lunes, 27 de abril de 2020

Pier Paolo Pasolini: Las cenizas de Gramsci

Pasolini visitando a Gramsci

"Las cenizas de Gramsci" es un poemario escrito por el artista italiano Pier Paolo Pasolini en 1960, dedicado al dirigente político y profundo pensador marxista Antonio Gramsci (Ales, Cerdeña, 22 de enero de 1981 - Roma, 27 de abril de 1937). A continuación comparto uno de los poemas que integran ese libro. Si desean ver el poemario completo pueden acceder al enlace:


Canto 3 

Un trapo rojo como aquel 
enroscado en el cuello de los partisanos 
y cerca de la tumba, sobre el terreno calcinado 

diferentemente rojos, dos geranios. 
Allí yaces, señalado con adusta elegancia 
no católica, en el elenco de los extraños 

muertos: Las cenizas de Gramsci...A la esperanza y a la vieja desconfianza te acerco, caminante sin rumbo en esta flaca tierra, frente 

a tu tumba, a tu espíritu apresado 
acá entre estos liberados(O existe algo 
diferente, quizás de mayor éxtasis 

y también de mayor humildad, ebria simbiosis 
adolescente de sexo y muerte...) 
y desde este país en el que no tuvo descanso 

tu alerta, percibo qué error 
aquí en la quietud de las tumbas- junto 
a qué razón -en el inquieto destino 

nuestro- tuviste escribiendo las supremas
páginas en los días de tu asesinato. 
Aquí para testimoniar el semen 

aún no esparcido del antiguo dominio, 
estos muertos aferrados a una posesión 
que ahonda en los siglos su abominación 

y su grandeza: y al mismo tiempo obsesión 
esa vibración de yunques, sordamente 
sofocada y profunda- del humillado 

barrio-para verificar el fin. 
Y heme aquí...pobre, vestido 
con ropas que los pobres espían en las vidirieras 

de chillón fulgor, y que han perdido 
la suciedad de perdidas calles 
de los bancos de tranvías que vuelven 

confuso mi día: mientras siempre más raras 
son estas vacaciones, en el tormento 
de mantenerme vivo; y si me ocurre 

de amar el mundo no es más que por un violento 
e ingenuo amor sensual 
así como, confundido adolescente, en una época 

lo odié, si me hería el mal 
burgués a mi burgués: y ahora, dividido 
-contigo- objeto parece 

de rencor y sí casi de místico 
desprecio, la parte que tiene el poder? 
sin embargo sin tu rigor, subsisto 

porque no elijo. Vivo en la apatía 
de la eclipsada postguerra: amando el mundo que odio- su miseria 

despreciable y perdida- por un oscuro escándalo 
de la conciencia...  


-Pier Paolo Pasolini-

sábado, 18 de abril de 2020

La Banda del Sol de El Salvador

Historias del rock guanaco
EL DESPERTAR: LA BANDA DEL SOL

Por: Erick Tomasino

La Banda del Sol
Carlos “Tamba” Aragón coro, guitarra
Manuel Antonio Martínez piano, teclado
Ricardo Archer bajo, coro
Fernando Llort voz, pandereta
Max Martínez guitarra, coros
 
Invitados
Tony Martínez batería
Josep Koessner contrabajo 
Pedro Portillo armónica
Carlos Peraza chinchines
Elizabeth Archer coros
Marina Tilie coros

Más que un grupo musical, es la expresión del movimiento hippie en El Salvador de finales de los años sesenta y principios de los años setenta. Con una breve vida y con apenas tres, pero potentes canciones de su autoría, la Banda del Sol ha dejado un legado que perdura hasta nuestros días.
La Banda del Sol expresa la inquietud de la juventud salvadoreña por la expresión estilística de su contexto, sus canciones son la manifestación de un entorno opresivo y a la vez son profecía de lo que estaba surgiendo; así como también el camino que cada uno de sus integrantes tomaría, sería la expresión de las vías que toda una generación asumiría de acuerdo a su nivel de compromiso con la construcción del futuro.


