miércoles, 19 de septiembre de 2012

Centroamérica: Imperialismo y grupos de poder


Erick Barrera Tomasino.

Texto escrito para la Escuela Mesoamericana de los Movimientos. Realizada por la Red Alforja. 2012.

Definir a las clases dominantes locales a partir del imperialismo es una tarea que los revolucionarios salvadoreños y centroamericanos no hemos cumplido aun cabalmente. –Roque Dalton-

Nota inicial
En el libro escrito en 1973 “El Aparato Imperialista en Centroamérica”, Roque Dalton desnuda abiertamente la intervención imperialista de la que ha sido víctima la región centroamericana desde sus albores y desde que fue bautizado como tal; en esos años, él ya demostraba el matrimonio no feliz entre las clases dominantes con el dominio imperial y cómo la región actúa para satisfacer las necesidades el capital internacional para mantener su modelo. Sin embargo, este fenómeno que podría ser visible a todas luces -y bajo cualquier sombra- sigue siendo objeto poco comentado en el seno de las organizaciones populares.
Si bien la historia y actualidad de Centroamérica está sujeta a la historia de la dominación y repartición del mundo por fuertes grupos económicos internacionalizados, no siempre esta relación es visible, pues sigue en el imaginario la burguesía con rostros nacionales; aunque en el actual contexto es de cotidiano hecho, la disputa territorial entre la vida y la muerte entre la burguesía internacional y organizaciones populares nacionales o muy territorializadas.
Lo anterior implica entonces analizar la incidencia del gran capital transnacional en las políticas de los países centroamericanos, y cómo estas responden a los intereses de aquellos. Así como de revisar de manera breve, la trayectoria y actualidad del capitalismo en la región. Con este texto queremos presentar la lógica de incorporación de los países de la región al capital internacional transnacionalizado. Este es apenas un pequeño insumo para el debate, que esperamos sea enriquecido por las organizaciones que participan en el marco de la Escuela de los Movimientos sociales que impulsa la Red Alforja.

Para leer el articulo completo haga clic en: Rebelion

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=156316

domingo, 2 de septiembre de 2012

Círculo

ojo de pez by Erick Barrera Tomasino
ojo de pez, a photo by Erick Barrera Tomasino on Flickr.
Es una círculo
que está cerrado

está allí
girando

sin dirección
solo gira
sin darle paso
al tiempo

girando alrededor
del tiempo

que se escapa
sin dirección

-Erick Barrera Tomasino-

miércoles, 29 de agosto de 2012

Necesidad de Ella


Lágrimas como invierno cruel, escondidas
ahí donde el pecho parece reloj vital.
Nudo al soltar el pájaro que dicta el vuelo
sueños vigilantes o imaginación fantástica.

La sangre fría corre o se detiene
según los movimientos del significado de la vida;
pasan bandada las horas los días los sueños
allí donde la angustia se vuelve eterna.

Sonríes y me miras y me niegas
como golpe al carruaje del lucero, miserable
vuelo bajo la tierra
un muerto en la nada
un respiro para tanta espera

Penitencia o amor
por difícil que parece la recompensa
reconfortante

Espera, paciente espera, sufrida espera
que hasta la noche cae perlas finas
al aire o un poco más imaginario.
Alas al descubrir tu risa de alivio

          ¡remedio para mi alma!

Erick Barrera Tomasino

miércoles, 22 de agosto de 2012

EL SALVADOR: PRIMER MÓDULO DE LA ESCUELA MESOAMERICANA EN MOVIMIENTO 2012


La Carta CEAAL Nº481
¿Quiénes somos y cuál es nuestra práctica como movimiento? ¿Qué luchas desarrollamos los movimientos en la región? ¿Cómo entendemos el contexto donde actuamos? ¿Cómo y qué queremos transformar? ¿Cuáles son nuestras estrategias?

Estas y muchas más preguntas marcaron el inicio del primer módulo de la Escuela Mesoamericana en Movimiento 2012, realizada por el equipo de formación de la Red Alforja.

