lunes, 25 de mayo de 2020

Rituales de despedida en tiempo de confinamiento

RITUALES DE DESPEDIDA


Las medidas adoptadas por la crisis del Covid-19, han obligado a que nos adaptemos a nuevas modalidades de convivencia que afectan aspectos de nuestra vida cotidiana o la posibilidad de hacer rituales de acuerdo a nuestras costumbres y creencias.
Tal es el caso de las personas que han perdido a un ser querido y a quienes por las circunstancias actuales, no se pudo despedir según las tradiciones acostumbradas, como realizar velorios o acudir en familia al entierro; tampoco se ha podido llevar a cabo un adecuado proceso de despedida obligando a modificar los rituales que nos permiten transitar el duelo.
Es por ello que a continuación se comparten algunas ideas para realizar los rituales de despedida en tiempo en época de confinamiento.

Los rituales de despedida
De acuerdo a la psicóloga Belén Picado[1]: “los rituales de despedida, como los funerales, dan la oportunidad a la persona doliente de hacer más real la pérdida y también cumplen una función social al permitir compartir el dolor. Es como si la mente necesitara ver y participar de esta experiencia para marcar el inicio del duelo y no aferrarse a una fantasía de continuidad, a la sensación de que esa persona pueda volver en cualquier momento”.
En el texto elaborado por el Centro de Recursos en Salud Mental y Derechos Humanos[2] se expresa:
Los rituales de despedida son ceremonias que nos ayudan a decir adiós. Vivimos un tiempo en el que quizá se nos es imposible realizar los rituales acostumbrados para despedirnos de nuestros seres queridos y que nos ayudan a iniciar el duelo.
Hacer el duelo no es olvidar, no es dejar de amar, no es perder el contacto. Hacer el duelo es integrar y aprender a convivir con la ausencia, transformando el sufrimiento.
Podemos intentar poner el foco en aquello que está a nuestro alcance para atenuar este dolor. Los ritos alternativos y el uso de las redes sociales, el teléfono o las videollamadas para compartir, recibir afecto o crear lazos, son herramientas fundamentales en este momento. Así como hacerlas accesibles a personas no familiarizadas con estos canales, como pueden ser las personas mayores.

Hay que tomar en cuenta
Ese mismo texto nos sugiere que el duelo es un proceso y continúa aún cuando esto acabe. No podemos hacer duelo sin dolor. Es importante respetar nuestro proceso y el de quienes están alrededor. Y si lo necesitamos, expresar cómo nos sentimos.
Las emociones pueden ser muy intensas o estar contenidas. No hay una manera única ni correcta de enfrentar una vivencia tan compleja como esta.
Puede ser que haya enfado, ansiedad o culpa por no sentirnos tan tistes como debiéramos. Aceptar nuestros sentimientos y no juzgarnos es importante. Cada persona sentimos distinto ante una pérdida, no todas las personas sentimos tristeza e incluso al principio puede parecer que no nos afecte.
Aliviar el dolor es expresarlo y darle salida a través de las palabras, la expresión o las sensaciones físicas: llanto, rabia, gritar. Llorar puede aliviar y hablar puede ayudar a sentir menos angustia.
Cuidarnos, aunque no haya ganas de hacerlo. A través de actividades gratificantes y que nos otorguen bienestar, mantener rutinas, reducir el aislamiento y continuar con medidas básicas de autocuidado.

Se recomienda
Reconocer y recordar el legado de la persona ausente, lo que ésta ha dejado en cada doliente. Despedirla agradeciéndole su paso por nuestras vidas.
Incluir, si los hubiese, a niños/as en estos ritos. También están viviendo la pérdida muy intensamente, y participar les ayudará y nos va a ayudar.

