sábado, 29 de abril de 2023

Humedad y frío hasta en la música

Humedad y frío hasta en la música: Poemas de Roque Dalton musicalizados

Por: Erick Tomasino.

 

Roque Dalton (14 de mayo de 1935- 10 de mayo de 1975). Poeta, ensayista periodista, intelectual orgánico y revolucionario. Una de las figuras salvadoreñas más universales y escritor sobresaliente en la historia de las letras latinoamericanas. Es más conocido por su faceta de poeta, del cual dejó un legado cuya temática, comprometida con las luchas de los pueblos, sigue siendo vigente. Su estilo inspiró no sólo a otros poetas, sino que sus propios escritos inspiraron la creación de canciones, músicos de variados géneros, tiempos y latitudes, retomaron alguno de sus textos para hacerlos canción. Acá un listado de ellos:

Saúl López: Poema de amor

Yolocamba I Ta: Poema de amor


Vicente Feliú: Tercer poema de amor


Mauricio Redolés: Epitafio


Illapu: No pronuncies mi nombre


Luis López: Todos


Luis López: Yo como tu


Bohemia: Poema de amor


 

Álvaro Fernández: Como la siempreviva


Álvaro Fernández: Vida, oficios


Juan Carlos Guerra: Y sin embargo, amor


Indezoquixtia: Medio muertos


Chala Rasta: Poema de amor


Antonio Selfa: Yo como tú


Américo Boschetti: Sobre dolores de cabeza

Vlankho: Reparto de la cosa pública en el mercado de los poderes


 

Estas son algunos temas que pude encontrar. Si vos conocés de otros y tenés el enlace, agradecería compartieras el enlace para poder agregarlo a la lista.


jueves, 30 de marzo de 2023

Escuela Político Pedagógica Campesina de la FUNPROCOOP – Red Alforja


 
La Escuela Político Pedagógica Campesina de la FUNPROCOOP – Red Alforja

Erick Tomasino.

Introducción

     El presente texto tiene la intención de compartir una breve descripción de la experiencia de la la Escuela Político Pedagógica Campesina, impulsada por la Fundación Promotora de Cooperativas (FUNPROCOOP) de El Salvador, entre los años 2006 a 2012.

     Este documento responde a una iniciativa de la Red Mesoamericana de Educación Popular Alforja (Red Alforja) en documentar y compartir experiencias de escuelas de formación política, con la intención de dialogar con otras propuestas similares impulsadas en la región que permitan construir aprendizajes y fortalecer prácticas socioeducativas.

     Para tal propósito, este recorrido ubica a la Funprocoop, organización miembra de la Red Alforja, como responsable del desarrollo de la Escuela, se define el enfoque metodológico que la sustenta, su fundamentación metodológica y los principales contenidos abordados; también se incluyen aspectos organizativos para, finalmente, compartir algunas reflexiones.

La Funporocoop

     Funprocoop es una organización fundada en 1967, orientada a contribuir a la construcción de una nueva cultura política, democrática, ética y humana en las organizaciones campesinas y populares, mediante la implementación de procesos de construcción de aprendizajes desde la educación popular.

Inspirada en el movimiento de la Teología de la Liberación de finales de la década de los 60 del siglo 20, la Funprocoop ha impulsando procesos socioeducativos con organizaciones cooperativas, campesinas, rurales, con dirigentes y educadores del movimiento popular de El Salvador y la región mesoamericana, con énfasis en la construcción de un proyecto de soberanía alimentaria y por la transformación de la sociedad.

Para fortalecer el eje formativo, en 1970 se construyó y se puso en funcionamiento la Granja Escuela de Capacitación Agropecuaria (GECA), ubicada en el municipio de Nueva Concepción, departamento de Chalatenango; lugar en el que se formaron muchos dirigentes campesinos que en aquella época de ebullición social y política conformarían organizaciones populares como la Unión Nacional de Trabajadores del Campo (UTC) o la Federación Cristiana de Campesinos Salvadoreños (FECCAS).

