sábado, 25 de octubre de 2014

POEMAS DESDE CENTROAMÉRICA: Martín Cálix

Eleanor Rigby

Siempre Eleanor, siempre tus discos, siempre los perdidos y enfadados misterios de tu piel. Siempre Eleanor, nunca otra, vos nada más. La vida no es larga, sólo dura lo que dura el brillo de tus ojos en el termómetro de la distancia.

Eleanor, pequeña, cansada y descalza.
Eleanor, tus manos inquietas y tu tambor de hojalata
habitas en una casa vacía encima de la lluvia
donde las ventanas están rotas por la esquina que conectan al sur de tus labios.

«Señorita Rigby,
¿quiere té para aliviar su corazón?»

Encendes un cigarro con la misma ternura con la que escapas del sueño. Eleanor, nunca viste la guerra, nunca soñaste la oscuridad, siempre vos Eleanor. La llave que abría el mar era tus dientes.

Ahora toda la gente está sola, Eleanor, como a vos te gusta.
Como a vos te gusta
como a vos te gusta
como a vos te gusta

[…]

all the lonely people
where do they all come from?

Vienen del terror de la oscuridad que la guerra nos heredó.


Hay instrucciones
puestas en la lista para ir al mercado
letreros que hablan
de cómo llegar a vos
de cómo encontrarte
convertida en árbol
en sed de los transeúntes
convertida
en otra vida
que se encuentra lejana
de todos los tiempos
lejana como el mar
y su furia de dios
lejana como la inquieta luz que no guía a nadie
que no tiene futuro
porque no le interesa verse fotocopiada
archivada
doblada en mil cuerpos inertes.

Toma 7

Los trapecistas se quitan la piel y la ponen al revés
doblada sobre la cama
porque amaneció triste la ciudad.
Los trapecistas
son almas con cierto nivel de sarcasmo
los viernes por la noche
después de las 10.

Beben cerveza y les encanta llorar una vez al día.

Los trapecistas alguna vez tuvieron alas
y es por eso que bailan en la cuerda del tendedero de ropa.
En la terraza de mi habitación
vienen a celebrar sus cumpleaños
y se enamoran para toda la vida una vez al mes.

Ayer por la tarde mandaron un satélite al espacio
creen que dios les contestará
creen que cuando no está en el cielo
dios habita en el techo de casa
escondido
porque le tiene miedo al gato.

Una voz les contestó:

atrévete a acompañarme, vamos a andar por los cables.

Desde entonces no se les puede borrar la sonrisa del rostro.

Martín Cálix

(Honduras, 1984)
Soy parte del sello editorial independiente, subVersiva.
Ha sido publicado en la revista Tercer mundo (1ra. Edición, 2011), en la revista Mera V (3ra. Edición Febrero, 2012), en la 1ra Antología de cuento y poesía de La fonola cartonera, Chile (2013), en el Dossier de poesía centroamericana comprometida de la Revista hispanoamericana de cultura OtroLunes, España (2013) y en la Revista Umbigo, México (2014).

Obra publicada:
Partiendo a la locura (Ñ Editores|2011) (segunda edición para Casasola Editores |2012)
45° (Ñ Editores|2013)

domingo, 5 de octubre de 2014

POEMAS DESDE CENTROAMÉRICA: Karen Valladares






Karen Valladares. Poeta, escritora, gestora cultural. Ex miembro de los talleres Edilberto Cardona Bulnes y Máscara suelta. Integró la asociación nacional de escritoras de Honduras (ANDEH). Codirectora de la revista metáfora, miembro fundador del movimiento literario Poetas del Grado Cero. Miembro de la editorial cartonera Grado Cero. Textos traducidos al inglés y al polaco. Publicó: Ciudad Inversa (Grado Cero, 2010) y en las antologías Sociedad anónima (editorial pez dulce, 2007), Antología 2017 nuevos poetas contemporáneos de América Latina (Miselena Caserola, Argentina, 2010), Recopilación de poesía femenina iberoamericana (Cascadas de palabras, 2010) y Canto de sirenas, autoras iberoamericanas. Barcos sobre el agua natal, antologia de poesía hispanoamericana, del siglo XXI, editorial Litoral. Sus poemas se publicaron en destacadas revistas de literatura principales Hispanoamérica. Ha participado en diferentes festivales internacionales de poesía.



