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sábado, 8 de febrero de 2025

Mártires de El Despertar

 

Mártires de El Despertar

El 20 de enero de 1979 como parte de la campaña “Haga patria, mate un cura”, elementos de la Guardia Nacional y grupos paramilitares invadieron la casa de retiros de El Despertar ubicada en la colonia San Antonio Abad de la ciudad de San Salvador, donde asesinaron a 5 personas, entre ellos el padre Octavio Ortíz Luna.
Nacido el 22 de marzo de 1944 en el Cantón Agua Blanca de Cacaopera del departamento Morazán, Octavio Ortíz Luna fue ordenado como sacerdote por Mons. Oscar Arnulfo Romero el 9 de marzo de 1974 en la iglesia San Francisco de Mejicanos.
El padre Octavio Ortíz desempeñó su labor pastoral en la Comunidad Cristiana de Zacamil y San Francisco de Mejicanos y también organizando las comunidades eclesiales de base, encarnando la figura del cura obrero.

Los otros mártires de El Despertar son:
Jorge Gómez. De 22 años de edad. Estudiaba 2º año de Bachillerato académico en el Liceo Ruben Darío. Trabajaba como electricista en la Universidad de El Salvador.
Roberto Orellana. De 15 años. Estudiaba 8º grado por la noche, en el Instituto Nacional Francisco Menéndez INFRAMEN.
Ángel Morales. Tenía 22 años de edad y trabajaba como carpintero en San Salvador.
David Caballero. Estudiaba 8º grado en la Escuela Miranda de San Antonio Abad. Era su primer encuentro y tenia 15 años.

Las autoridades gubernamentales trataron de justificar la acción como resultado de un enfrentamiento armado, lo cual fue inmediatamente desmentido por testigos.
En memoria a los mártires de El Despertar, el cantautor Guillermo Cuéllar, compuso la canción Basta Ya. Interpretada junto con el grupo Yolocamba I Ta y publicada en 1985 en el álbum del mismo nombre. El tema también ha sido incluido en la recopilación del cancionero histórico de las comunidades eclesiales de base en el disco Los mejores ya partieron.
En el ataque se supo que las Fuerzas militares utilizaron un tanque el cual pasó por encima de la cabeza del sacerdote, desfigurándole completamente el rostro. Este hecho fue muy impactante y por eso mismo monseñor Romero denunció en unas de sus Homilías el asesinato del párroco «Un asesinato que nos habla de Resurrección» -dijo-.
Según el también sacerdote Pedro Declerq, la canción Señor ten piedad de la Misa Popular Salvadoreña, nos habla sobre el martirio de Octavio Ortíz.
Cada año, las comunidades eclesiales de base, conmemoran a los mártires de El Despertar como una forma de recuperación del espíritu transformador y una manera de alentar el compromiso con la verdad y la justicia.


 

miércoles, 21 de agosto de 2024

THC: EL VIAJE EDITORIAL CON LUIS BORJA

THC: EL VIAJE EDITORIAL CON LUIS BORJA


Por: Erick Tomasino.

Primera calada...

Al hacer memoria de lo vivido con una persona, más allá de seleccionar un acontecimiento también elegimos la dimensión de la que queremos dar cuenta a riesgo de ningunear la diversidad de sucesos y facetas que quedan fuera del relato. A Luis Borja suele recordárselo más por su oficio de poeta pues es común que la exclusividad del recuerdo se confiera a partir de aquel aspecto de la persona en la que más éxitos se ha obtenido, esto expresado en nombramientos o reconocimientos materiales. En el caso de Luis al acotarlo a la figura (o etiqueta) de poeta, se niega a la persona polifacética que era. Su imagen de un joven lleno de proyectos en la cabeza como herramientas en la mochila de un obrero o la del sombrero de un mago, representa el talento de Luis de convertir los sueños en realidades en distintos ámbitos de la vida. En todo caso y por esta vez, he querido hacer memoria del viaje de Luis Borja como editor.

Agarrando viaje...
Este viaje inicia con la modestia de un joven y marginal poeta nacido un 21 de agosto de 1985 en Ahuachapán y formado como escritor en el Taller del Parque de esa ciudad que, entusiasmado y seguro de lo que escribe, decide dar a conocer sus textos. La falta de recursos y de contactos le obligan a realizar todo el proceso para presentar su primer poemario con los medios a la mano: desde la digitalización de los textos en algún cibercafé o en la computadora de algún amigo, a sacrificar los gastos asignados a otros rubros para imprimir la cantidad de ejemplares posibles y repartirlo entre sus allegados o a poetas consumados. Así hace su primera [auto]publicación con el libro al que llama «Letrosis», un folleto sencillo en su aspecto pero potente en su contenido. En su portada cuenta con una ilustración del también poeta y artista plástico Noé Lima. Corre el año 2009.

Tapa de la primera edición de Letrosis

Una gran fumada...
Pasan algunos años y llega el 2013. Desde hace algún tiempo, casi cada fin de semana recibo la visita Luis, antes de prepararnos para ir a parrandear, lo sorprendo hurgando entre mis libros, lo observo palparlos, manipularlos con ambas manos, olerlos como quien intenta descubrir un secreto. Le presento algunos de mis textos, él me habla de los suyos, entre infinitos temas de conversación hablamos de literatura y de publicar nuestros trabajos. De la nada, como buen boxeador me lanza una de sus grandes fumadas (en sentido metafórico, claro está): crear nuestra propia editorial. Le tomo la palabra.

En el Barrio de la San Luis recién se ha abierto un nuevo espacio llamado Clandestino que propone una agenda con actividades artísticas, en una de esas me invitan para organizar una lectura de poesía. Se lo digo a Luis que por entonces es al único poeta que conozco y al que le tengo confianza y él a su vez invita a Noé Lima; entre los tres realizamos el 29 de mayo de 2013 el recital «Bajo la luz agónica: poemas de cantina». La gente de Clandestino nos ofrece imprimir alguno de nuestros poemarios, yo decido publicar una edición resumida de un trabajo llamado «Reverso del arcoíris» y Luis hace lo mismo con «Letrosis». El Clandestino imprime 20 ejemplares de cada uno que se reparte entre las personas asistentes. Esas serán las primeras publicaciones en físico que llevan un sello que dice THC Editores; sello que Luis viene pensando desde hace un tiempo para publicar un libro de relatos llamado «Tortugas fucsia».