En ese contexto latinoamericano de profundas transformaciones, la Funprocoop se inscribe al movimiento de educación popular, por considerar que su concepción política y metodológica era la más adecuada para trabajar con sectores históricamente marginados, como es el caso del campesinado salvadoreño. La experiencia de Funprocoop le permitió incorporarse más adelante al Programa Coordinado de Educación Popular Alforja -actualmente Red Alforja- fundado en 1981, con quienes ha venido recreando un forma de comprender y aplicar la educación popular.

        Desde el año 2002, la Funprocoop, en el marco de esta Red, había asumido la responsabilidad de desarrollar la Escuela Subregional para una Educación Transformadora1 con participación de educadores y militantes del movimiento popular de El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y del sur de México. Posteriormente, en 2006, se decidió impulsar un proceso de formación que fuera dirigido principalmente a la formación política y pedagógica de las organizaciones campesinas y cooperativas, sujetos con los que históricamente la Funprocoop se vinculaba, es así que surge la Escuela Político Pedagógica Campesina.

Escuela Político Pedagógica Campesina

         Esta escuela se origina en 2006 como producto de un replanteamiento interno sobre quienes son los sujetos políticos a quien se orienta la formación política, con la Escuela Político Pedagógica Campesina se reafirma la apuesta de trabajo institucional dando prioridad a las organizaciones rurales y campesinas, abordando temas que estaban directamente vinculados a este sector, integrando la propuesta de la Soberanía Alimentaria aportada desde la Vía Campesina, de la cual la Funprocoop también es miembra.

         Como esta escuela seguía siendo impulsada por la Funprocoop en coordinación con otros centros de la Red Alforja -específicamente Serjus y Cencoph2- siguió siendo parte de la apuesta formativa regional de la Red como un sistema integrado y coordinado a nivel de Mesoamérica, manteniendo el carácter de “sub-regional” con la participación de organizaciones no solo de El Salvador, sino que también con organizaciones de Guatemala, Honduras y Nicaragua.

El objetivo de la Escuela era: “Aportar a la construcción de estrategias para implementar una agricultura de resistencia y luchar por un proyecto político que garantice la soberanía alimentaria y permita el acceso de campesinos y campesinas a un desarrollo sostenible y sustentable”, y como eje temático se planteaba: “La organización campesina y cooperativa. El papel del campesinado en los procesos de transformación social”.

Para el año siguiente, es decir en 2007, se establece una alianza con el Movimiento por la Vida y Equidad Campesina (MVEC), como refuerzo a la acción política de este y otros movimientos campesinos, particularmente vinculados a La Vía Campesina y organizaciones de trabajadoras y trabajadores rurales de Guatemala, Honduras, Nicaragua y El Salvador, algunas de ellas vinculadas a la Comisión de Soberanía Alimentaria de la Red Alforja3.

En 2008, debido a cambios internos en el área de educación, como Funprocoop se hizo una revisión de la experiencia educativa en los años anteriores, así como un análisis de la coyuntura regional para definir la apuesta para los próximos años, en específico se debatió sobre el aporte que desde la Escuela Campesina se podía realizar; para esta redefinición se contó con la participación de compañeros del CEPIS de Brasil y de educadoras populares de la comisión de Movimientos Sociales del CEAAL4-El Salvador, con quienes se determinó:

a) La Escuela debía tener su sede principal en la Granja Escuela de Capacitación Cooperativa y Agropecuaria GECA, en Chalatenango, porque ese espacio ofrecía las condiciones para el desarrollo de los módulos y daba una ‘identidad geográfica’.

b) Priorizar la participación de miembros de las organizaciones populares, más en específico de organizaciones y movimientos de trabajadores y trabajadoras en el ámbito rural; también la incorporación de educadores y educadoras que acompañaran procesos de base y miembros de organizaciones aliadas, de movimientos populares con presencia nacional y con vínculos o alianzas internacionales como la Vía Campesina, Redlar o el MOVIAC5.

c) Vincular el seguimiento de las personas participantes a las agendas de lucha social del movimiento popular, así como ofrecer acompañamiento a las organizaciones que así lo solicitasen, en específico aquellas organizaciones con las cuáles Funprocoop podría garantizar el acompañamiento en los territorios.

d) El proceso se organizara en cuatro módulos presenciales más una propuesta de seguimiento-acompañamiento, en específico con las escuelas locales del MVEC. Eventualmente se propuso un módulo especial sobre Sistematización de Experiencias.

f) Se decidió vincular a una o dos personas pertenecientes del MVEC al equipo de educación de la Escuela, para garantizar el seguimiento a las y los participantes locales con quienes se realizaban sesiones específicas entre módulo y módulo para el diseño metodológico de los talleres locales de formación política.