Rituales de despedida

ü Expresión, a través de escritura, pintura, foto o música para: decir lo que queremos a la persona ausente. Representar a la persona y tenerla presente. Expresar todas las emociones que estamos exprimentando.
ü Cartas no enviadas. Escribir una carta de despedida, dirigida a la persona ausente y leerla en voz alta.
ü Cuaderno de la ausencia. Llevar un cuaderno o libreta personal en la que vamos documentando nuestro proceso de duelo y en el que también vamos recopilando fotos, recuerdos, emociones…
ü Crear un grupo de whatsapp entre las personas que la conocían para compartir la despedida, recordarla y servir de apoyo.
ü Compartir rituales con la familia. En unidades convivenciales, buscar una iniciativa juntas que consuele y sea ceremonial (danza, oración, comida, cantos, círculos de palabra), que permitan conectar, expresar y compartir. Si no viven juntos buscar la conexión online. También puede ayudar planear un encuentro presencial cuando todo esto acabe.
ü Espacios de recuerdo. Coloca objetos, en una mesita o estante, que recuerden a la persona (cartas, prendas...) Complétalo, si quieres, con velas, flores (naturales o de papel) o fotografías (solo si lo consideras necesario y te hace sentir bien). Prepara palabras de despedida, texto de una canción, poema, extracto de carta u oración de algún libro sagrado (si eres creyente). Este espacio puede ser puntual o mantenerlo, para usarlo cuando lo necesites.

Y recuerda que aunque estas pautas pueden ayudar a transitar el proceso de duelo, a veces es necesaria la ayuda profesional, en ese caso, sugiero buscar y contactar a estas personas para que puedan acompañar este proceso.

Referencias:
[1] Muerte por coronavirus: rituales simbólicos de despedida para facilitar el duelo. Disponible en https://belenpicadopsicologia.com/coronavirus-muerte-duelo/ 
[2] Centro de Recursos en Salud Mental y Derechos Humanos. Poder despedirnos. Rituales alternativos que pueden ayudarnos en el duelo en tiempo de confinamiento.


martes, 19 de mayo de 2020

Poeta Hồ Chí Minh




Hồ Chí Minh -El que ilumina- (19 de mayo de 1980- 2 de septiembre de 1969), cuyo verdadero nombre era Nguyen Sinh Cung, fue un poeta, militar y revolucionario vietnamita. Fue primer ministro (1945-1955) y presidente (1945-1969) de la República Democrática de Vietnam, conocida como Vietnam del Norte. Figura clave en la fundación de la República Democrática de Vietnam en 1945, así como del Ejército Popular de Vietnam y el Frente Nacional de Liberación durante la Guerra de Vietnam.

Además de lo anterior, que es su faceta más conocida, el Tío Ho, fue un poeta de mucha profundidad humana que evidencia la sensibilidad, calidad estética y ética de un genuino revolucionario comprometido, muchos de sus poemas fueron escritos en  en las cárceles que se integran en su obra Diarios de prisión, del cual comparto la siguiente muestra:

La mañana
En la mañana el sol, trepando por el muro,
llega a la puerta y llama. Mas la puerta
permanece cerrada. En la prisión la noche continúa,
pero ahí está, muy cerca, la luz de la mañana.
A caza de piojos, los reclusos, despertando se lanzan.
Dan las ocho: es el gong que a la comida llama.
¡Ánimo, camarada! Hay que comer. Los que tanto sufrimos
debemos resistir hasta que llegue el alba.

Mediodía
¡Qué generosa la siesta en la prisión!
Durante horas, consolador el sueño me pasea,
jinete en un dragón que al cielo escala.
El brusco despertar, a la celda me obliga a regresar.

La tarde
Las dos. Abren las celdas y el aire se renueva.
Para ver un pedazo de cielo, ansiosas las miradas se levantan.
Orgullosos espíritus que habitáis ese cielo de libertad:
¿Sabéis que en la prisión hay uno de los vuestros
que agoniza esperando?

La noche
Después de la comida, cuando por Occidente cae el sol,
melodías y cantos montañeses de todas partes brotan.
La prisión de Tsing Si, sombría y melancólica,
en ilustre Academia de música, de pronto se transforma.
La comida del prisionero
De arroz rojo una taza, oh miseria, es la única comida.
Ni legumbres , ni sal, ni un mal caldo siquiera.
El que tenga allá fuera quien le mande, comerá en la prisión.
Aquel que a nadie tenga, como un niño,
clamará por sus padres.