Las tres canciones que se conocen de esta agrupación aparecerían en el disco UNIDAD en 1971, producido por Willie Maldonado. Álbum que además contaba con canciones de Rolf, Jorge Delgadillo, Fiebre Amarilla, Corimbo y Los Kiriaps. Este disco es para algunos conocedores de la música, la fotografía de lo mejor de la música salvadoreña de aquellos años. Las tres grabaciones que realizó esta agrupación el disco fueron: Abriendo caminos, El planeta de los cerdos y El perdedor.
Sin duda, la más conocida es El planeta de los cerdos escrita por “Tamba” Aragón*. Es una inconfundible canción protesta con claro mensaje en contra de la dictadura militar y del imperialismo, un verdadero himno y reflejo de lo  que se vivía por aquel entonces; además de una evocación al amor, la vida y la esperanza.
Es la materialización sonora de la concepción de su autor, quien en esos años transita “entre la comunidad estética vanguardista y el sujeto político revolucionario” (Baldovinos, p. 138) no así sus demás integrantes quienes están más próximos a las inquietudes artísticas rebeldes y con un Fernando Llort, en un redescubrimiento más esotérico.
Abriendo camino y El perdedor indudables canciones influenciadas por el movimiento hippie, con matices de un rock acústico y mezclas de una variedad de instrumentos, además de una interpretación coral muy común en los grupos de la época.
Como se ha dicho, más que un grupo, la Banda del Sol es todo un movimiento, de acuerdo a Sorto (2009), la Banda del Sol…
“En todas las grabaciones siempre tuvo músicos o/y amigos invitados: el colaborarse entre músicos y grupos era casi la regla. Participaron por ejemplo, entre las tres canciones que se grabaron para Unidad: Carlos Peraza, Pedro Portillo, Sal Laroche, Tony Martínez, los estadounidenses  Julián Kosicky y Joseph Kossner (profesores en el Bachillarato en Artes), o Manuel y Enrique Vásquez Amory (colaboraron y fue en su casa donde se escribió la letra de Abriendo Camino) y en las voces femeninas Elizabeth Archer y Marina Tilic, una fémina de la Yugoslavia de Tito. En la partitura de Abriendo Camino colaboró también Alejandro Bella, según afirma un texto de  Sal Laroche”.
La banda tuvo una vida efímera dado que sus integrantes decidieran tomar rumbos diversos en sus vidas. “Tamba” Aragón se incorporaría a la guerrilla con las Fuerzas Populares de Liberación (FPL), en la que fuera conocido como Comandante Sebastián y quien muriera en combate en 1981.
Por otra parte, los demás integrantes siguieron también cada quien su camino. Fernando Llort, por ejemplo, fue destacado como uno de los más importantes artistas de la plástica salvadoreña.
La música de La Banda del Sol es la viva expresión de una juventud rebelde, con una obra de calidad estética, influenciada por su contexto pero premonitoria y con un legado imperecedero pese a su corta vida.

"Tamba" Aragón.
*En 1981, cae en combate Carlos Francisco Aragón Cabrera, nacido el 19 de Junio de 1951. Conocido en el mundo artístico como Tamba. fue miembro de varias bandas de música en San Salvador, entre ellas la famosa "Banda del Sol". Con esta banda, "Tamba" grabó lo que se puede considerar su obra magna, la canción "El Planeta de los Cerdos" (Letra y música). Perteneció a esa generación de jóvenes artistas que le cantaban al amor y a la paz, y al entrar en contradicciones de lo que recibían por parte de los cuerpos de seguridad, le motivó a participar en la guerra civil salvadoreña. Su nombre en la guerra popular salvadoreña fue "Sebastián", primer jefe de las Fuerzas Especiales de las FPL en Chalatenango. En medio de la guerra, dedicaba los momentos que tenía libres para escribir poesía. Muere en combate una zona entre San Fernando y Dulce Nombre de María, municipios del departamento de Chalatenango. Él desarrollo una actividad en San Ignacio La Palma Chálate, el día 17 de Septiembre de 1981. Departamento de Chalatenango.

REFERENCIAS
Baldovinos, R. (2013). Comunidades estéticas y colectivos artísticos de vanguardia en El Salvador (1960-1980). Revista Identidades. N 7, julio-diciembre. Pp. 108-139.
BANDA DEL SOL
Sorto, M. (2009). El planeta de los cerdos. Diario digital Contrapunto.



NOTA. En la primera versión de este post, puse como integrantes de la banda a todas las personas que participaron en la grabación. Corrigiendo, los miembros permanentes son los que aparecen ahora al inicio de la publicación.

martes, 7 de abril de 2020

Cuando fuimos a ver a Luis Eduardo Aute


Por: Erick Tomasino

Año 2003. En Brasil, Lula asumía la presidencia dando un giro a la geopolítica latinoamericana y mundial. Protestas a nivel global en contra de las políticas guerreristas del gobierno de George W. Bush que, en su retórica lucha contra el terrorismo, iniciaría la invasión a Irak el 20 de marzo, la cual fue encabezada por el ejército de los EEUU y apoyada por otros gobiernos títeres. El Salvador era gobernado por Francisco Flores quien hacía apenas dos años antes (enero del 2001) había emitido la Ley de Integración Monetaria que no era otra cosa que la dolarización de la economía. Los movimientos y organizaciones sociales buscaban parar los intentos de privatización de los servicios de salud en unas impresionantes acciones conocidas como las “Marchas Blancas” que habían reactivado al movimiento popular. Ese es el contexto en el que nos encontrábamos.

En la Universidad de El Salvador, nuestra organización trataba de consolidarse y ganar espacios en la vida cotidiana y política, aunque las autoridades nos seguían considerando un par de “gatos locos” o nos llamaran de forma despectiva como “los peluditos de Agefmo” (por la particular característica que de aquellos pocos estudiantes organizados, un buen porcentaje llevábamos cabellos largos). Había mucha movida por la temporada de elecciones y nosotros aprendíamos a sobrevivir en esa dinámica y la voracidad que conllevaba.


Pero también ese año estaría lleno de anécdotas muy significativas para un grupo de jóvenes idealistas con rasgos de revolucionarios, como éramos. Una de ellas sucedió cuando tuvimos la oportunidad de asistir al concierto del Festival Verdad para ver, entre otros artistas, a Luis Eduardo Aute.