Proceso de implementación de la Escuela

         El proceso de formación se basó en la Concepción Metodológica Dialéctica (CMD), propuesta construida y reconstruida por Alforja como una manera de interpretar la realidad para transformarla de forma colectiva, descubriendo las contradicciones para superarlas en función de una estrategia hacia la construcción de un proyecto político popular, donde el enfoque político va siempre a la par del enfoque pedagógico. De ahí lo de escuela ‘política’ y también ‘pedagógica’.

         En tal sentido, la concepción de formación impulsada desde la Escuela, se basaba en una serie de principios y valores fundamentados en la educación liberadora, aquella que se da en el campo del conocimiento que contribuye a elevar el nivel de conciencia de la clase trabajadora para la transformación de la realidad.

         A nivel metodológico, el equipo de educación de Funprocoop, junto con la Coordinación Político Pedagógica, elaboraba la propuesta general de la Escuela Campesina. De esta propuesta, el equipo de educación diseñaba las guías metodológicas para cada módulo y la producción de materiales de apoyo, así como de garantizar la elaboración de las memorias por cada uno de los eventos. Para esta acción, a veces se contrataba a una persona dedicada exclusivamente al levantamiento y ordenamiento de la información, en otras ocasiones, era una tarea asignada a una comisión conformada por participantes de la Escuela.

         La Escuela se desarrollaba a lo largo del año distribuida en cuatro módulos de cuatro-cinco días cada uno con tareas/prácticas intertaller entre un módulo y otro y la organización de eventos específicos como la participación en foros o giras de intercambio. Como parte de los compromisos, las personas participantes y sus organizaciones debían contemplar el fortalecimiento de sus prácticas político organizativas (en términos de apuestas y estrategias), así como de sus prácticas pedagógico metodológicas (programas de formación, constitución de equipos o comisiones de educación).

En cada taller se buscaba la combinación de la teoría con la práctica, de identificar conceptos como categorías de análisis y procedimientos que las y los participantes tenían sobre sus prácticas transformadoras. Se daba importancia a la experiencia y a la práctica como principal fuente de conocimiento y como factor de comprobación y experimentación de la teoría.

En el desarrollo de cada uno de los talleres se buscaba elaborar un producto pedagógico, entendido como resultado de los aprendizajes que fueron intencionados y construidos colectivamente. El producto mínimo de cada taller era la memoria. Pero además se intencionó la elaboración de otros productos pedagógicos como técnicas, ejercicios, guías de discusión/reflexión, materiales didácticos y metodológicos para las y los participantes. En el año 2011, se decidió que además de las memorias de los eventos, había que aprovechar las construcciones colectivas que se recuperaban, de tal manera que como producto de cada módulo, se elaboraron unas cartillas dentro de la Serie “Escuela Campesina” con los siguientes contenidos: 1) Para hablar de economía; 2) Clase e identidad en la organización campesina; 3) Agricultura y lógica de acumulación capitalista y 4) Luchas campesinas en El Salvador.

Al final de cada taller se daban indicaciones para la realización de una tarea de práctica inter-taller. Al respecto, se enfatizó que estas tareas no se trataban de hacer “réplicas”, es decir, de copiar mecánicamente el taller en sí (hacer un ‘tallercito’ del ‘tallersote’), sino que las personas asumían responsabilidades de compartir e implementar lo aprendido en sus contextos de lucha cotidiana. Se establecieron algunos criterios como:

a) Las tareas debían estar referidas a la práctica política de la organización, de las condiciones específicas en las que se desarrollaba y de las situaciones de su grupo, organización y contexto territorial.

b) Tendrían que tener relación con el fortalecimiento de sus programas formativos, esto es, diseño de un proceso de formación -donde no lo había-, incorporación de alguno de los contenidos que tuvieran relación con sus prácticas organizativas, diseño y aplicación de una guía metodológica y también, elaboración de materiales como textos, canciones, poemas...