Aprovecho para compartir el vídeo de la canción "El derecho de vivir en paz" del cantor chileno Víctor Jara que dedicara a la figura de Hồ Chí Minh. Aunque la versión que presento contiene una adaptación y producción audiovisual dirigida por Miguel Oyarzún y realizado en Cordoba en 2008, con música de Hernán Crespo.

jueves, 14 de mayo de 2020

La Masacre del Sumpul (14 de mayo de 1980)

La Masacre del Sumpul




El informe de la Comisión de la Verdad  para El Salvador de las Naciones Unidas de 1992-1993, denominado “De la locura a la esperanza. La guerra de 12 años en El Salvador”, describe la Masacre del Río Sumpul de la siguiente manera:

«El 14 de mayo de 1980, contingentes del Destacamento Militar No. 1 de la Guardia Nacional y de la paramilitar, Organización Nacional Democrática (ORDEN), dieron deliberadamente a un número no inferior  300 personas no combatientes, inclusive mujeres y niños que intentaban cruzar el Río Sumpul, al lado del caserío Las Aradas, del departamento de Chalatenango, para huir hacia Honduras. La masacre se hizo posible como consecuencia de la cooperación de las Fuerzas Armadas hondureñas que impidieron el paso de los pobladores salvadoreños». (pp. 126-129).

Aquella fue una acción dentro de los operativos de tierra arrasada que el gobierno, a través de la Guardia Nacional, junto con grupos paramilitares y en colaboración con el ejército hondureño, realizaron en contra de población campesina, siendo uno de los crímenes de lesa humanidad más representativos de la época y que a 40 años de ocurrida, merece una mayor investigación para la búsqueda de justicia.
Al respecto, artistas de distintas épocas, han plasmado en sus obras referencias de aquel acontecimiento, mencionamos sólo algunas:

"El Sumpul" del pintor Carlos Cañas (1984)
"El Sumpul" (1984) de Carlos Cañas.


“El Sumpul”, de Carlos Cañas en 1984, es una de las pinturas emblemáticas de la producción artística del período del conflicto armado y una de las obras relevantes de la historia del arte salvadoreño. (ver más sobre la obra).  Esta obra se encuentra en el Museo de Arte Contemporáneo (MARTE), en la ciudad de San Salvador.

Canción "Sumpul" del cantautor Romeo Reyes

Canción compuesta por el cantautor salvadoreño Romeo Reyes, relata desde su perspectiva el sentido de la masacre, de la importancia de recordar lo acontecido y haciendo una súplica para que hechos como este no vuelvan a ocurrir, tal y como se sintetiza en su estribillo:

Sumpul ¿por qué no has vuelto a cantar Sumpul?
decime, pa'que no vuelva a pasar Sumpul
cantá, lo que otros olvidarán
en tu viaje hacia el mar, volvé a cantar Sumpul.

[Vea la letra y acordes de la canción aquí]



Novela "Yurique" del escritor Berne Ayala (2019)





En julio de 2019, el escritor salvadoreño Berne Ayala (21 de julio de 1966) publicó la novela "Yurique" bajo el sello Experidición Americana. La cual relata la historia del médico forense Camilo Valenzuela con la historiadora inglesa Eleanor Anderson, quienes coinciden en investigar la relación entre el operativo de que desencadenó la masacre del Sumpul con otros hechos que se dieron en 1980.