El Festival Verdad era una iniciativa del Instituto de Derechos Humanos de la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas” (IDHUCA), el cual estaba dedicado a “la verdad y a la promoción de los derechos humanos”, este se venía realizando desde 1998. Aunque este festival se componía de diversas actividades, una de las más promocionadas era la del Concierto del Festival Verdad, al que muchos sencillamente le llamábamos de “Festival Verdad”.

Para marzo del 2003, la UCA había anunciado una cartelera de por sí llamativa y que prometía ser uno de los conciertos más memorables de nuestras vidas. Aquella edición que además integraba a los grupos nacionales Son Tres Cuartos, Talticpac y Exceso de Equipaje, completaba su cartelera con nada menos y nada más que al músico argentino-costarricense Adrián Goizueta, al grupo argentino Quintento Tiempo y al músico español Luis Eduardo Aute.


Si no mal recuerdo fue Ronald Gálvez a quien le encargamos la compra de los boletos, pues él era nuestro representante ante la Asamblea General Universitaria (AGU) y por tanto viajaba al menos una vez por semana hacia San Salvador. Este mismo había sido el que nos había prestado un CD que andaba de mano en mano y que muchos reprodujimos de forma pirateada. Era el disco “Mano a Mano”, un álbum grabado en vivo de un concierto que Aute había realizado junto al músico cubano Silvio Rodríguez en Madrid en 1993. Ese disco sonaría muchas veces por los altos parlantes de la facultad en lo que era nuestro “sonido local”. Por cierto, la edición que teníamos en nuestro local, llevaba una carátula que yo había mecanografiado con mi máquina de escribir.



Fue un 29 de marzo en el que un grupo de compañeros y compañeras nos dimos la posibilidad de asistir a aquel concierto. En esa época buscábamos vestirnos lo más hippies que podíamos, algunos con gorros andinos de lana, otros con chalinas guatemaltecas, cotones de algodón, morrales y uno que otro con sandalias de cuero, las prendas traídas de Guatemala nos daban ese carácter revolucionario y “autóctono” de la época. Jóvenes contestatarios que entre otras cosas, tratábamos de evadir las normas que una universidad jesuita quería imponernos, pero eso merece otra plática.  

Llegamos a la UCA con aquella emoción que surge al saber que asistirás a uno de los eventos más importantes de tu vida. Al llegar nos encontramos con amistades que se fueron construyendo en distintos contextos pero que nos unía el gusto por la música de aquellos artistas, porque también hay que aceptar que aquellos festivales eran un espacio para reencontrarte con personas que no verías si no solamente ahí. Así, en las horas previas, sentados en una gramita, la prueba de sonido ya emocionaba “Yo te quiero con alevosía” cantaba una mujer a quien parecía acompañarle la voz aguda y reconocible de Aute, pelos de punta. Primer aviso.

Después de un casi imperceptible retraso, el concierto por fin daba inicio, con los grupos nacionales encendiendo la euforia de la asistencia, consignas contra la privatización y contra la guerra. Después era el turno de Adrián Goizueta siempre muy minucioso en su presentación, emocionaba con canciones como “Compañera” y “¿Sabes qué?” o “Farabundo”; después un Quinteto Tiempo incendiario cantando “El río está llamando”, “Canción con todos” y el “Himno de la Unidad” que ponía a todas las personas asistentes a corear al unísono, para finalmente dar paso a Luis Eduardo Aute.

Con un ambiente más relajado que sus predecesores, su repertorio contaba con aquellos temas de nuestro tan gustado disco, temas como "Las cuatro y diez", "Cada vez que me amas" y "Sin tu latido" o “Dentro”, combinada con “Alevosía” “Alas y balas”, “Anda”, “Al alba”, “La belleza” y “Slowly” complacían los gustos de las varias generaciones que en una marejada de emociones se entremezclaban. Aquellos temas que más de alguno “cantaba” a lo más que los gritos le permitieran, fundidos en abrazos fraternales, risas con las ingeniosas bromas que Aute aprovechaba a lanzar y embriagados de música (y también de alcohol) vivíamos ese momento que nos haría creer que el Festival Verdad sería una tradición a cumplir por el resto de nuestras vidas. Sin duda uno de los eventos más memorables que pudimos disfrutar en colectivo y que, a la partida física del gran artista, nos hace recordarlo.

Por ello, a quienes estuvimos ahí. ¡Salud!


Luis Eduardo Aute (Manila, Filipinas; 13 de septiembre de 1943 - Madrid, España; 4 de abril de 2020).

lunes, 6 de abril de 2020

10 consejos de Frei Betto para enfrentar la reclusión



10 consejos para enfrentar la reclusión


Frei Betto

Estuve recluido durante la dictadura militar en Brasil. En los cuatro años en prisión me encerraron en celdas solitarias en los Departamentos de Orden Política y Social (DOPS) de Porto Alegre y de la capital paulista, así también en el Estado de Sao Paulo en el cuartel general de la Policía Militar (PM), en el batallón de la ROTA, en la Penitenciaría del Estado, en Carandirú y en la Penitenciaría Presidente Wenceslau.

Es por ello que comparto 10 consejos para soportar mejor este período de reclusión por la pandemia del COVID-19.