Para reforzar lo propuesto por la Escuela, en algunas ocasiones se invitó a desarrollar modalidades complementarias como giras de intercambio de experiencias entre territorios, participación en foros, seminarios y en otros procesos formativos desarrollados por las organizaciones participantes. Esto con la observación de que no fueran actividades aisladas ni mucho menos fueran retomadas como una tarea extra asumida de forma burocrática, sino que debían estar asociadas a la necesidad de la lucha de las organizaciones.

Aunado a lo anterior, el personal de Funprocoop debía garantizar el acompañamiento de las personas participantes en los territorios con el fin de que a futuro se pudieran crear las escuelas locales de formación en todas las micro regiones para contribuir a los procesos de -según su momento- la CNTC-Vía Campesina, movimiento cooperativo, MVEC, MONARES o del Frente Nacional Agropecuario-FNA6.

Contenidos de la Escuela Campesina

Cada uno de los módulos tenía un contenido específico y articulado con todo el proceso, aunque con variaciones en los diferentes años y de acuerdo a las especificidades de cada grupo, en general se distribuían de la siguiente manera:

Módulo I) Enfoques económicos en la agricultura. Este módulo iniciaba con la aplicación del Triple Autodiagnóstico Participativo como punto de partida, donde se ubicaban prácticas, concepciones y el contexto, identificando tensiones y contradicciones y modos de superarlas; explorando la lógica de acumulación capitalista en el campo, identificando los modelos de producción agrícola convencionales, el análisis de los megaproyectos de inversión, el impacto en el campesinado y los desafíos para las organizaciones del campo y la respuesta de estas frente a ese contexto.

Módulo II) Relaciones de poder, cultura e identidad en la organización campesina. Este módulo se centraba en las relaciones de poder, en específico las relaciones de género y el modelo patriarcal y cómo esto tiene implicaciones en la vida de las personas y en las organizaciones. También se abordaban las relaciones de clase desde la concepción y análisis de las organizaciones rurales y campesinas identificando la posición de clase del campesinado en la actualidad, ubicando los territorios como campos en disputa desde la lucha de clases; además de rescatar las formas organizativas solidarias que transforman relaciones de poder y construyen identidades campesinas inclusivas.

Módulo III) Modelos educativos y comunicación en el medio rural. Relacionado a los aportes desde la educación popular para los procesos de acompañamiento en el medio rural, en específico desde la experiencia de la Red Alforja. El proceso de construcción colectiva de aprendizajes con organizaciones rurales y campesinas; además de aportar a la construcción de propuestas formativas para las organizaciones. En este módulo se enfatizaba el componente pedagógico-metodológico para diseñar procesos socioeducativos desde las organizaciones participantes y la comunicación de los aprendizajes entre organizaciones aliadas o semejantes.

Módulo IV) Estrategias de lucha campesina para la Soberanía Alimentaria. Este último módulo tenía como propósito la definición de las apuestas de las organizaciones y su relación con un proyecto de soberanía alimentaria, así como la definición y abordaje de los componentes de una estrategia de los movimientos hacia la construcción de un proyecto político popular. Se recuperaban aprendizajes desde la historia de lucha de los movimientos campesinos en América Latina. En las últimas ediciones se pretendía aportar a la elaboración y/o fortalecimiento de las plataformas programáticas de las organizaciones.

Para mantener el carácter mesoamericano no sólo desde sus participantes, en momentos específicos se vinculó a miembros de la Comisión de Soberanía Alimentaria de la Red Alforja como parte del equipo de formación, es así que en algunos módulos se invitó a personas de los centros de Alforja que eran parte de esa comisión -o que se pretendía que la integraran- a facilitar algunos contenidos, tal fue el caso de educadores de Serjus y Asecsa de Guatemala, Odesar de Nicaragua y de organizaciones vinculadas a la Vía Campesina de Honduras7. Por otra parte, también se refirió a algunas personas que habían cursado la Escuela Campesina para que participaran en la Escuela Mesoamericana en Movimiento de la Red Alforja, experiencia que se realiza desde el año 2008.