El nombre de THC es una provocación, son las siglas de «Trabajos Honestos y de Calidad». Queremos producir libros con buena apariencia. Pensamos que es posible hacer publicaciones de calidad tanto en forma como en contenido y en una formato accesible en precio. Y en ese momento fundacional creemos que THC Editores debe ser una editorial independiente que busque promover la literatura de autores marginados por la industria editorial. «En ese sentido nace como una propuesta contrahegemónica y con la visión de compartir con todas y todos la cultura» nos decimos.

Esta onda ya va pegando...
Ver nuestros trabajos en físico en una presentación aceptable y con la posibilidad de gestionar una publicación nos entusiasma tanto que decidimos formalizar nuestro proyecto editorial. En ese vacile nos encontramos cuando le pedimos recomendaciones a Berne Ayala y Leonel Ladino que tienen experiencia con la editorial Expedición Americana; también contamos con el apoyo incondicional de varias personas que nos asesoran y acompañan en aspectos técnicos y financieros. Decidimos publicar mi libro «La llaga desnuda» que ve la luz en marzo de 2014. A tropezones lo conseguimos sacar, nos faltaba encontrar gente dispuesta a adquirirlo.

En 2015 hacemos un análisis del panorama de las editoriales en El Salvador en el que concluimos: «Al igual que en el resto de la región, el panorama de las editoriales en El Salvador es copado por empresas editoras que dominan el ambiente, básicamente las provenientes de la gran industria de libros y quienes imponen el tipo de literatura para el consumo. Es así que se opta más por autores reconocidos a nivel mundial por encima de autores nacionales que no responden a [sus] criterios comerciales». (Proyecto y Plan de trabajo THC Editores, 2015). Realizando un mapeo de las editoriales salvadoreñas, identificamos que lo más destacado es lo que hacen la estatal Dirección de Publicaciones e Impresos (DPI) y también editoriales universitarias como las de la UCA, UTEC, UDB, por mencionar las que para ese tiempo tienen un trabajo más constante de publicación. Curiosamente en ese momento no mencionamos a la Editorial Universitaria de la UES.

Por otra parte –continua nuestra lectura– «las editoras independientes en El Salvador responden a los colectivos y/o individuos que buscan publicar y difundir la obra de autores que por una u otra razón no son publicados ni publicables por la industria y para posicionarse frente al monopolio, así como por el poco acceso que se tiene con las grandes editoras. Muchas de ellas por los escasos recursos con los que cuentan, se limitan a autores cuyo trabajo es conocido en los ambientes en que estos grupos se desenvuelven con limitadas posibilidades de expandirse; y también están las autopublicaciones, muchas de ellas elaboradas de forma artesanal o con poca calidad [respecto a los materiales empleados] debido a las carencias financieras de sus autores». (Proyecto THC Editores, 2015). Algunas editoriales que identificamos que consideramos como independientes y que vemos como afines son: Expedición Americana, Índole Editores, La Sorda Editorial, Editorial Del Gabo, La Fragua y Editorial Equizzero.

Primeros libros publicados como THC.

Pongámonos serios...
Como THC Editores nos proponemos promover la literatura de autores marginados que no tienen cabida en la industria editorial de ese entonces. Conversamos con amistades que trabajan con editoriales independientes para conocer sus experiencias y decidimos contactarnos con algunos jóvenes escritores y otros que, teniendo trayectoria, no habían sido publicados. Algunos nos confían sus textos, muchos no nos toman en serio. En algún momento se nos ocurre hacer un encuentro con varias de esas editoriales independientes que de como resultado la creación de una Red que sirva de apoyo mutuo, para poder mejorar la calidad de las publicaciones, ampliar una red de intercambio y comercialización y buscar mecanismos para la reducción de costos de producción. No lo conseguimos.

En ese mismo plano consideramos la creación de una revista que divulgue el quehacer artístico y la producción académica tanto en el ámbito literario y cultural; se nos ocurre la creación de la «Revista Pacún. Cultura y Literatura Centroamericana» que sería algo así como el órgano de difusión del Proyecto de THC. Este objetivo tampoco lo concretamos aunque recibimos trabajos de varios noveles poetas que buscan una ventana para dar a conocer sus trabajos.

¿Qué trip…?
Paralelo a esto, Luis continua sus estudios dedicando especial atención a los acontecimientos relacionados a la matanza de indígenas y campesinos de 1932, desarrollando su proceso como investigador social, publicando artículos y apoyando varios estudios que le permiten ejercitar un estilo más académico de escritura. Su interés por el 32 y sus impactos en la cultura salvadoreña se concreta en su tesis de grado: «Configuración de la identidad salvadoreña por medio de la literatura, como parte de las políticas centrales del martinato» (UES, 2013); estudio que le sirve como base para su ulterior poemario Umit, con el que ganará la VI edición del prestigioso Premio Internacional de Poesía Pilar Fernández Labrador en 2019. Algunos de sus artículos y relatos los publica en sus blogs «Iguanas y Rock» y «Apuntes: el otro blog de Luis Borja». Ahí siguen.

En 2014 Borja gana el Accésit del XXIV Premio Internacional de Poesía Jaime Gil de Biedma con su obra «El Disparo. Cuentos del Barr(i)o», publicado ese mismo año por la editorial Visor. Esto es un impulso enorme en su carrera literaria, abriéndole muchas puertas al ser considerado como un poeta “serio” y “laureado”. En el caso de THC, este deja de ser un experimento y una excusa para autopublicarnos y adquiere cierto interés ya no solo para escritores marginales.

