos de Paz.
La canción, por lo tanto, también puede muy bien anunciar lo que se veía más allá del evento armado, y que no tardaría en concretarse, dos años después.
Sobre el hecho de que la situación socio política obligó a crear y popularizar temas con doble mensaje, puede ejemplificarse con el hecho de que hubo también una versión clandestina del tema “El Carbonero”, en la cual se insertaron estrofas concretamente de protesta y denuncia del mal trato y abuso de las clases hegemónicas sobre los trabajadores del campo. La razón era evidente: no se podía decir claramente lo que se quería decir, debido a la censura y a la persecución por parte del estado. Sin embargo esto permitió la creación de este tipo de música. Éste tema, entonces, es referente de un momento histórico y de una forma particular de hacer música.
Narciso de la Cruz Mendoza "Chicho".
A continuación se transcribe parte de la entrevista sobre el origen del tema y como se llegó a terminar:
“En mil novecientos ochenta y nueve la gente organizada en sindicatos, asociaciones y gremios comprometidos con la lucha revolucionaria que lideraba el FMLN “sabíamos que algo venía en camino” aunque no teníamos conocimiento de una fecha exacta pero sí andábamos con la expectativa. Yo era parte de ASTAC un gremio artístico cultural. Cierta tarde a bordo de un bus iba pensando sobre lo de la Ofensiva y se me ocurrió el estribillo y lo empecé a tararear:
Mírala qué linda viene,
Mírala que linda viene,
Mírala que linda viene…
Y ya nadie la detiene.
Cuando llego a ASTAC encuentro a un poeta que trabajaba con nosotros y le comento con un entusiasmo: “Mirá Jorge (Jorge Vargas Méndez) fíjate que ando pensando una canción que hable sobre el desvergue que viene, pero se me ocurre que puede tener doble sentido, que parezca dedicada a una bicha pero que los entendidos agarren y capten la propia onda.”
Cuando Jorge la oyó me dijo:
“Ey, buena onda ¿y por qué no la hacemos ya, pues? Hagámosla ya.”
…en menos de tres minutos ya había escrito la primera estrofa, la que empieza con: Ella ya está cerca vamos a su encuentro…etc.
Jorge me dijo que por la noche iba trabajar otra copla más pero como pasaron los días y Jorge se disculpaba porque no había tenido chance de escribirla, entonces me dijo:
“Bueno ¿y por qué no la escribís vos?”
Nombre –le dije -, yo soy malo para los textos.
Escribila –insistió él – y después la vemos los dos a ver cómo la mejoramos si es
necesario.
Eso me animó y así fue como escribí la estrofa de Ella es flor de fuego… hasta claridades. Cuando le enseñé lo escrito me dijo que estaba buena. En un cuarto de los de más al fondo del local de ASTAC junto con Mario López integrante del grupo Teosinte nos pusimos a ensayarla. Ahí se me ocurrió que podía terminar con una letanía como en Humo, esa rumba de la Sonora Matancera que finaliza con una repetición constante de la palabra Tócala. Nosotros repetiríamos Mírala y se improvisarían unas líneas en cada repetición. Eso dio pie a que otro compañero (Tito Montoya, hoy es docente de la Universidad de El Salvador-UES) nos aportara las líneas que dicen Trae la mañana dentro de su abrazo y también Como un niño tierno oloroso a pueblo.
Así se escribió la canción.” (Cruz Mendoza, entrevista, nov. 2018).»
Letra
Ella ya está cerca, vamos a su encuentro
Tiene unos ojitos con olor a ríos nuevos
Trae en sus pechitos soles diferentes
Hoy yo no me quedo, voy hacia hasta su encuentro
Mírala que linda viene
Mírala que linda viene
Mírala que linda viene
Y ya nadie la detiene
Ella es flor de fuego surgiendo entre tempestades
Nuestras esperanzas se cuajan en realidades
Y las sombras huyen ante su presencia
Porque ella viene destilando claridades
Mírala que linda viene
Mírala que linda viene
Mírala que linda viene
Y ya nadie la detiene
Mírala…
Trae la mañana dentro de su abrazo
Mírala…
Como un niño tierno oloroso a pueblo
Mírala…
Y su risa es canto, pero canto nuevo
Mírala que linda viene
Mírala que linda viene
Mírala que linda viene
Y ya nadie la detiene.
Y un vídeo en youtube con el resumen de la historia.
La Red Mesoamericana de Educación Popular - Red Alforja, desde los primeros años de haberse constituido en mayo de 1981, realizó una profunda reflexión sobre las concepciones, métodos y prácticas con las que realiza su trabajo. Una de ellas es sobre la Concepción Metodológica Dialéctica que se expresa de la siguiente manera:
"La Concepción Metodológica Dialéctica, es una manera de concebir la realidad, de aproximarse a ella para conocerla y de actuar sobre ella para transformarla. Es, por ello, una manera integral de pensar y de vivir: una filosofía. La Concepción Metodológica Dialéctica entiende la realidad como proceso histórico. En este sentido, concibe la realidad como una creación de los seres humanos que, con nuestros pensamientos, sentimientos y acciones, transformamos el mundo de la naturaleza y construimos la historia otorgándole un sentido.
La Concepción Metodológica Dialéctica entiende la realidad histórico-social como una totalidad: un todo integrado, en el que las partes (lo económico, social, político, cultural; lo individual, local, nacional, internacional; lo objetivo, lo subjetivo, etc.) no se pueden entender aisladamente, sino en su relación con el conjunto. Es una totalidad no vista como la suma aritmética de las partes, sino como la articulación interna de todas sus múltiples relaciones.