Aspectos organizativos de la Escuela

A nivel organizativo, Funprocoop definió que la Escuela debía contar con un cuerpo de trabajo colectivo y coordinado entre si, distribuido de la siguiente manera:

Coordinación Político Pedagógica: Conformada por el equipo de educación de Funprocoop, la Dirección Ejecutiva y en algún momento por dirigentes del MVEC. Esta tenía a su cargo dar las orientaciones políticas de las escuelas, revisar el programa general y de los módulos, evaluar los avances y dificultades encontradas en cada jornada formativa, realizar un debate para profundizar el aporte de la escuela a los procesos de lucha de los movimientos. Además, era la encargada de aprobar las solicitudes de participación previo análisis del responsable de educación.

Equipo de educación: Conformada por educadores populares y eventualmente con participación de personas con especialidad en alguna temática. En algún momento se llegó a contar con militantes del MVEC como parte del equipo permanente de educación. Era responsable del diseño metodológico del curso y de cada módulo; realizaba investigación, ordenamiento de materiales de apoyo, elaboración de materiales didácticos. Realizaba también una evaluación participativa del proceso formativo, así como las memorias por cada taller y elaboraba los productos pedagógicos.

Equipo de seguimiento territorial: El equipo de seguimiento territorial era una propuesta en la que se proyectaba la participación del equipo técnico y de la Comisión Nacional de FUNPROCOOP destacado en cada microregión o en su momento por referentes del MVEC. Tenía a su cargo promover la Escuela en los territorios, apoyar en la selección de participantes de acuerdo a criterios y perfiles y apoyar en terreno a la aplicación de las prácticas intertaller.

A esta propuesta organizativa, se incluía en cada uno de los módulos la organización en comisiones de trabajo que, según el grupo y la experiencia misma, las personas participantes se distribuían operativamente en: comisión de animación, mística, ruta del taller (relatoría/memoria), logística y salud, noticias y diccionario.

Hay que mencionar también que para el funcionamiento de la Escuela, se contaba con un equipo de apoyo logístico destacado tanto en las oficinas de Funprocoop como en la GECA que comprendía a la Administración, Asistencia de Dirección, Recepción, Cocina, Abastecimiento, Comunicaciones y Transporte.

Finalmente hay que hacer referencia de que la lógica de la Escuela Campesina pretendía ser una escuela matriz con proyección nacional y regional de donde se derivaría, en el caso del MVEC, dos encuentros anuales con educadores/as del movimiento para la profundización pedagógica y metodológica, y la constitución de escuelas regionales donde el Movimiento tuviera presencia desde lo departamental hasta el nivel municipal. Y a nivel de la Funprocoop, para superar la dispersión entre varias escuelas, constituir el Programa de Formación Campesina Cooperativa integrada por la Escuela Campesina, Escuela de Agroecología y Escuela de Cooperativismo. Programa que a su vez estuviera integrada a la apuesta de la Escuela Mesoamericana en Movimiento de la Red Alforja.

La Escuela Político Pedagógica Campesina se realizó de forma ininterrumpida entre los años 2006 al 2012, después su funcionamiento tuvo varios inconvenientes que obligó a que cada año se fuera modificando de acuerdo a las condiciones institucionales y coyunturales, a veces con la reducción de la cantidad de módulos, a veces con la reducción de días presenciales para cada módulo o ambas. En el año 2020 se intentó reimpulsarla de manera autogestionada por la Comisión Nacional de Funprocoop, en la que cada organización interesada aportara recursos para el financiemiento, justo el año que entró la pandemia por Covid-19 que obstaculizó esta iniciativa. Aun con ello, Funprocoop continuó impulsando acciones socioeducativas acompañando en territorio a las organizaciones cooperativas y campesinas en cada región.