Mi encuentro con Roque Dalton o “la política a través de la poesía”

Mi encuentro con Roque o “la política a través de la poesía”

Cursaba yo el segundo año de bachillerato general en el Instituto Nacional “Cornelio Azenón Sierra” (INCAS) de Atiquizaya. Ese año, para mi fortuna, el cuerpo docente había decidido que las clases de educación física no serían obligatorias pero sí lo sería inscribirse en alguno de los “clubes” que se ofrecían como materia optativa. Había de todo un poco, desde grupos deportivos en fútbol, baloncesto, sóftbol, tenis de mesa; vocacionales y de oficios como cocina, pastelería, técnicos, de complemento académico y artísticos en los que se encontraban teatro, oratoria, guitarra o poesía.

Primero me inscribí en el club de periodismo porque para esa época había decidido que estudiaría esa profesión, ahí conocí los componentes más básicos del periodismo escrito; paralelo a ello, mi profesor de lenguaje y literatura me terminó convenciendo de que también me inscribiera en el de poesía, ya que él coordinaba ambos clubes  y curiosamente casi que éramos las mismas personas en ambos clubes. También me inscribí en el de guitarra, pero esa es otra historia.
En el club de poesía comenzamos con las nociones básicas sobre qué es un poema y nos sugerían leer algunos autores para poder analizarlos; así comenzamos con Vicente Aleixandre y otros poetas de la generación del 27 de España. En el proceso fundamos el Taller Literario Agüijuyo y tuvimos intercambios con otros poetas. Hasta que por fin nos tocó leer a Roque Dalton, lo único que sabía de aquel autor era que “había sido guerrillero”, creo haber leído alguna nota sobre él en algún periódico en el que además publicaban su “Poema de Amor”, el cual me llamó muchísimo la atención, tanto que lo recorté y lo llevaba conmigo en una billetera que guardaba de todo menos billetes.
El primer libro que leímos fue el de “La Ventana en el Rostro” publicado por la Dirección de Publicaciones e Impresos (DPI), que era prácticamente la única obra suya que se encontraba en la biblioteca del instituto. Pero Osmani, nuestro orientador, pronto nos fue facilitando fotocopias de otros libros del que me hice una copia de “Poemas clandestinos”, y también nos facilitó una antología que si no mal recuerdo había preparado Manlio Argueta que era lo más cercano que podíamos acceder a su poesía completa. Además, en el club de periodismo publicamos un boletín que bautizamos como “La Carcajada”, en alusión a “La Jodarria”*.

Segundo año de bachillerato general. Sección E. 1999.
De tal manera que mi encuentro con Roque, más que con otros poetas que estudiábamos me fue acercando a cierta comprensión de la realidad y a una toma de conciencia que luego me llevaría a tomar posturas políticas y adscribirme, al menos de forma simbólica a corrientes comunistas, pues para esa época (1999), no existía El Salvador un partido propiamente comunista. Por Roque también me fui interesando en el estudio del marxismo y prácticamente, algunos de sus poemas eran referencias a autores que debía leer, era una especie de guía pedagógica para estudiar desde Marx y Lenin, a leer al poeta Nazim Hikmet.
Ya en la Universidad, con acceso a una biblioteca más amplia que la de un instituto público de un pueblo en los momentos más álgidos de las privatizaciones neoliberales, mi acercamiento con Roque Dalton sería más amplio, lo seguiría leyendo y lo conocería un poco más, también a través de otras personas sobre su vida y su compromiso que no se circunscribía a un Roque puramente poeta, sino a uno sustantivamente político, comprometido y militante revolucionario. Y por supuesto comprendí que no bastaba sólo con leerlo y tratar de memorizar algunos de sus versos. Su ejemplo, como el ser humano que me imaginé que es, me impulsó a escribir poemas, pero sobre todo a tener militancia política. 
Poco a poco me fui haciendo de mi biblioteca personal en la que es imprescindible la obra -casi- completa de Roque Dalton.