1. Mantenga el cuerpo y la cabeza juntos. Estar con el cuerpo confinado y con la cabeza allá afuera, puede causar depresión.
2. Cree una rutina. No se quede en pijama todo el día como si estuviese enfermo. Impóngase una serie de actividades: ejercicios físicos, en especial aeróbicos (para estimular el aparato respiratorio), lectura, ordenamiento de armarios, limpieza de las cómodas, investigar en internet, entre otras actividades.
3. No se quede todo el día frente a la TV o a la computadora. Diversifique sus ocupaciones. No sea como el pasajero que permanece todo el día en la estación sin la menor idea del horario del tren.
4. Use el teléfono para hablar con parientes y amistades, en especial con los más viejos o los más vulnerables y quienes viven solos. Entretenerlos le hará bien a ellos y a usted.
5. Dedíquese a un trabajo manual: reparar artefactos, armar rompecabezas, coser, cocinar etc.
6. Entreténgase con juegos. Si está en compañía de otras personas, establezcan un período del día para jugar ajedrez, damas, barajas.
7. Escriba un diario de la cuarentena. Aunque no tenga intención de que otras personas lo lean, hágalo para sí mismo. Escribir en el papel o en la computadora ideas y sentimientos, es profundamente terapéutico.
8. Si hay niños u otras personas adultas en casa, divida con ellas las tareas domésticas. Establezca un programa de actividades con momentos comunes y momentos de tiempo libre para cada una.
9. Medite, aunque usted no sea una persona religiosa, aprenda a meditar, pues eso limpia la mente, retiene la imaginación, evita la ansiedad y alivia tensiones. Dedique al menos 30 minutos al día para la meditación.
10. No se convenza de que la pandemia cesará rápido o durará tantos meses. Actúe como si el período de reclusión fuese a durar mucho tiempo. En prisión, no hay nada peor que el abogado que garantice al cliente que él recuperará la libertad dentro de dos o tres meses. Eso desencadena una expectativa desgastante. Así, prepárese para un largo viaje dentro de su propia casa.

Traducción: Erick Tomasino.

jueves, 2 de abril de 2020

Consejos psicológicos para quedar en casa


Ante la recomendación de quedar en casa (para quienes podamos) para reducir la propagación del COVID-19, realicé un víde básco con algunos consejos para afrontar largos períodos de encierro que nos pueden ayudar a soportar mejor el encierro.



miércoles, 1 de abril de 2020

Red Alforja replantea fechas Programa 2020


COVID-19 y Estado de Excepción


El Salvador
COVID-19 Y ESTADO DE EXCEPCIÓN

Erick Tomasino
Escrito el 23/03/2020

Introducción
La pandemia del COVID-19, ha obligado a los gobiernos y pueblos de todo el mundo a tomar acciones para contrarrestar la proliferación del virus, el gobierno de El Salvador no ha sido la excepción en este tema. Frente a esta situación, el presidente salvadoreño Nayib Bukele, ha venido anunciando y aprobando medidas -a prueba de ensayo y error- que por su manejo mediático aparecen ante la opinión pública como acertadas y replicables, dado el manejo de la información como si fuera un parte de guerra en el que se anuncia el despliegue territorial del enemigo y se hace un recuento a cuentagotas de las bajas.
Un manejo de ese estilo provoca que la emergencia se aborde como una guerra en la cual el enemigo a vencer -poco conocido y proveniente de culturas extrañas- con aliados internos que le abren las puertas para la invasión, requiera entonces de un ejército sólido que le haga frente, dirigido por un liderazgo al que no le tiembla la mano a la hora de tomar decisiones que pueden salvaguardar la vida de una población necesitada de ser defendida.
Tal parece que la identificación del enemigo externo que viene a invadirnos, es la principal razón de ser todas las medidas que se están tomando actualmente, a tal punto que, al ser lo principal e inmediato, se abandone de la agenda cualquier otro tema que no sea el de atender la emergencia y cualquiera que ose ponerlo en duda, es porque no le importa la vida humana. Al ser Nayib el dueño de la verdad no se le puede contradecir. Unirse en la emergencia, es hacerle caso en todo y seguir sus órdenes sin discutirlas.
Esta forma de entender el fenómeno ha sido bien utilizado por el presidente salvadoreño quien se presenta como el hombre fuerte, el único salvador destinado a vencer y por lo tanto un líder ejemplar envidiado por otros países. Claro está que para ello se ha hecho valer de un recurso propagandístico que muestra sólo de forma parcial los hechos y que oculta aquellos aspectos que evidencien que sus acciones no sean del todo acertadas o esconden motivaciones no tan claras. Veamos.