No es cosa decir tu nombre

No es cosa nada más de decir tu nombre.
Sentir que salpica en la lengua, en la garganta, en todo el cuerpo.
Pensar que este amanecer revienta en la ciudad, 
Pensar que mi cuerpo humedece cada vez que digo tu nombre,
tu nombre, tu nombre es un insecto venenoso.
Me muerde cada vez que lo pronuncio. 

No es cosa de decir madrugada.
Decir frío que craquea los huesos.
Decir ventana rota, soledad, cama vacía,
mis ojos al borde del llanto.
vuelvo a decir tu nombre.
Tu nombre es de color verde.
Tu nombre es un ácido que me desfigura el rostro.



Tomado del libro: Ninguna tarde azul. 

Hay sangre 

Es de noche amor, y hace frío. 
La noche traspasa las ventanas rotas de este cuarto diminuto. 
Pienso en cualquier cosa y recuerdo que me duele el cuerpo del cansancio. 
El techo no es azul, amor. 
La primavera tampoco es verde. 

Aquí nada es tal como uno cree. 
Afuera el bullicio de los perros es enloquecedor, estorba todo. 
Estorba hasta saber que es domingo, 
pero no importa. Duele amarte en silencio. 
Duele terriblemente amarte. 
mis manos están heridas 
hay sangre en mi cuerpo, en mis ojos, tengo la voz ensangrentada y cómo es una voz ensangrentada? 
Toda la putisima tarde pienso en vos, 
escribo tu nombre y me vuelvo cursi. 

Es de noche amor, y hace frío. 
hay sangre por todas partes, amor, 
y es porque he matado cruelmente tu nombre. 
Jamás volveré a decirlo.


Karen Valladares, tomado del poemario, ninguna tarde azul.  

POEMAS DESDE CENTROAMÉRICA: Miriam García






Usted

Usted y sus ojos de infante,
su risa combustible
que siempre hace encender la mía.
Usted que vive en un mundo de volutas...
donde las luces son juguetonas luciérnagas,
y conciertos de carcajadas...

Le diría decir lo mucho que lo necesito,
lo imprescindible que se ha vuelto,
o que las mariposas se convierten en fuegos artificiales en mis manos
cuando usted se acerca...
Pero no.
No me atrevo a frenar su travesía sideral
con trillados temas de adultos.

Usted siempre será un niño,
nada más que un niño
dispuesto a regalar su mejor sonrisa
a esta niña que juega a escribirle una poesía.


Imaginantes

Imaginemos que soy  franca
deslizando la pluma de un nombre
al tuyo;
las letras cambiando el  orden
y de secuencia las ideas.
Ahora, que las miradas bajaron su intensidad en una dirección
para aumentar en otras,
me confesaré con tu sonrisa:

Renunciaré a los escudos,
dejaré los acertijos en los bolsillos,
la pluma en el tintero
y las páginas para después;
me plantaré frente a ti
admitiendo sin ceremonias
como desde hace mucho
te volviste imprescindible.

Así, Imaginante mío,
mi única patria serán tus brazos
y la miel de tu mirada mi estandarte.

Memoria

¿Quién es la víctima?
¿Soy yo,
con la tierra entre mis dedos,
la sangre palpitante y viva,
con los ojos llenos de tus ojos,
yo que me multiplico por cientos,
que voy a morir mil veces,
para nacer mil veces más,
o vos, al otro lado del fusil;
con el miedo en la pupila,
con el odio sin rostro comiéndote las venas,
vos que me vas a encontrar en cada vuelta del tiempo
sin entenderme nunca,
porque soy polvo y vuelvo al polvo,
porque mi sangre le pertenece al maíz y a él vuelve,
pero tu cuerpo es pólvora efímera,
tu alma es volátil y finita,
¿Quién es la víctima?
¿Yo, que le pertenezco a la tierra que me pertenece
o vos, que vendiste tu alma por la plata que nunca fue tuya?

Miriam García.

Nace en septiembre de 1991, en San Salvador; pero toda su vida ha transcurrido en Soyapango. Escribe desde los 13 años, pero lee desde mucho antes. Actualmente estudia Licenciatura en Periodismo en la Universidad de El Salvador.
Ha publicado algunos de sus poemas en la antología “Retornos” del taller literario “Serpientemplumada”, de Soyapango en 2009. Ha ganado pequeños certámenenes de poesía y narrativa en 2008, 2009 y 2012. También colabora con la revista cultural “Contracultura”.