Obtener un reconocimiento internacional representa tensiones para Luis al cuestionarse si eso es la cúspide de su carrera y si todo lo que viene después vale la pena, tensión que resuelve de cuatro maneras: 1) Seguir apostando a la autopublicación, por ello saca como THC los poemarios «Mi hombro es una lágrima» en 2016 y «Un labial para las muertas» en 2017; 2) Participar en certámenes internacionales que incluyan como premio la publicación de la obra, porque como bien coincidimos, lo que queda de un escritor es su obra puesta a disposición del público. En 2019 con «Umit» obtiene el premio internacional ya mencionado; 3) Cediendo sus textos a revistas y editoriales independientes que le son afines y 4) Continuar con la promoción de otros poetas a los que considera marginales. Esto hace que se invite a poetas amigos para publicar en 2016 una antología que se llamará «Subterránea Palabra» en la que él mismo no se incluye pero en la que escribe un ensayo a manera de prólogo que manifiesta su lectura del panorama de la poesía salvadoreña de ese momento.

Así salen unos cuantos trabajos más, propios y de otros escritores, tratando de hacerlo mejor en cada libro. Con todo ello y compaginando su oficio como poeta, otro de los objetivos de Luis es la publicación de un texto académico, algo que tiene reservado una vez termine sus estudios de maestría. También inicia por trabajar un libro sobre el testimonio de la militancia política de un veterano del ERP. Mientras afina su siguiente libro que publicaría con nuestro sello editorial titulado «Fosa séptica» y que tiene como eje temático las personas desaparecidas en El Salvador. Desafortunadamente ese trabajo y otros tantos quedan inéditos. «La sonrisa de la jícara. Ensayos sobre la pandemia» del Dr. Rafael Lara Martínez, es el último libro que THC Editores publica bajo la dirección de Luis Borja.

Algunas publicaciones de THC Editores.

Al final de este viaje...
Este sello editorial que fundamos en 2013 contribuye para que Luis desarrolle una relación en distintas dimensiones con los libros: del lector acucioso y escritor potente a la de editor riguroso; experiencia que le será útil para su nombramiento como director de la Editorial Universitaria en la Universidad de El Salvador a finales de 2019, trabajo al que se dedica de lleno y con el compromiso y entusiasmo que lo caracteriza.

La pandemia de Covid-19 frena muchas de sus iniciativas no así su actividad creadora pues en plena pandemia propone el proyecto audiovisual #poesíacontraelagobio del cual dice: «surge de la necesidad de entablar un diálogo en estos momentos de crisis, encierro y agobio, con autores salvadoreños que, a través de su discurso poético, han planteado distintas rutas para comprender el mundo. Es un proyecto abierto para todo el mundo (sic) que quiera participar y proponer y visibilizar la poesía salvadoreña que nos cobija en estos tiempos». Así Luis no deja de construir sueños y hacernos cómplices de ellos a varias personas, pero la noche del 3 de marzo de 2021 nos sorprende la noticia de su fallecimiento, su viaje personal ha tomado un giro inesperado y por mucho tiempo difícil de asimilar, sus múltiples e interminables proyectos se van con él en su mochila cargada de ideas. Sin la presencia física de Luis, se acaba entre muchísimas otras cosas el viaje como THC Editores, pero el recuerdo queda plasmado en cada uno de los trabajos que publicamos gracias a su ímpetu y entusiasmo.

… Otra calada
Gracias a la familia de Borja, a finales de 2022 pude tener acceso a una carpeta con toda la obra literaria de Luis. Después de un proceso de revisión y ordenamiento, en 2023 la Editorial Universitaria de la Universidad de El Salvador publicó el título «Luis Borja Obra Completa» aunque en esa edición sólo aparecen los poemarios anteriormente publicados. Seis poemarios más y dos libros de relatos se mantienen inéditos, así como una serie de artículos diseminados en revistas y blogs que haría falta organizar para completar su obra escrita. Ese ya sería otro viaje.
Tapa de Fosa séptica (inédito).


Santander, 21 de agosto de 2024.

miércoles, 20 de septiembre de 2023

Carlos «Tamba» Aragón



Por: Erick Tomasino.

Carlos Francisco Aragón Cabrera, nace el 19 de junio de 1951 en Retahuleu, Guatemala, aunque hijo de padres salvadoreños. Llegó a ser conocido en el mundo artístico como «Tamba», apodo que sus compañeros le pusieron debido a que en el colegio Externado San José donde se graduó de bachillerato, al momento de hacer ejercicio con las cuerdas en las clases de educación física, Carlos se movía al igual que el monito Tamba de la serie Jim de la Selva, muy popular a finales de los 60s.

En 1967 en el Externado, organizaría junto a otros compañeros el grupo The Blue Souls. Idea que le vino junto a su amigo Ricardo Archer después de que fueran a ver la película A hard days nights de The Beatles. Inspirados por aquella experiencia Ricardo Archer y Tamba, pidieron a Guillermo González Walsh quien tocaba la batería en otro grupo unir sus talentos para formar una nueva agrupación. Después se incorpora Manuel Martínez Daglio, Roberto Sol y Carlos Borja Letona, así se completa la alineación original de The Blue Souls. Otros miembros serán Patricio Casanova, Oscar Henríquez y José Luna. Este grupo se separa en 1969.

En 1970, Manuel Martínez Daglio, Carlos «Tamba» Aragón y Ricardo Archer co-fundan la "Banda del sol" a la que se incorporan Fernando Llort y Max Martínez. Con esta banda, Tamba graba la que se considera su obra magna, la canción "El Planeta de los Cerdos" (letra y música de su autoría) y también “El perdedor”; ambas canciones junto a Abriendo camino se publicaron en el disco UNIDAD, producido por el sello Pícaro en el año de 1971.

También en 1970, Tamba entraría a estudiar música en el Centro Nacional de Artes (CENAR), en ese centro llegó a convencer sus profesores Joe Koestner y Julián Kosicki para acompañar a la Banda del Sol en las grabaciones que estaban realizando (Koestner tocando el contrabajo en El planeta de los cerdos y Kosicki la flauta en Abriendo Caminos).