Restricción de garantías constitucionales
El día 13 de marzo, fue presentada la solicitud de aprobación de un decreto que permitiera declarar el estado de excepción a nivel nacional con base en el artículo 29 de la Constitución. Este artículo prácticamente permite declarar el régimen de excepción que es la restricción de garantías constitucionales, en específico las que se refieren a la libertad de tránsito y de reunión con la aplicación de detención administrativa que superan las 72 horas.
Sin embargo, de acuerdo a procedimiento, esta iniciativa fue revisada en la Asamblea Legislativa, siendo aprobado en un primer momento, el decreto de “Estado de Emergencia Nacional” con votos de los 84 diputados y diputadas que conforman el pleno legislativo. Esta medida mandata a todas las instituciones del Estado a trabajar en función de la emergencia, permitiendo que se atiendan las necesidades provocadas por la situación. Además establece la restricción de la circulación de personas que puedan ser portadoras del virus, en su ingreso y dentro del territorio y el no despido de aquellas personas que fueran llevadas a cuarentena. La medida podría haber sido suficiente; sin embargo, el gobierno de Bukele, no conforme con el primer decreto insistió que ese mismo día se aprobara también la “Ley de restricción temporal de derechos constitucionales concretos para atender la pandemia COVID-19”, ante la negativa del FMLN que consideraba que con la declaración de estado de emergencia era suficiente, las fracciones de derecha realizaron una negociación nada transparente y en unas horas, con algunas modificaciones, el decreto fue aprobado sin los votos del FMLN y un diputado del PDC, dando al gobierno la facultad de omitir tres garantías constitucionales: la libre reunión pacífica entre personas, el derecho a no ser obligado a cambiar de domicilio y el libre tránsito. El decreto tiene una vigencia de 15 días. Otras medidas a propuesta del Frente como la compra de medicamentos y una financiación por 30 millones, no consiguieron los votos necesarios.
Por otra parte Bukele de manera continua, ha girado una serie de órdenes entre las que se encuentran: el cierre de todos los bares y discotecas por 14 días en todo el país, a ello le siguieron gimnasios, restaurantes, pupuserías, permitiendo sólo servicio para llevar o a domicilio. Una ventaja demasiado favorable para las cadenas de comida que cuentan con estos servicios frente a la pupusería del vecindario que apenas tiene a su grupo familiar como para sostener la medida. También se ordenó el uso del Centro Internacional de Ferias y Convenciones (CIFCO) como un hospital temporal para futuros posibles pacientes, con 300 unidades de cuidados intensivos y dos mil camas hospitalarias (el hospital más grande de Centroamérica sentenció). También prohibió las aglomeraciones de más de 75 personas (más tarde reduciría a 50).
Mucha gente aplaudió estas medidas y El Salvador construía una barricada para impedir la inmersión del enemigo. Pero no sería del todo cierto.