Durante una jornada de cuatro días, desarrollada entre el 17 y el 20 de julio en Nueva Concepción, El Salvador, 37 representantes de organizaciones y movimientos de toda la región mesoamericana se reunieron para intercambiar, discutir y reflexionar sobre los movimientos sociales: sus concepciones y luchas en la defensa del territorio y la vida. Pero también vivieron momentos de autodescubrimiento del cuerpo como territorio, de mística que inyectó energía para la lucha y de distensión pura, entre risas, baile y música.

A partir de las vivencias personales y colectivas, se construyó una visión general del contexto de la región, que sin la intención de ser exhaustivo, abrió un sinfín de debates en torno a las concepciones de territorio, movimiento y de las estrategias.

“Se mapeó la varicela” que está produciendo el avance de las transnacionales y los principales grupos de poder local; pero al mismo tiempo, se contrastó esa realidad con la crisis del capitalismo. Ejercicio favorecido por las ponencias el economista César Villalona y del educador popular Erick Barrera.

Los nudos y desnudos del taller ubicaron las contradicciones, las carencias y los aciertos en la práctica de las organizaciones y movimientos populares; dejaron entrever el camino recorrido y el que falta por recorrer. La discusión aclaró muchas inquietudes, pero también dejó muchos hilos por tejer en la siguiente madeja de este camino formativo.

miércoles, 15 de agosto de 2012

Carta a un amor en red


Amor: (entro)

De nuevo estoy en esta cueva que llora por las grietas y ventanas cánticos de anhelos desterrados, viendo por un agujero ultravioleta tu sonrisa que ríe al ojo del huracán y no a mis labios que son de sangre y elixir. (Entro)

Oigo la música de este catre sin recordar la letra de tus gemidos (borrar). El ritmo permanece pero la esencia de tus caprichos de sonata se han desvanecido sin posibilidad de penetrar esta pantalla que se ha vuelto -por azar de la tecnología- lo más parecido a tu presencia. (Entro)

(Copio y entro de nuevo) (Estado sin conexión)

Y pienso en esta estancia, que peor que estar ciego, sordo o mudo, es estar ciego, sordo y mudo; porque aunque tenga un par de manos deslizándose sobre tu piel como corteza humedecida, no se si me miras a los ojos, si me gritas desbocada tu gusto por mi árbol sin ramajes, ni se decirte que soy un escarabajo succionando de tu sexo lo que me das para vivir así sin ti. (Borrar)

Y quiero desaparecer bajo el cobertor de tus retoños, más soy esguince en la tormenta de tu inconsciente que alambra mis implosiones. Te desvaneces en remolinos cual antifaz de pétalos y mutismos y caigo en tu trampa de reflejos y destellos de sonidos autoprogramados. (Entro)

Veo por fin tus sueños en un estado de somnolencia graficada por las voces de este cuadrante inoperante. Alguien canta tu ventana e imagino tu ropa interior enredada en placeres ingentes y ocultados; y si me asomo de repente, lo que había de erecto en mi se distrae. (Cerrar sesión)  

Amada: (dos puntos) Mañana no podrás ignorarme ni encenderás tus velas de aromas anestesiados. Ya el alba vendrá demasiado tarde y quien sabe si por azares del hedonismo, por fin te encuentre desnuda sobre esta cama. Mientras veo en diálogos ajenos tus pasos esquina opuesta a este epitome de cada noche, en tanto tú te distraes leyendo esto que termina siendo una carta. 

Erick Barrera Tomasino
(La ciudad y su sombra, 2012)