A mediados de los 70, en pleno auge de los movimientos populares, Tamba se incorpora al Bloque Popular Revolucionario con el cual llegó a realizar trabajo político y de organización; las condiciones de represión por parte del Estado salvadoreño contra la población lo motivan a participar en la guerra civil salvadoreña como combatiente de las Fuerzas Populares de Liberación «Farabundo Martí» (FPL).


Su nombre en la guerra popular salvadoreña será «Sebastián». Llega a participar en la Ofensiva General lanzada por el FMLN el 10 de enero de 1981. Llegó a ser el primer jefe de las Fuerzas Especiales de las FPL en Chalatenango y jefe de las Unidades de Vanguardia (UV). Cabe mencionar que en medio de la guerra, dedicaba los momentos que tenía libres para escribir poesía. Se dice que dejó un cuaderno con sus escritos.

El 15 de septiembre de 1981, se realiza una operación de «propaganda armada» en la población de San Ignacio, Chalatenango, por parte del Pelotón número uno de las Unidades de Vanguardia dirigidas por el Comandante Sebastián. Al regreso de aquella misión de camino a La Monañona fueron emboscados en una zona entre Izotalillo y el Cerro del Candelero jurisdicción de Dulce Nombre de María -camino a San Fernando, municipios del departamento de Chalatenango. Muere en combate el día 17 de septiembre de 1981.

Jorge Palencia «El Viejo», le dedicaría la canción Comandante Sebastián (publicada por EGREM, 1985).

Carlos Francisco Aragón Cabrera «Tamba», será recordado como uno de los artistas más comprometidos del proceso de liberación popular salvadoreño de la generación de la década de los 70. Queda pendiente de recuperar el resto de su obra.


 

sábado, 29 de abril de 2023

Humedad y frío hasta en la música

Humedad y frío hasta en la música: Poemas de Roque Dalton musicalizados

Por: Erick Tomasino.

 

Roque Dalton (14 de mayo de 1935- 10 de mayo de 1975). Poeta, ensayista periodista, intelectual orgánico y revolucionario. Una de las figuras salvadoreñas más universales y escritor sobresaliente en la historia de las letras latinoamericanas. Es más conocido por su faceta de poeta, del cual dejó un legado cuya temática, comprometida con las luchas de los pueblos, sigue siendo vigente. Su estilo inspiró no sólo a otros poetas, sino que sus propios escritos inspiraron la creación de canciones, músicos de variados géneros, tiempos y latitudes, retomaron alguno de sus textos para hacerlos canción. Acá un listado de ellos:

Saúl López: Poema de amor

Yolocamba I Ta: Poema de amor


Vicente Feliú: Tercer poema de amor


Mauricio Redolés: Epitafio


Illapu: No pronuncies mi nombre


Luis López: Todos


Luis López: Yo como tu


Bohemia: Poema de amor


 

Álvaro Fernández: Como la siempreviva


Álvaro Fernández: Vida, oficios


Juan Carlos Guerra: Y sin embargo, amor


Indezoquixtia: Medio muertos


Chala Rasta: Poema de amor


Antonio Selfa: Yo como tú


Américo Boschetti: Sobre dolores de cabeza

Vlankho: Reparto de la cosa pública en el mercado de los poderes


 

Estas son algunos temas que pude encontrar. Si vos conocés de otros y tenés el enlace, agradecería compartieras el enlace para poder agregarlo a la lista.


viernes, 21 de enero de 2022

Canciones dedicadas a Rutilio Grande


El 22 de enero de 2022, será recordado como la fecha de beatificación del Padre Rutilio Grande quien fue asesinado el 12 de marzo de 1977 por los escuadrones de la muerte junto a los laicos Manuel Solórzano y Nelson Rutilio Lemus; junto a ellos también será beatificado del Padre Cosme Spessotto quien fue asesinado el 14 de junio de 1980 mientras se encontraba arrodillado en un banco de una iglesia y dos personas, usando pelucas que ocultaban su identidad, entraron y le dispararon con una ametralladora.

El Padre "Tilo"Grande nació en el municipio de El Paisnal el 5 de junio de 1928 y desde 1972 era párroco de Aguilares. Allí fue uno de los jesuitas responsables de establecer las Comunidades Eclesiales de Base (CEB) y de entrenar a los líderes, llamados "Delegados de la Palabra".3​ Este movimiento de organización campesina encontró oposición entre los terratenientes, que lo veían como una amenaza a su poder, y también entre sacerdotes conservadores quienes temían que la Iglesia católica llegara a ser controlada por fuerzas políticas izquierdistas. (Wikipedia).

Su compromiso con la "opción preferencial por los pobres" lo convirtió en un importante educador popular quien frente a la represión que se vivía en aquella época y las precarias condiciones en las que vivían, de forma particular la población campesina, llamaba a la población a "defenderse en racimo, en comunidad".

Por ello, su ejemplar vida, ha inspirado a cantatutores quienes le han dedicado canciones, como algunas que se presentan a continuación: 

El día 12 de marzo. Autor: Ovidio Aguilares



¡Grande Aguilares! Autor: Guillermo Cuéllar




Corrido al Padre Grande. Autor: Jorge Palencia


Rutilio. Autor: Franklin Quezada


Nota: Sobre la canción "El Corrido al Padre Grande" narra Guillermo Cuéllar: es una canción escrita por Jorge Palencia inmediatamente después del asesinato de la gente de la iglesia en Aguilares. El cantautor salvadoreño la grabó en los estudios de la emisora católica (YSAX). Guillermo Cuéllar (Piquín) la dio a conocer en su programa «¡Qué pasa en el mundo!», uno de los programas radiales más populares que difundía los grandes éxitos de la Nueva Canción Latinoamericana y las creaciones de los cantantes-intérpretes salvadoreños emergentes a finales de los años 70.

