El
Salvador
De
la importancia del programa para elegir al nuevo gobierno
Erick Tomasino
Un programa de gobierno es
un documento en donde se definen las tareas propuestas que ha de realizar un
partido político en el caso de llegar a gobernar. Es la exposición breve y
sencilla de las acciones que ha de realizar expresadas de manera cohesionada y
consecuente. Se basa en el estudio científico de las características de un país
y da respuesta a las necesidades inmediatas articulado a objetivos de mayor largo
plazo, además de estar enmarcado en el contexto mundial. Un programa no es una
lista de ideas desvinculadas ni producto de la buena voluntad de una persona
iluminada; tampoco es una carta a Santa Claus. Cualquier partido serio debería
estar obligado a presentar su programa de gobierno.
El próximo domingo 3 de
febrero, El Salvador elegirá un nuevo gobierno para el período 2019-2024, en el
cual compiten cuatro propuestas; tres de derecha representados por la coalición
Alianza por un Nuevo País (constituido por los partidos ARENA, PCN, PDC y DS), los
institutos políticos GANA y VAMOS; y uno de izquierda representado por el FMLN.
Veamos qué es lo que han propuesto hasta hoy.
En el caso la Alianza por
un Nuevo País, encabezado por ARENA, no necesita presentar ninguna propuesta programática
porque lo suyo es seguir al pie de la letra las directrices del FMI y del Banco
Mundial y, en aspectos operativos, consultar o, mejor dicho, seguir las órdenes
de la embajada de los Estados Unidos. Se podría prever en un hipotético
gobierno de ARENA, que ocurriría lo mismo que ha sucedido con el gobierno Macri
en Argentina con la retirada de derechos laborales y la entrega plena de la
soberanía nacional a los intereses de las grandes corporaciones transnacionales.
No se puede esperar otra cosa de un partido cuya historia está basada en la
aplicación al pie de la letra de la doctrina neoliberal, aunque quieran negar
su pasado.
Para la fórmula del
partido GANA, existe una mezcla igual de amorfa como su composición orgánica
aunque este se define como un partido de derecha. Por un lado, carece de una
propuesta integral, pues a la fecha apenas han esbozado algunas ideas que más
parecen actividades sin sustento ni contenido programático; por otro lado, su
apuesta es negar todo lo que se ha hecho sin comprometerse con nada. En caso de
llegar al gobierno, no se esperaría nada pues no se define con claridad qué
propone. Le bastaría dar seguimiento a algunos de los programas que ha
impulsado el FMLN y hacerlos suyos, dado la tendencia de su candidato a copiar
las propuestas de otros. Aunque es más esperable que actúe producto de la
inercia.
De VAMOS, no hay nada que
decir. No tiene ninguna propuesta.
El único que ha
presentado un programa es el FMLN, denominado “Por un país mejor”[i], el cual fue construido
producto de una amplia consulta a nivel nacional con diferentes actores. Está
constituido por seis ejes prioritarios: 1) Trabajo/empleo, 2) Educación, 3)
Salud, 4) Seguridad, 5) Salvadoreños en el exterior y 6) Medio Ambiente, de los
cuales se desprenden 31 compromisos que dan continuidad a los programas
sociales impulsados desde 2009, con énfasis en la población joven, mujeres,
población indígena y adultos mayores.
Cada uno de estos ejes y
compromisos plantea metas claras y medibles; como por ejemplo, en el área
económica propone la generación de 385 mil empleos en 5 años teniendo como base
lo conseguido en el período 2009-2017 en el que se generaron 380 mil puestos de
trabajo. También promueve la adquisición de al menos un 40% de las compras del
gobierno a pequeños y medianos productores y la inversión en la producción
agrícola e industrial.
Se compromete también con
la profundización de programas sociales en educación, escolarización,
alfabetización e innovación tecnológica. Gratuidad en la educación pública
incluida la educación superior dotando de mayores recursos a la Universidad de
El Salvador. Además, la ampliación en cobertura y calidad de los servicios de
salud pública, sólo por mencionar algo del contenido, considerando que todos
estos aspectos mantienen como ejes la promoción y defensa de los derechos
humanos.
Si bien, este no es un
programa de carácter socialista como algunos podrían reclamarle, está
fundamentado en el análisis de las necesidades del país con objetivos claros,
precisos y medibles que, de llegar el FMLN al gobierno, tendrá que echar a
andar y en el que el pueblo organizado está llamado a garantizar su ejecución;
así como también el de promover cambios estructurales más profundos y
transformadores.
Así las cosas, queda de
manifiesto que para las próximas elecciones, el único partido que ha presentado
un programa de gobierno completo y coherente con los intereses del país es el
FMLN. En una sociedad formada políticamente, las propuestas programáticas
deberían ser más importantes que los discursos vacíos o cargados de clichés
para que la población elija a sus gobernantes. Los resultados en las próximas
elecciones demostrarán, entre otras cosas, que tanto hemos avanzado en ello.