*“La Jodarria” fue creada en 1957 por Roque Dalton, Roberto Cea y otros miembros del Círculo Literario Universitario. Era un periódico satírico: “La Jodarria: Órgano Viril al Servicio del Mal humor”. En sus páginas figuraban críticas contra el gobierno del Coronel José María Lemus, de su esposa Coralia Párraga o del clero conservador de la época. Algunos recuerdos de Salvador Cayetano Carpio con respecto a este periódico: “Todo el pueblo esperaba el periódico “La Jodarria”, del que Roque, durante varios años fue el natural director. En “La Jodarria” se exhibía toda la podredumbre y la maldad del régimen, en un lenguaje saturado –podríamos decir- del desahogo popular, pero del desahogo más ‘mal educado’, con las palabras más picantes, más duras que tiene el vocabulario salvadoreño, el vocabulario guanaco”. (MUPI).


martes, 5 de mayo de 2020

Farabundo Martí de Adrián Goizueta


Farabundo Martí de Adrián Goizueta

Por: Erick Tomasino.

Adrián Goizueta es un músico argentino-costarricense, considerado como  uno de los principales exponentes de la música latinoamericana y artista comprometido con las causas populares.
Como parte de su trayectoria encontramos la composición de la música para la película “El Salvador, el pueblo vencerá” (1981), una producción del Instituto Cinematrográfico de El Salvador Revolucionario (ICSR), dirigida por Diego de la Texera.


De este álbum se extrae la canción ‘Farabundo Martí’ que aborda la vida del militante comunista salvadoreño (Teotepeque, El Salvador, 5 de mayo de 1893-San Salvador, 1 de febrero de 1932), que junto a Mella y Mariátegui, es considerado uno de los personajes que sintentizó lo más auténtico del pensamiento revolucionario latinoamericano de principios del siglo veinte.


Al respecto de la canción, el autor comentó las circunstancias en que fue escrita: "Necesitábamos algo que informara a la población sobre quién era Farabundo, algo que pudiera darle ese aire mítico y épico a la gesta de Farabundo Martí y que le diera cohesión a la lucha". Esta canción se convertiría en un verdadero himno de la lucha popular salvadoreña.


Farabundo Martí (Adrián Goizueta)

Dicen que dicen que vieron pasar
a Farabundo Martí,
por Izalco, Juayúa y León
por Sonsonate y Quiché.
por Nicaragua y El Salvador
por Guatemala pasó
con su luz de liberación
Farabundo llegó.

En mil ochocientos noventa y tres
nació Farabundo Martí
allá en Teotepeque
departamento de la libertad
con la libertad por dentro
creció en El Salvador
luchando por la justicia
en el camino y de frente al sol.

Fue en mil novecientos veinte
en dictadura de los Meléndez
que por su lucha solidaria
fuera expulsado de El Salvador.
Guatemala fue su destino
y algunos años allí vivió
fue jornalero, albañil, maestro
sufrió con ellos la explotación.

Fue militante centroamericano
propagandista y agitador
organizó la lucha del pueblo
y regresó a El Salvador.
Sin que nadie lo imaginara
volvió a su tierra y se incorporó
a los frentes trabajadores
como cual organizador.

Dicen que dicen que vieron pasar
a Farabundo Martí,
por Izalco, Juayúa y León
por Sonsonate y Quiché.
por Nicaragua y El Salvador
por Guatemala pasó
con su luz de liberación
Farabundo llegó.

En el año veintiocho
en Las Segovias luchó,
compañero de Sandino
en esa tierra sembró.
Sembró conciencia y futuro
horizonte libertario
escribió con esperanza
y combatió con metralla.

Su pueblo crecía con la mañana
y Farabundo volvió.

Con machetes y pistolas
con revólveres y escopetas
obreros y campesinos
en los montes y las calles
fue en enero treinta y dos
que el pueblo les dijo basta
y se encendió el corazón
en contra de aquella casa.

Cuentan que entonces rugió
la tierra en inmenso grito
el volcán estremeció
con su furia el infinito
sembró de muertes la tarde
el ejército enemigo
con sus cobardes metrallas
dio muerte a hombres y niños

Treinta mil los que cayeron
obreros y campesinos
ninguno de ellos a muerto
y volverán al camino
con Farabundo Martí
nuestra patria fusilada
volverá un amanecer
la victoria esta cercana.