El primer caso y un Plan de alivio económico… pero sin plan
El miércoles 18 se anunció el primer caso confirmado por COVID-19, de una persona a la que se le acusó de haber entrado por un punto ciego para evitar los controles sanitarios y la puesta en cuarentena. Esta noticia desató las alarmas en buena parte de la población que, ante la amenaza, tomó la decisión de hacer compras de pánico en las grandes cadenas de supermercados (con aglomeraciones de más de 50 personas), además de pedir el linchamiento de esa persona y de sus familiares, como si de un delito de alta traición a la patria se tratara. Esto se manejó como una “ irresponsabilidad” de la persona y no como una debilidad de las medidas de defensa. Por su parte, el gobierno decidió acordonar y aislar la ciudad de domicilio de aquella persona como una medida de contención y la ubicación de retenenes policiales y militares en distintos puntos del país. El enemigo no se burlaría de nuevo, había que impedir su avance en el territorio. Era necesario elevar la moral y el ánimo nacional.
En este marco, se vinieron experimentado una serie de hechos de tipo económico, como el cierre o la reducción de actividades en los sectores de producción y servicios, sobre todo del sector informal. Por ello, el gobierno no podía quedarse de brazos cruzados, así que además de combatir con la fuerza militar y policial al invasor, había que responder las necesidades de ayuda del pueblo indefenso y también afectado en su bolsillo. Hasta aquí todo bien a excepción que además del confinamiento y las promesas de apoyo económico, no se anuncia ninguna medida sanitaria.
El viernes 20 de marzo, el gobierno, a través del Ministro de Hacienda, presentó el “Plan de respuesta y alivio económico ante la emergencia del COVID-19”. Entre algunas de estas medidas, que han sido aprobadas por la Asamblea Legislativa, se encuentra la suspensión por tres meses de los pagos de energía eléctrica, de agua, de teléfono, internet, créditos, préstamos y alquileres. El mundo admiraba esta acción temeraria, los empresarios por fin entenderían que en estos casos el pueblo es primero.
Ahora bien, retomando el manejo propagandístico de Bukele, esta iniciativa se manejó como una decisión exclusiva y unipersonal del Presidente, se ha asumido como un alivio que, de nuevo gracias a Él, la población ya no va a pagar los gastos mencionados. Pues no, la medida no significa que las personas ya no tengan que pagar debido a que no se trata de una condonación de deuda, sino más bien de una reestructuración de los pagos; es decir, que no es que no se vaya a pagar las facturas por esos tres meses, sino que esos montos (deuda adquirida y acumulada por tres meses) deberá cancelarse en cuotas diluidas hasta en unos 24 meses.
En un estado de emergencia, esa medida puede ser válida en lo inmediato, pues las personas que evidencian reducción de ingresos o que no los percibirán mientras dure la crisis, les es favorable; pero hay que tener presente que a corto plazo significa que las personas acumularán deuda, mientras que las empresas financieras y de servicios, aún con el atraso de los pagos, de todas maneras percibirán ingresos. En una guerra como esta, parece que no todos los actores se sacrifican por igual. Pero también, a una semana de anunciado aquello, empresas de telefonía argumentan que la medida sólo es válida para las personas que presentan casos positivos.
Otra de las acciones tomadas por el gobierno, es la solicitud a la Asamblea Legislativa para la autorización de gestión de recursos hasta por 2mil millones de dólares, aunque el mecanismo específico todavía no se ha aprobado, es muy probable que sea el de contraer deuda ante organismos financieros (welcome mister FMI). El destino del préstamo se resume en una frase: “Financiar el Fondo de Emergencia y de Reconstrucción Económica del país, por los efectos de la pandemia a causa del COVID-19”, pero hasta la fecha no se conocen los detalles de para qué y dónde serán usados los recursos. Considerada esa suma, no tener claridad de su uso genera justificadas sospechas.
Para ilustrar la dimensión de esa deuda, la economista Tatiana Marroquín, advierte que la cifra de los 2mil millones, representa el presupuesto de salud de más de dos años y más del 30% del presupuesto nacional de todo el año; representa también el 7.6% del PIB, lo que significa que llevará la deuda de 73% del PIB a 80%. Todavía no está claro en que se invertiría ese dinero pues no se cuenta con planes económicos. La sospecha radica en que el gobierno ha manifestado un comportamiento compulsivo por la contracción de deuda pública para financiar planes llamativos en sus nombres, pero vacíos en sus contenidos, no obstante son redituables para promover la figura presidencial que las presenta no como fondos públicos sino ayuda de su bolsillo. Esa actitud se percibe no sólo con este posible préstamo sino con todo lo que ha anunciado desde que asumió el mandato, pues a la solicitud de fondos, los supuestos planes se manejan como secretos de Estado que no deben caer en manos de los enemigos. Nadie más que el grupo más cercano al presidente sabe cuál será el destino de la inversión y de los gastos.
Un ejemplo de lo anterior es el anunció de la construcción del ahora "hospital más grande de Latinoamérica" (porque el presidente de Guatemala anunció que haría el más grande de Centroamérica, siempre hay que ser más más que los demás). Para ello el Ministro de Obras Públicas afirmó que esto tendrá un costo de "entre 70 y 100 millones de dólares"; es decir, ni siquiera tienen un presupuesto ya definido para ello. Esta diferencia de de 30 millones de dólares puede ser bastante cuestionable y si a ello le sumamos que en realidad no es la construcción de un hospital como tal, sino que es el acondicionamiento de las instalaciones de un centro de ferias y convenciones para que haga las labores de un hospital provisional, que una vez pasada la emergencia será desmontado.
Esa cifra parece ser sacada de la manga pues hay que mencionar que el presupuesto para la construcción del nuevo hospital Rosales será de 80 millones, que sería un hospital con una estructura permanente. Lo cuestionable acá no es la atención de la emergencia, sino la solicitud de préstamos para realizar acciones de las que no tienen idea de cuánto realmente podrían costar, lo que confirma el carácter improvisado del gobierno. (No hay que olvidar que cuando Nayib fue a China, de nuevo sin plan y sobre la improvisación, en lugar de solicitar inversión para la construcción de hospitales, pidió la construcción de un nuevo estadio de fútbol!).