Si conocen otras canciones inspiradas en el Padre Grande, pueden escribirme para incluirla en esta publicación

lunes, 5 de abril de 2021

Urbe: homenaje a Luis Borja

 

URBE. Recital de poesía en homenaje a Luis Borja. Estaremos participando los miembros del Taller Literario del Parque.
La Galera Teatro (Condominio 2000, esquina Bulevard de los Héroes y calle de las Tres Torres, San Salvador, El Salvador.

Viernes 9 de abril de 2021, 7:00 pm.


Voló el poeta (para Luis Borja)

-Erick Tomasino-

Voló el poeta entre cadáveres enmascarados

las cicatrices injustas que nos dejó la pandemia

voló dejando intacta la mirada del amigo eterno

el que con la palabra desnuda escribió sobre todas las ausencias

Lanzó la palabra llana

la palabra directa

como un disparo detonado por la memoria

El que pudo arañar del olvido los huesos simientes de esta tierra

camina ahora con el tejido bordado de heridas purulentas

Le acompañan las voces de todos los tiempos

le acompañan el verso valiente y desafiante

le acompañan el vaso rebosante de lágrimas

embriagados hasta la saciedad de injustas muertes

Voló el poeta entre futuros indescifrables

nos queda perenne su denuncia y su canto premonitorio

En los tiempos que nos abrazan

su palabra será el instrumento para rescatarnos

de la vaguedad y el sinsentido

de la tristeza y el desconsuelo

Voló el poeta con la sonrisa verdadera    

Este país es su epitafio.



miércoles, 24 de marzo de 2021

Canciones dedicadas a Monseñor Romero



El 24 de marzo se conmemora el Día Internacional del Derecho a la Verdad en relación con Violaciones Graves de los Derechos Humanos y de la Dignidad de las Víctimas.

De acuerdo a las Naciones Unidas: "con dicho Día Internacional rendimos homenaje cada año a la memoria de Monseñor Óscar Arnulfo Romero, asesinado el 24 de marzo de 1980. Monseñor Romero denunció activamente las violaciones de los derechos humanos de las personas más vulnerables de El Salvador".

Monseñor Romero es el más universal de los salvadoreños, su compromiso y opción preferencial por los pobres lo llevó a denunciar las injusticias y las constantes violaciones a los derechos humanos desde finales de los años 70 del siglo 20, hasta su asesinato por parte de Escuadrones de la Muerte.

Su vida y obra ha inspirado distintas expresiones artísticas. A continuación presento algunas de las canciones dedicadas a nuestro San Romero de América.

Jorge Palencia: El Profeta



Yolocamba I Ta: El Profeta



Guillermo Cuellar - Yolocamba I Ta: Símbolo de rebeldía



SON Tres Cuartos: Canción para un Mártir 



Luis López: Canto a Monseñor Romero



Exceso de Equipaje: Proclámenlo Santo


Grupo Horizontes: Profeta Salvadoreño


Súper Pakito Chac: SLM80 ("Seis y cuarenta y cinco de la tarde del lunes 24 de marzo de 1980)



Súper Pakito Chac: Entre Nosotros



The Project: Romero (versión en español)


The Project: Romero (versión en inglés).



Hay muchísimas canciones más, así que este listado no es definitivo. Si hay alguna que crea debe incluirse, puede escribir en los comentarios para que podamos conocer más música dedicada a Monseñor Romero.

lunes, 14 de diciembre de 2020

Ópera El Mozote



"El Mozote. Amor en tiempos de guerra" es una ópera escrita por el compositor salvadoreño Luis Díaz Hérodier (al momento Director del Coro de la Ópera de Colombia) con libreto de la poeta Claudia Hérodier (ambos fueron integrantes del grupo Mahucutah), cuenta con la asesoría, dirección y puesta en escena de Baltazar López.
La ópera es una representación artística de uno de los hechos históricos más impactantes durante el conflicto armado en El Salvador ocurrido en 1981, y que se considera la peor masacre latinoamericana del siglo XX con alrededor de 900 personas asesinadas, en su mayoría infantes. "El Mozote" presenta en dos actos, un antes y un después en las vidas de las personas que habitan esa zona del norte de Morazán. 
La obra fusiona arte e historia, mostrando el drama humano de las personas que el 10 de diciembre de 1981 fueron asesinadas, así como el día después de la incursión de parte del Batallón de Infantería de Reacción Inmediata (BIRI) Atlacatl.
"Rufina Amaya es la protagonista en la vida real, pero en la obra, su personaje combina hechos reales con elementos de ficción para hacernos reflexionar sobre la historia reciente de nuestro país, ofreciendo al público una óptica artística, que permita cicatrizar el alto costo que ya hemos pagado para vivir en paz.

Cartel de la presentación en El Salvador en 2013.

A nivel mundial, la ópera “El Mozote” se estrenó en Bogotá en noviembre de 2008, como parte del XI Festival de Ópera y Zarzuela al Parque, pero es hasta este 2013, que esta impactante pieza de teatro musical se logra presentar en El Salvador, con la actuación principal de la soprano colombiana Beatriz Mora en el papel de “Rufina Amaya”, y el tenor estadounidense de padres salvadoreños, Oswaldo Iraheta, como “Domingo”, esposo de Rufina".

La masacre de El Mozote
La masacre de El Mozote es el nombre que reciben un conjunto de masacres contra población civil cometidos por el batallón Atlácatl (formado por la CIA en la Escuela de las Américas, en Panamá) de la Fuerza Armada de El Salvador, durante un operativo de contrainsurgencia, realizado los días 10, 11 y 12 de diciembre de 1981, en los cantones (aldeas) de El Mozote, La Joya y Los Toriles, en el norte del departamento de Morazán, en El Salvador.
Según las investigaciones posteriores de la Comisión de la Verdad (organismo de la ONU creado para investigar los hechos de violencia cometidos durante la Guerra civil salvadoreña) aproximadamente 985 hombres, mujeres y niños campesinos salvadoreños fueron asesinados en El Mozote y los cantones aledaños. Se la considera no solo el mayor acto de violencia contra población civil cometida por agentes gubernamentales, durante la Guerra Civil de El Salvador, sino también la peor masacre del Hemisferio Occidental en tiempos modernos.