Reflexiones

Expuesto lo anterior, es tentador compartir algunas reflexiones a modo de aciertos desde la experiencia descrita:

a) Apostarle a un sujeto en específico con luchas y prácticas concretas. Por mucho tiempo, la propuesta formativa de Funprocoop era llamativa por su enfoque metodológico que animaba la participación de personal técnico de ONGs que quería aprender el uso de técnicas participativas como ‘metodología de educación popular’, que aunque bien intencionadas, descuidaba los aspectos políticos, por lo que apostarle a sujetos específicos, con prácticas y luchas concretas en coherencia al trabajo de Funprocoop, permitió que tanto los debates como las orientaciones políticas aportaran al fortalecimiento organizativo y formativo de quienes cursaban la Escuela.

b) Comprender que la escuela era un aporte al fortalecimiento de las organizaciones participantes desde una propuesta política y pedagógica en relación a sus prácticas organizativas y educativas, por lo que las tareas debían estar relacionadas a su accionar político concreto8, de tal manera que esta no se consideraran talleres ‘réplicas’ como se ha descrito anteriormente.

c) Ser una Escuela Campesina dirigida no sólo a personas cuya actividad principal fuera la producción agrícola, sino que vinculara a un sujeto más amplio concebido como de ‘trabajadores rurales’; esto es, personas que realizan sus actividades en contextos rurales que pueden ser estudiantes, maestros, maestras rurales, trabajadores de la salud, promotores comunitarios, dirigentes de organizaciones, por mencionar algunas, pero que fueran militantes de organizaciones con presencia en el ámbito rural u organizaciones aliadas a ellas.

d) Articulación de la Escuela Campesina junto con las Escuela de Cooperativismo y la Escuela Agroecológica en un Sistema de Formación de la Funprocoop, en el que la Escuela Campesina funcionara como una “escuela matriz” que proponía contenidos y metodologías aplicables a las otras escuelas, así como que fungiera como escuela nacional para el MVEC y que este sistema estuviera articulado a la apuesta estratégica de la Red Alforja en específico a la Escuela Mesoamericana y a la Comisión de Soberanía Alimentaria de la Red en torno a una apuesta común y estratégica desde un enfoque de educación popular liberadora.

San Salvador, El Salvador. 26 de marzo de 2023.

Referencias

Bickel, Ana. (2005). Escuela Sub-regional para una educación transformadora de la Coordinación Regional de Educación Popular Alforja. https://redalforja.org.gt/mediateca/2018/01/15/escuela-sub-regional-de-formacion-politico-pedagogica-para-una-educacion-transformadora-de-la-coordinacion-regional-de-educacion-popular-alforja/

Funprocoop. (2011). Cartillas de formación de la serie Escuela Campesina. (4 cartillas). Fundación Promotora de Cooperativas: San Salvador.

Cartilla 1: Para hablar de economía.

Cartilla 2: Clase e identidad campesina.

Cartilla 3: Agricultura y lógica de acumulación capitalista.

Cartilla 4: Luchas campesinas en El Salvador.

______. (varias fechas). Memorias de la Escuela Político Pedagógica Campesina. Fundación Promotora de Cooperativas: San Salvador.

Tomasino, Erick. (2012). Las tareas en los procesos de formación política. Red Alforja: San Salvador. https://drive.google.com/file/d/1JIcSEAfizcG6IZ0Gcebgqz7YOxuvmDQ7/view

Notas 

1Ver: Bickel, Ana. (2005).

2Serjus: Servicios Jurídicos y Sociales de Guatemala. Cencoph: Centro de Comunicación y Educación Popular de Honduras.

3También a la Comisión de acompañamiento territorial, vinculada a la lucha por la defensa de los ríos, las comunidades y el agua.

4Concejo de Educación Popular de América Latina y el Caribe.

5Redlar: Red Latinoamericana de Afectados por Represas. MOVIAC: Movimiento de víctimas y afectados por el Cambio Climático.

6CNTC: Consejo Nacional de Trabajadores del Campo. MONARES: Moviminento Nacional de Afectados por Represas de El Salvador. FNA: Frente Nacional Agropecuario.