Cuarentena domiciliar, compensaciones económicas y penalización de la pobreza
Con lo anterior y aún siendo El Salvador uno de los países con menos casos positivos confirmados a la fecha (3), el día 21 de marzo, Bukele anunció en cadena nacional, la aplicación de una cuarentena domiciliar por 30 días en todo el país. A través del Ministerio de Salud presentó el decreto denominado “Medidas extraordinaraias de prevención y contención para declarar el territorio nacional como zona sujeta a control sanitario, a fin de que contener la pandemia COVID-19”. Esta medida refuerza la prohibición al libre tránsito y a reuniones que, con sus excepciones, obliga a todas las personas a mantener cuarentena domiciliar por el plazo mencionado bajo riesgo de ser “retenida” y llevada a “Centros de Contención”. Prácticamente es la aplicación de hecho del Estado de Excepción que se mencionó anteriormente sin la aprobación del legislativo. Es, como dice un amigo: “arresto domiciliario con libertades específicas”.
En concordancia con ello, el Fiscal General dictó la orden de procesar bajo el ilícito de desobediencia de particulares, a aquellas personas que no cumplan las disposiciones del Ejecutivo. Quien no acate este decreto, corre el riesgo de someterse a responsabilidades penales. Esto significa que si una persona incumple la medida, (justificada o no, legal o no) será llevada a un “centro de contención” para que pase el período de la cuarentena y pasado el período, se le someterá a juicio por desobediencia, lo que implica una pena de entre uno a tres años de cárcel. Lo peligroso aquí es la justificación de detenciones arbitrarias por parte del ejército y la policía con justificación por la emergencia y con aceptación popular. De hecho en sí misma es arbitraria pues no está contemplada en ninguno de los decretos aprobados.
Lo anterior parece no importar mucho debido al manejo mediático de las medidas anunciadas, no son las restricciones a las libertades de tránsito y de reunión, sino lo que más eco ha hecho y las que más han aumentado la fama del mandatario, son las de carácter económico que han sido vendidas como medidas que están hechas pensadas en la necesidad de las personas.
El decreto anunciado, en su artículo 7 menciona una medida de compensación de un bono por 300 dólares a las personas afectadas económicamente y de forma directa por la pandemia.
Quiero detenerme en este punto pues al parecer es el que más reacciones positivas ha generado; sin embargo por su aparente beneficio, está llena de contradicciones:
El decreto utiliza dos categorías como sinónimos (vivienda y persona) y en la conferencia se usó otra (familias), Nayib dijo que el bono aplicaría a un aproximado de un millón y medio de familias (siendo un desembolso de 450 millones mensuales), el uso de las tres categorías puede resultar confuso pero en concreto, para la aplicación del bono se aplicaría la de vivienda, pues las personas afectadas para acceder deberán presentar un recibo de energía eléctrica de aquellas hogares en cuyas viviendas tengan un consumo inferior a los 250 kilovatios, además de que en el seno familiar no haya ninguna persona recibiendo salario; por lo tanto, no es un beneficio asignado de forma individual a cada persona afectada, como se presupone, tampoco corresponde necesariamente a la cantidad de familias dentro de una vivienda ni toma en cuenta las diferencias en la cantidad de personas que la habitan. Tampoco considera aquellas familias que no tienen servicio de energía eléctrica en su casa ni mucho menos aquellas personas que no tienen vivienda y siendo un subsidio podría presentar desigualdades en el beneficio.
Pongamos por ejemplo, si en una familia hay dos o tres personas que se dedican a trabajos en el sector informal, aplicará solo una de ellas. No diferencia si en una vivienda viven dos personas o diez personas, aplicaría sólo una de ellas. No considera si en una vivienda vive una familia o tres familias, aplicará sólo una persona de ellas. Siempre que ninguna de ellas perciba salario. Esto sin mencionar todos los conflictos que puedan derivarse sobre quien será la persona beneficiara que controlará el dinero, entre otras. Y si retomamos que es por debajo del consumo de energía, una persona que tenga una vivienda que usa poco tiene más posibilidad que el de una vivienda que por la cantidad de personas o porque tiene una actividad dentro de ella (como un comedor familiar, por ejemplo) pueda no acceder. Antecedentes ya hay.
Aunque esta medida parece de aplicación inmediata, lo que no se dijo en la conferencia es que se tiene que solicitar a la Asamblea permiso para gestionar esos fondos. Por lo tanto, la gente que aplique al bono, no lo va a recibir en los próximos días, ni siquiera se sabe cuales serán los mecanismos para aplicar ni para recibirlo.
Otra medida consignada en el mismo artículo es el de un bono de 150 dólares para empleados públicos que estén trabajando frente a la crisis. Aquí hay recordar que Nayib tiene experiencia demostrada en prometer bonos a empleados públicos pero también el de incumplir sus promesas. Tampoco se sabe de donde saldrá este dinero. No importa, él y lanzó las medidas, hay que vean aquellos que no estén de acuerdo a aprobarles aún a costa de endeudar todavía más al país, igual habrá algún recurso del Estado que después se pueda vender para pagar la deuda. Lo que parece inamovible, es la revisión y reasignación del presupuesto.
Ahora bien, la suma de las medidas anunciadas, más la imposición de hecho de acciones represivas y el manejo mediático de la crisis, en la que se hace ver que contraer el COVID-19 es más bien un delito que debe ser penalizado que una enfermedad que debe tratarse como tal, está provocando -por imposición- el cierre o suspensión de actividades en el sector no capitalista (sector informal) y al mismo tiempo desde el aparato gubernamental se promueve y se incentiva el consumo exclusivamente en el sector capitalista; es decir que se impone el cierre de ventas en los mercados y pequeños comercios que no sean exclusivamente de alimentos, bajo riesgo de que a estas personas se les aplique la ley penal; mientras que se permiten licencias para mantener la actividad económica a través del consumo en las cadenas de supermercados y franquicias de comida.
Esto hace que el subsidio de los 300 dólares, aportados por deuda del sector público, que no se puede negar serán de ayuda las familias afectadas, también servirán para la reactivación del sector privado comercial y de servicios -principalmente- aunque sea de forma mínima y velada.

Los amigos del Presi
En la conferencia del día 21, Nayib junto a parte de su gabinete, se hizo acompañar de dos personajes que representan el poder real detrás del ejecutivo quienes, a parte del presidente y del representante de la OPS, fueron los únicos a los que se les facilitó el uso de la palabra. Uno de ellos era Ronald Johnson, embajador de los EEUU, quien en otras ocasiones ha aparecido junto a Nayib para anunciar medidas importantes sobre migración (firma de Acuerdo contra migración irregular) y suele darle sus espaldarazos cuando lo necesita. El otro personaje era Roberto Murray Meza, conocido empresario miembro de la gran burguesía criolla, quien además fue presidente del Consejo Ejecutivo y financista de ARENA. Su nombre aparece vinculado al llamado “Caso Flores”.
Esta exposición ha tenido un impacto mediático pero también tiene una motivación política. Lo mediático radica en enviar un “mensaje de unidad nacional” con respaldo internacional (de EEUU) al aparente liderazgo de Bukele para enfrentar la situación. Hecho que refresca la imagen de un personaje que hasta hacía unas semanas fuera duramente criticado por los eventos alrededor del 9F. Esto también tiene sus implicaciones a futuro y es la demostración de que tanto los grandes grupos de poder económicos en el país están asumiendo a Bukele como uno de sus aliados y por lo tanto podrían prescindir de ARENA que hasta hoy es su principal instrumento político. Pero lo que no se puede pasar por alto, es que ese representante de la burguesía, vinculado a un caso de desvío de donaciones financieras para ayuda, que no ha sido investigado por ello y quien llevaba una buena temporada desaparecido del espectro público, casualmente aparezca ahora como el amigo empresario que hacía falta.