Un extracto de la representación de la ópera, realizada en El Salvador, se puede apreciar en el siguiente vídeo:



miércoles, 18 de noviembre de 2020

Crónica del Festival "Un canto por la Paz", Nuevamerica y Lorena Santillana

El pasado 13 de noviembre, falleció la artista Lorena Santillana, quien fue miembro del grupo Nuevamérica, uno de los más importantes y comprometidos de la música popular salvadoreña de la generación de finales de la década de los ochenta, y que también -irónicamente- es uno de los menos documentados. De hecho, Lorena era una de las personas que quería entrevistar para poder rescatar sus memorias sobre ese grupo poco conocido por la generación de la posguerra.

Quizá, el dato más accesible con que se cuenta, es el registro musical y audiovisual del festival "Un canto por la paz con soberanía e independencia en El Salvador" que se realizó en abril de 1988. En la portada del álbum de 1991 que se produjo a raíz de ese festival, aparece una fotografía de Lorena hecha por Steve Cagan.

Lorena Santillana. Foto: Steve Cagan.

Buscando más información sobre Lorena y sobre el grupo Nuevamérica, encontré una crónica del Festival que apareció en el número 6 de la Revista La Universidad de 1988, que comparto:

CRÓNICA DEL PRIMER FESTIVAL

"UN CANTO POR LA PAZ CON SOBERANÍA E INDEPENDENCIA EN EL SALVADOR"

Revista La Universidad, N 6, 1988, Universidad de El Salvador, pp. 43-46.

“Todas las voces todas

Todas las manos todas

Toda la sangre puede

Ser canción en el viento.

Canta conmigo, canta

Hermano americano,

Libera tu esperanza

Con un grito en la voz”.

 

«Miles de salvadoreños entonaron estas estrofas el pasado 30 de abril en un evento sin precedentes en la vida cultural, política e histórica del país. Ese día, Latinoamérica se volcó hacía los 14 departamentos de nuestro suelo, en una significativa muestra de solidaridad para con el pueblo, en lo que marcaría una nueva etapa en la historia del movimiento artístico nacional ¡la realización del Primer Festival "Un Canto por la Paz con Soberanía e Independencia en El Salvador"!

Desde hace mucho, diversas instituciones y gremios habían promovido esfuerzos por lograr una actividad artística de esta envergadura, pero la represión institucionalizada vigente en el país, había coartado estas iniciativas en múltiples ocasiones Sin embargo, el conjunto de todos estos esfuerzos forjaría las condiciones para llevar a cabo uno de los más grandes eventos culturales en nuestra historia.

En este evento convergieron las corrientes latinas y norteamericanas de la Nueva Canción del Continente, cuyas raíces se encuentran en nombres como Atahualpa Yupanqui y Paul Robinson, cobrando mayor fuerza histórica con el triunfo de la Revolución Cubana en la década del 60 y el surgimiento de lo que se conocería como la Nueva Trova.

El Salvador, como toda Latinoamérica, no estaría aislado de la influencia de esta nueva corriente artística, para 1970 emergían del seno de la Universidad de El Salvador, diversos talleres culturales y grupos artísticos que recogerían el mensaje de Mercedes Sosa Gabino Palomares, Óscar Chávez Amparo Ochoa, Los Parra, Quilapayún, Inti Illimani, el Quinteto Tiempo y el inolvidable Ali Primera.

En esta década el movimiento cultural contrario a los regímenes militares de Fidel Sánchez Hernández y Arturo Armando Malina cobraría auge, con los grupos musicales "Mahu Cutá" (sic) y "La Banda del Sol", y los talleres de teatro "Sol del Río 32", "TEC", y "Los Vagos".

Sin embargo, al igual que en todos los países latinoamericanos, el desarrollo de la Nueva Canción se vería truncado violentamente por la instauración de las dictaduras militares, que reprimieron las expresiones artísticas de esta corriente. El cobarde asesinato de Víctor Jara, en Chile, marcaría para las generaciones seguidoras una época de terror y persecución, que en El Salvador cobraría auge con la gestión gubernamental de los militares de Arturo Armando Malina y Carlos Humberto Romero. Muchos grupos exponentes de la Nueva Canción salvadoreña se enfrentaron a la decisión de abandonar la música por las luchas populares o elegir el exilio para sobrevivir. De los que se quedaron, destacan los jóvenes "Tamba" y "Góngora", quienes morirían en combate posteriormente. De los que se fueron, se conformarían los grupos "Cutumay Camones" y "Yocolocamba l ta" en el exilio, junto con el desarrollo de la "Banda Tepehuani", quienes han dedicado su arte al trabajo de la solidaridad para con las luchas del pueblo salvadoreño*.

No es hasta inicios de 1983, cuando se reiniciaría tímidamente el arte popular en el país, con el surgimiento de los grupos "Guinama", "Nueva América" y otros, cuya máxima expresión política la alcanza el grupo obrero "El Indio", un fenómeno de múltiples características culturales en el marco del avance de las organizaciones populares salvadoreñas.

Con el renacimiento de grupos de promoción de arte popular, también toma auge la necesidad de la organización artística, que promoviera el rescate de la cultura nacional. En ese sentido, surgen gremios como la Asociación de Trabajadores por el Arte y la Cultura (ASTAC) en 1983 y el Movimiento por el Arte y la Identidad Cultural de El Salvador (MAICES). A lo largo de su trayectoria, estos organismos se han dedicado a promover el arte nacional, la promoción de los valores propios de nuestra cultura y el compromiso artístico de cara al movimiento popular salvadoreño.

Ambos organismos, han trabajado arduamente en el impulso de festivales de música popular en universidades, plazas, mercados, instituciones, gremios y cooperativas, al igual que han contribuido al desarrollo de seminarios, talleres, foros, exposiciones y otras actividades que difundan las bases y la necesidad de rescatar una cultura propia, rompiendo el esquema imitativo, repetitivo, alienado que ha caracterizado el movimiento artístico salvadoreño por años.