La Concepción Metodológica Dialécticaconcibe la realidad en permanente movimiento: una realidad histórica siempre cambiante, nunca estática ni uniforme, debido a la tensión que ejercen incesantemente las contradicciones entre sus elementos. En todo proceso histórico, se generan tendencias contradictorias, cuya confrontación genera el cambio y el movimiento. El origen de las transformaciones se encuentra, así, en el interior de los propios procesos históricos, en cuyo seno se entabla una relación de oposición recíproca entre aspectos o polos contradictorios, que, al vincularse entre sí, tienden a excluirse mutuamente".
Les comparto un vídeo elaborado por el equipo de Imdec de Guadalajara en el año 1992.
Con una trayectoria de más de 50 años, Congreso es junto a Los Jaivas, una de las bandas más importantes del rock progresivo chileno y latinoamericano, aunque quizá la conformación de los hermanos González sea menos conocida que la de los hermanos Parra.
Los inicios de la agrupación se remontan a los años 69-70 en la ciudad de Quilpué: desde entonces Congreso se ha desarrollado en la búsqueda de un lenguaje renovado para la expresión de la música popular latinoamericana, conjugando elementos de origen étnico con formas y estilos de corrientes contemporáneas.
Comenzaron su carrera a fines de los años 1960 ligados al movimiento musical de la Nueva canción chilena; sin embargo, con la llegada de la dictadura militar y las restricciones culturales de la época, sumado a la gran vocación instrumental de sus integrantes, evolucionaron hacia el rock progresivo, y luego hacia un sonido de fusión que incorporaba además elementos del jazz fusión, de la música contemporánea, del pop, y de la música étnica, sonido denominado por ellos como la Nueva música latinoamericana, y así transformándose en un pilar fundamental de la música popular chilena.
En 1971 editaron El Congreso, su primer álbum, que incluyó un tema basado en el poema de Pablo Neruda “Maestranzas de Noche”, y otros clásicos, según una fórmula que los llevó a presentarse en el Festival de la Nueva Canción Chilena ese mismo año (en el Teatro Municipal de Santiago).
El golpe militar de 1973 truncó el proceso de grabación de su segundo disco, Terra Incógnita, lanzado recién dos años más tarde y con una difusión escasa, dado el cierre de espacios culturales. La banda no bajó sus brazos, y se convirtió en una de las pocas agrupaciones que continuó trabajando en Chile durante los primeros años de la dictadura. Música de fusión y letras casi crípticas fueron sus códigos para sobrevivir a la rigurosa vigilancia estatal: "Cuatro jinetes negros / pasan volando / Van levantando noche / niebla y espanto", dicen en la "Cueca del apocalipsis" (fragmento del tema "Arcoiris de hollín"), incluido en el álbum Congreso en 1977, también conocido además como "el disco café" y en una clara alusión a la Junta Militar. Dos años después grabaron la Misa de Los Andes, que no alcanzó gran difusión y antecedió el primer desperdigamiento del grupo, cuando tres integrantes, Fernando Hurtado, Renato Vivaldi y el vocalista y letrista Francisco Sazo, se salen del grupo.
Una segunda etapa se ubica entre 1979-1984 y se relaciona con el cambio de integrantes y giro hacia el rock progresivo.
La ida de parte del grupo reducen el poder inserto en plena dictadura, con canciones protesta camufladas entre poéticas letras y complejidades musicales. Los tres hermanos González tardaron más de un año en rearmar el grupo mientras se mantienen trabajando como músicos de apoyo de orquestas televisivas y otros músicos. Así conocieron al joven chileno-brasileño Joe Vasconcellos, cuyos intereses latinoamericanistas y su formación musical pensaron que le daría un nuevo aire al proyecto. Junto a él completaron la nueva formación de Congreso. A la banda ya se había integrado hacía poco el pianista Aníbal Correa y el bajista Ernesto Holman, quien no solo era un viejo conocido de Tilo González de sus épocas universitarias en el puerto, sino que además se habría de convertir en uno de los hombres más representativos del nuevo sonido de fusión del grupo. Vasconcellos asumió entonces como letrista, y con ese esquema Congreso publicó Viaje por la cresta del mundo (1981), uno de sus más sólidos trabajos, con algunas de las composiciones más desafiantes de Tilo como "Viaje por la cresta del mundo", "Hijo del diluvio" o "El descarril" entre otras, aunque el reconocimiento público llegaría a la inclusión de una simple canción, la ya clásica "Hijo del sol luminoso" escrita por Joe Vasconcellos. Congreso da entonces un claro giro hacia el rock progresivo, pero siempre conservando su estilo latinoamericanista.
Con una impresionante discografía y con variados cambios de alineación y diversidad de estilos, Congreso es una de esas bandas imprescindibles que han aportado al desarrollado de un verdadero progresivo con toque latinoamericano.
Discografía
Álbumes de estudio
1971 - El Congreso
1975 - Terra Incógnita
1977 - Congreso
1978 - Misa de Los Andes
1981 - Viaje por la cresta del mundo
1982 - Ha llegado carta
1984 - Pájaros de Arcilla
1986 - Estoy que me muero...
1989 - Para los arqueólogos del futuro
1990 - Aire Puro
1992 - Los Fuegos del Hielo
1992 - Pichanga: profecías a falta de ecuaciones
1995 - Por amor al viento
2001 - La loca sin zapatos
2010 - Con los ojos en la calle
2014 - Sinfónico
2017 - La canción que te debía
Álbumes en vivo
1987 - Gira al Sur (reeditado en 2000 bajo el nombre "Congreso en vivo")
1994 - 25 Años de Música
2004 - Congreso de Exportación: la historia de un viaje