miércoles, 25 de julio de 2012

Carta a una hija que reaparece


Debía llevar unos libros y me pediste acompañarme, cuando te adentraste a la biblioteca tus ojos se iluminaron como quien descubre un tesoro escondido, sonreíste y parecía que todo te daba vueltas. Yo solo alcancé a preguntar si estabas bien y tu mirada absorta me indicó que si. Tomaste uno a uno los libros de cuentos que estaban más a tu alcance y enmudeciste al instante en medio de aquellas páginas que robaron tu atención.
Tratando de que disfrutaras ese momento me separé por un rato a ordenar los libros que había prestado durante la mañana, pero no se cómo estabas de nuevo a mi lado, con un gran libro ilustrado de cuentos y me pediste leerlo. Inmediatamente me lo entregaste sin esperar mi respuesta. No me molestó para nada; así que salimos al corredor y sentados en el piso comencé a leerte mientras tu seguías con atención descifrando la coherencia entre las ilustraciones y el texto. Lo que quedaba de mañana se pasó tan rápido y el mediodía nos sorprendió entre medio de aquellas historias de lobos y brujas. Te fuiste corriendo a tu casa despidiéndote con un frágil “hasta mañana”.
El día siguiente sucedió lo mismo, solo que esa vez tomaste un poco mas de tiempo para elegir el cuento del día. Esta vez nos turnábamos, yo leía un fragmento y vos me leías otro, cuando nos aburría una parte, entonces lo inventábamos, tu imaginación tenía un sinfín de puertas y a veces yo me quedaba ahí atrapado. Fue en ese momento que decidimos, sin decirnos palabra alguna que estábamos atados por la fantasía. Y quizá acordamos con esa imaginación tan espontánea que nos surge a ambos, que serías -para mí- como mi hija como yo sería –para ti- como un padre. Y luego ya no eran solo cuentos fuera de la biblioteca a la cual a parte de nosotros dos casi nadie asistía, sino que nos contábamos sueños y entre risas y preguntas te volviste mi confidente.
En un arrebato inesperado tuve que largarme de aquella escuela con su biblioteca que era nuestro hogar adoptado. No pude ni decir adiós pues el dolor de dejarte ahogaba mis palabras y durante mucho tiempo me sentí culpable de haberme alejado de ti.
Ahora, cinco años después de la última vez que nos vimos, nos hemos vuelto a encontrar. Me impactó verte hecha toda una adolescente, tan crecida y tan inquieta como tu edad; pero siempre con cierta ternura que envuelve todo el espacio. Al mirarnos esperamos un buen rato sin decirnos palabra alguna, parecía que nos estábamos redescubriendo y al final nos encontramos. Y con un poco de aprietos encontramos sobre qué hablar. Los libros fueron de nuevo el motivo perfecto. Me dices que te gustan además de los cuentos, la mitología la ciencia; y me hablas de dioses y de diosas. De seres de otro mundo y de personajes tirapiedras y de orillas de rio y de defender la naturaleza. Seguro estoy que luego serás una defensora de nuestro pueblo si así lo decides.
Pido que me cuentes qué ha sido de tu vida y solo atinas a decirme que no tienes tiempo más que para el estudio, mientras un chiquillo de tu edad intenta hacerte saber a su modo que le atraes y tú a tu modo intentas decirle lo mismo, pero que yo estoy ahí y te da vergüenza. Jeje, de alguna manera he vuelto a esa edad y hasta yo me sonrojo. Y sigues que quieres estudiar algo de física, quizá quieras entender el movimiento de las galaxias y los planetas. Me cuentas que ya lees libros de cursos superiores y yo no digo nada. Solo te imagino como aquella chiquilla con sueños y sonrisas para dar.
Y mientras comemos te preocupas por mi salud, me llamas la atención por no comerme todo lo que en el plato había y que si tomo mucho café y que te incomoda que fume y que me cuide un poco más. Yo, mientras, apenas te enseño a doblar una hoja de papel y te explico no se que palabra que no me entendías, igual, nuestras observaciones nos dan risa, a ambos nos da gusto vernos de nuevo, escribiendo este cuento que quien sabe si alguien nos leerá. Puede parecer cursilería, pero en ese momento sentía que hasta el sol nos sonreía. O quizá todo sonreía. Pero que más, lo importante de todo era tu risa.
Y la tarde y el reencuentro se nos fueron pasando tan rápido como aquellas horas fuera de la biblioteca. No quería que te marcharas pero ya era la hora de partir. Dijiste adiós y me regalaste un abrazo y nos prometimos vernos pronto. Y mientras nos queda seguir soñando aunque quizá ya no te sientas mi hija, aunque yo no sea tu verdadero padre. Aunque de nuevo hayas despertado en mí ese deseo de serlo.