Tanto ASTAC como MAICES, en conjunto con la Universidad de El Salvador, veían urgente la necesidad de aportar nuevos valores culturales a las nuevas generaciones, que contribuyeran también a reflejar la realidad del país a través de la promoción del arte como un medio de comunicación hacia las mayorías, paralelo al crecimiento del movimiento popular y las luchas reivindicativas de los trabajadores.



Es precisamente la reorganización del movimiento cultural salvadoreño y el resurgimiento de las luchas populares, las que forjarían las condiciones necesarias para llevar a cabo un festival de la Nueva Canción que cubriera la totalidad geográfica del país.

En San Salvador, Santa Ana y San Miguel, la procedencia de la mexicana Amparo Ochoa, del brasileño Thiago de Mello, del argentino Adrián Goizueta y el Quinteto Tiempo de ese mismo país, así como también la representación de Venezuela con el grupo "AHORA'', y los artistas norteamericanos del grupo Human Condition y Holly Near, significaba una reafirmación del apoyo de los pueblos del mundo a la lucha que libran los sectores populares en el país en búsqueda de una paz con justicia y soberanía.

Puede afirmarse que América Latina se volcó solidariamente hacia El Salvador, los días 27, 28, 29 y 30 de abril, en el Estadio "Oscar Quiteño" de Santa Ana, la plaza Araujo en San Miguel y la Plaza Cívica en San Salvador. Precisamente por el alcance solidario y fraterno de este festival, también hubo que enfrentar múltiples obstáculos para que pudiera concretarse. El desarrollo de las actividades tropezaría con la respuesta represiva de los sectores en el poder, que veían en peligro sus intereses al permitir un evento de esta naturaleza. Estos temores por parte del régimen salvadoreño se materializaron con el impulso de un operativo militar en los alrededores de la plaza Araujo, en San Miguel, lugar en donde se había planificado la presentación de los artistas nacionales e internacionales.

Desde tempranas horas de la mañana, efectivos militares irrumpieron violentamente en la zona, destruyendo la tarima que cuidadosamente habían llevado para presenciar el acto. Estos hechos sucedieron a pesar del compromiso adquirido por el Coronel Emilio Ponce, Jefe de la 11 Brigada de Infantería en San Miguel, de no obstaculizar el desarrollo de la actividad.

En lo cultural, el evento ha permitido el intercambio de experiencias con las corrientes de la Nueva Canción vigentes actualmente en Latinoamérica, que marcan en el país el crecimiento y consolidación de esta fuerza artística, de cara a las nuevas generaciones, como un legado de las luchas actuales y su aporte al rescate de la identidad cultural propia de nuestro pueblo.

En contraposición al arte exportado por agentes externos a nuestra cultura, el festival "Un Canto por la Paz con Soberanía e Independencia en El Salvador", recoge lo más hondo del sentir de los pueblos latinoamericanos y los fusiona en un solo canto de ardua búsqueda por una paz verdadera en el Continente. La visita de artistas latinoamericanos al país, permitió el valioso intercambio de experiencias con nuestros artistas, que contribuyen enormemente al desarrollo del arte nacional. Durante un foro de la Nueva Canción organizada en la Universidad de El Salvador, Holly Near, Thiago de Mello, "Ahora" y el grupo experimental de Adrián Goizueta, explicaron sus raíces y los tropiezos que afrontaron para su desenvolvimiento como artistas de la Nueva Canción, que permitirán un enriquecimiento cultural para nuestro pueblo en la formación y desarrollo de un arte propio.

La Nueva Canción denuncia, rescata, lucha y trabaja a la par de su pueblo. La música de Holly Near canta a los desaparecidos de Chile, Brasil, Centroamérica y del continente entero, y protesta en contra de la intervención norteamericana en la región, al igual que rescata nombres de las clases desposeídas de su respectiva cultura, como Harriet Tobman, esclava negra norteamericana que dirigió el levantamiento de más 500 negros en contra de sus opresores.

También la Nueva Canción refleja la realidad de los oprimidos en Latinoamérica, la represión que vive cotidianamente como ¿dónde está Salvador Ubau? del grupo Nueva América, y su vacío cultural usurpado por extranjeros como "La maldición de la Malinche", de Amparo Ochoa. Así como también, resalta a sus héroes y sus luchas, en coros como "La marcha de la Unidad" y "Canción con Todos", entonadas por miles de salvadoreños el 30 de abril casi a las once de la noche, en compañía de la solidaridad internacional de todo el Cono Sur y Norteamérica.

Tiempo, Amparo Ochoa, Human Condition, Holly Near, Ahora, Cutumay Camones, Thiago de Mello, Adrián Goizueta, Nueva América, Zunca y El Indio, flecharon en la historia de una nueva época para la cultura del pueblo salvadoreño, que deja en las nuevas generaciones una nueva semilla y una nueva lucha por el arte y el compromiso con los pueblos del Continente. El Primer Festival Un Canto por la Paz con Soberanía e Independencia en El Salvador, es el inicio de una tradición para la nueva canción en el país, que seguirá vigente mientras exista un pueblo en lucha, que busca la paz con independencia en la cintura de América Latina.»

* Ese dato es inexacto, pues Yolocamba se fundó en San Salvador en agosto de 1975, mientras que Cutumay se formó como parte de la estrategia del ERP. 

Portada del álbum publicado en 1991.

Les comparto un vídeo publicado por Bonifacio Cantarero en su canal de youtube en el cual se puede apreciar a Lorena Santillana y Nuevamérica en el Festival Un canto por la Paz de 1988:




jueves, 1 de octubre de 2020

Quino y Nacho

Quino y Nacho

Erick Tomasino

 


A Quino lo conocí por Mafalda. Y ese encuentro se lo debo a un libro de Ignacio Martín-Baró que se llama “Acción e Ideología”. Fue cuando cursaba la asignatura de psicología social en la Universidad de El Salvador.