Represión y cárcel para el pueblo
Las medidas anunciadas e impuestas, justificadas para el abordaje de la emergencia por el COVID-19, se han promocionado como las más efectivas siendo que por sus resultados oficiales concretos, hacen pensar que han sido las más acertadas aún con todos los problemas que en el mundo de la precariedad genera. Hasta hoy, las medidas de alivio económico son mera ilusión; lo que si se está aplicando son las medidas restrictivas. Sólo en las primeras horas del anuncio y de la aplicación de hecho, ya habían 269 personas detenidas por incumplir la cuarentena domiciliar (aumentando a más de 500), algunas incluso capturadas en los horarios en que todavía no se conocía el anuncio de esas medidas, siendo expuestas al escarnio público como si de delincuentes peligrosos y enemigos de la patria y de la familia salvadoreña se tratara.
En tal sentido lo que se teme es que mucha gente, en específico la que vive del “día a día” se verá obligada a retomar sus actividades cotidianas para obtener ingresos o buscar comida, e incluso aquella población que no cuenta con acceso domiciliario de agua tendrá que salir de su casa para poder obtenerla, a riesgo de que la policía o el ejército, con métodos arbitrarios, la lleve a un "centro de confinamiento" que es como decir prisión.
En un país con un sistema sanitario y de salud pública deficiente y mermado, de un sistema de agua y saneamiento insuficiente, con una alta tasa de densidad poblacional y con una población en mayoría del sector informal (alrededor del 70%), las medidas de prevención mencionadas pueden resultar insuficientes por lo que no se descarta que haya casos de fallecimiento a causa del COVID-19; situación que será usada para criminalizar a la población por supuestamente no acatar las medidas y ejecutar acciones cada vez más restrictivas contra el pueblo trabajador. Y, claro está, no se podrá salir a la calle a reclamar derechos porque simplemente está prohibido y esta vez justificado.
Aunado a lo anterior, un elemento que no se está tomando muy en cuenta, es que toda esta emergencia puede provocar una recesión económica, esto es la disminución de la actividad económica durante un período de tiempo, lo que provoca la disminución en el consumo, en la inversión y en la producción de bienes y servicios, lo que para el pueblo trabajador significa desempleo. Por ello, personas que están siendo despedidas (afectadas por la emergencia), no necesariamente serán reinstaladas de forma inmediata en sus empleos; aquí no aplica el bono de los 300 dólares que son por causa directa de la emergencia, esa bonificación no significa un seguro por desempleo a mediano plazo. La recesión no sería tan preocupante si previéndolo, el gobierno diseñara un plan para enfrentar ese escenario, pero hasta hoy como lo hemos mencionado, la planificación no es su principal característica, lo que si lo es, la legitimación y naturalización de lo una sociedad militarizada y con un liderazgo autoritario.
Por lo tanto, lo anterior no quita que -a mediano y largo plazo- aún pasada la emergencia, algunas de las medidas puedan ser utilizadas para imponer, legitimar y naturalizar mecanismos de represión contra la población y sus adversarios y justificar el control casi absoluto del aparato del estado para su propio beneficio y sus allegados, dada la actitud autoritaria del gobierno. Todavía está fresco el hecho de que el 9 de febrero invadiera con un asombroso dispositivo militar el edificio de la Asamblea Legislativa. Es llamativo que a la fecha, lo que más se discute son las disposiciones de tipo militar y policial y no las de tipo sanitario, si de lo que se trata es de tratar una enfermedad y no la de “combatir” a un enemigo a fuerza de bala.
Quiero cerrar afirmando que las medidas de prevención de tipo sanitarias son importantes y necesarias. Asumir medidas y hábitos para evitar y reducir los contagios también. El hecho de contar con el mínimo de casos positivos y sin ningún fallecimiento hasta la fecha, es una noticia positiva. No obstante, la alerta por CORONAVID-19 no debe ser una justificación para imponer un estado de excepción que restringe la libertad de tránsito y de reunión, ni la violación de los derechos humanos, asumiendo que “primero hay que salvar las vidas humanas para después ver si se respetan los derechos”; tampoco justifica la naturalización de la remilitarización de la sociedad. Por lo tanto, un mal manejo de estas medidas aceptándolas como la solución única y posible por sus aparentes resultados cuantitavos del número de bajas, sólo justificaría un nuevo tipo de dictadura y de gobierno autoritario que -no dudo- quieran replicar en otros países.