En esa época solía ir a la biblioteca de la facultad para estudiar el libro mencionado; sin embargo, la mayoría de las veces me distraía leyendo las tiras que acompañaban al texto. Bastaba una viñeta para digerir con mayor facilidad lo que en clases se nos trataba de compartir. Aquella capacidad de síntesis era admirable. Me agradaba como Quino sabía contar historias con dibujos, como lograba hacerte entender las situaciones absurdas en un mundo descompuesto.

Por mucho tiempo también recortaba las tiras de Mafalda que se publicaban -todavía hasta hace un par de años- en un periódico de circulación nacional y creía que Quino las seguía produciendo, porque siempre, quizá de manera desafortunada, me parecieron muy vigentes aunque la había dejado de producir… ¡en 1973!

Es cierto que el trabajo de Quino no se reduce a Mafalda, que es su trabajo más universalmente conocido, pero si el que más me ha influido y el que me mostró la importancia pedagógica que tiene el dibujo para pensarnos críticamente el mundo. La posibilidad de contar historias de forma sencilla y al mismo tiempo de cuestionarnos la realidad dada, complejizando y problematizando verdades asumidas y también animarnos a seguir soñando a que esto se puede transformar aún en medio de tanta desesperanza.

Todavía suelo acudir al libro del Padre Nacho -ahora desde mi biblioteca personal- y aunque soy más atento en la lectura, no puedo evitar los guiños que Mafalda y los demás me hacen para que aprenda de sus enseñanzas. 

San Salvador, 1 de octubre de 2020.



viernes, 24 de julio de 2020

Cutumay Camones

Cutumay Camones

Por: Erick Tomasino.
 
Cutumay Camones fue un grupo formado en mayo de 1982. Su objetivo establecido era recuperar las raíces culturales salvadoreñas y proveer de música popular al movimiento de liberación nacional. Este grupo se formó por iniciativa del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), una de las organizaciones político militares que conformaban el FMLN y tenía como tarea ser embajadores culturales para el movimiento de liberación nacional.

Cutumay Camones tomó nombre de un cantón localizado en el municipio de Santa Ana donde tuvo lugar una batalla campal siete días después de la ofensiva inicial del FMLN, el 10 de enero de 1981. El nombre era una manera de hacer homenaje a los caídos en batalla. 

El grupo estaba compuesto originalmente de tres miembros: Eduardo (Eduardo Esteijaert), Gabino y Ricardo, a los que dos meses después se unirían Paco (Francisco Manzanares), Teresa e Israel. En 1984, Lolo también se adhirió, y eventualmente el grupo consistía de cinco miembros permanentes: Lolo, Paco, Israel, Eduardo y Teresa. Excepto por Eduardo e Israel ninguno de los miembros eran músicos antes de juntarse. Cutumay Camones usó distintos ritmos como la cumbia de son clásica y rancheras, e instrumentos como marimba, acordeón y guitarrón.

Paco, el percusionista de Cutumay Camones, explicó lógica que dio origen a la formación del grupo: “Cutumay se formó como otra unidad estructural dentro del partido político. Uno de sus elementos fundamentales era la estrategia de solidaridad internacional. En el ámbito interno, la función del grupo era motivar a los militantes del partido y levantar su moral” (entrevista, septiembre de 1996) (Almeida y Urbizagástegui, p. 10).


La música se tocaba en vivo en las zonas que estaban bajo el control popular (y en Santa Ana, San Salvador y San Miguel en 1988); a nivel nacional, se transmitía a través de las dos estaciones de radio rebeldes (Radio Venceremos y Radio Farabundo Martí) y se difundía clandestinamente por medio de cassettes y cancioneros en las organizaciones populares y revolucionarias. También se presentaron en numerosos actos de solidaridad en otros países. Cutumay Camones fue uno de los grupos de música de protesta más destacados de El Salvador durante la década de 1980. (Almeida y Urbizagástegui, p. 10). De esta época se produjeron cuatro álbumes: Vamos ganando la paz (1982); Por eso luchamos (1985); Patria chiquita mía (1987) y Llegó la hora (1988).

En 1988, también por petición de la dirección del ERP, el grupo se separó oficialmente ante las exigencias de la guerra, sus integrantes asumirían otras tareas. Más tarde, Lolo dejaría El Salvador en 1990. Paco fue asesinado en 1996 por la Policía Nacional Civil y Eduardo muere en 2007 de cáncer.

En 2012, Teresa de Cutumay Camones se uni con los miembros de Guinama, para formar un nuevo grupo. La fusión de estas bandas históricas fue llamada Cutumay Guinama.

Discografía

Vamos Ganando La Paz (1982)
Vamos ganando la paz
Cuando
Santa Ana
La guerra
Radio Venceremos
El machete encachimbado

Por eso luchamos (1985, Paredón Records)

Por eso luchamos
Vamos ganando la paz
Feliciano Ama
Poema del partido
Nicaragua y El Salvador
Comandante Clelia
Brigada Rafael Arce Zablah
Las milicias populares
10 de octubre

Patria Chiquita Mía (1987, Eurosound)
Instrumental
Farabundo
Patria chiquita mía
La paz no es un regalo
Obreros y campesinos
Pueblos americanos
Camaradas del monte y la ciudad
Cumbia de la paz

Llegó la hora (1988)
01. Llego la hora
02. La patria te necesita
03. Don Simón
04. Los fusilitos
05. Hoy nació el día del pueblo
06. Roxana
07. M-16
08. Yo quiero ser combatiente
09. Vámonos al tope
10. La mechuda
11. Dale compañero
12. Díganle que no se meta
13. Los helicópteros

Referencias

Almeida, Paul y Urbizagástegui, Rubén. Cutumay Camones. La música popular en el movimiento de liberación nacional en El Salvador. Red Latinoamericana de Historia Oral.

Fotos de la banda: Linda Hess Miller. http://www.lindahessmiller.com/coppermine/