7Asecsa: Asociación de Servicios Comunitarios de Salud. Odesar: Organización para el Desarrollo Económico y Social para el área Urbana y Rural.

8Aún cuando entendemos que la formación debe ser parte de la estrategia de la organización/movimiento, desde esta experiencia, muy raras veces se llegó a vincular el proceso formativo de la escuela con la apuesta estratégica de las organizaciones participantes.

miércoles, 8 de marzo de 2023

Cine salvadoreño dirigido por mujeres

La producción audiovisual en El Salvador ha crecido en los últimos años. Sin llegar ni por asomo a ser una industria, los esfuerzos para producir cine documental y de ficción nos presentan una diversidad de enfoques sobre la realidad salvadoreña, en este caso específico, comparto algunas producciones dirigidas por mujeres. Este breve listado se centra en aquellas que se pueden encontrar en plataformas para ver de forma gratuita:

30 de julio de 1975. La masacre (2008).

Guion y dirección: Roselia Núñez.

Testimonial que recopila el surgimiento de los movimientos estudiantiles en latinoamérica y El Salvador, así como la represión sufrida por el estudiantado de la época, en particular contra la marcha del 30/07/1975.


 

María en tierra de nadie (2011).


Guion y dirección: Marcela Zamora.

Documental que denuncia la situación de las inmigrantes centroamericanas que, en algunos casos, se exponen al secuestro, las violaciones, los atracos y, en el caso más extremo, la muerte. Estas aberraciones hacen que cruzar la frontera entre México y Estados Unidos se convierta en una completa odisea.


Paula (2011).

Guion y dirección: Brenda Vanegas.

Mariana tiene que decidir entre quitarse la vida o quitarle la vida a su violento compañero.

Vídeo en el enlace: https://vimeo.com/73831963?embedded=true&source=vimeo_logo&owner=10230293

Espejo Roto (2013).


Dirección: Marcela Zamora.

¿Cómo viven los hijos e hijas de uno de los países más violentos del mundo? El Documental “Espejo Roto”, entra en la vida de los niños salvadoreños para mostrar cómo crecen “detrás de los barrotes de su casa”. Se trata de niños que han visto morir a sus padres o los han visto partir hacia otro país y no volver jamás; niños que crecen en comunidades dominadas por pandillas.

 

Las Muchachas (2013).


Dirección: Marcela Zamora.

El Salvador las llama "las muchachas" y las trata a menudo como hace cuatro siglos a las africanas traídas a América para trabajar de esclavas: con distancia racial, con desprecio. Visten uniforme, tienen horario, tareas y salario de explotación, sufren humillación, acoso, violaciones. Así trabajan la mayoría de ellas en el siglo XXI. Rompen el silencio sumiso para contarnos sus historias.
Cualquier parecido con otras formas de violencia y abuso laboral no es mera coincidencia, es herencia cultural.

 



Los ofendidos (2016).


Guion y dirección: Marcela Zamora.

Durante la guerra civil salvadoreña, el padre de la directora y miles de personas más fueron capturadas y torturadas por el Estado. Estas son algunas de esas historias.

Vídeno en el enlace: https://www.arcoiris.tv/scheda/it/21357/

Ampersand “Los polos opuestos no se atraen” (2019).

 

Dirección: Helen Guzmán.

Theodoro Sol, un lustrador de zapatos que trabaja en la Plaza Morazán de El Salvador. La vida de este personaje cambia cuando conoce a una niña, quien tiene un mensaje especial para él.


 Hay muchísimas producciones más, que por el momento no se encuentran de forma gratuita, algunas a la fecha se están proyectando en salas de cine de El Salvador y otros países mientras que otras participan en festivales internacionales. Espero poder ir actualizando este listado.

 

 

lunes, 7 de noviembre de 2022

Cantata de puentes entre la violencia y la esperanza

 


Cantata de puentes entre la violencia y la esperanza


Erick Tomasino. 10/03/2022.

Preludio

La canción, desde la perspectiva hegemónica, tiene la función de reproducir las ideas dominantes sobre las distintas dimensiones de la vida en cada época como forma de dominación cultural. En cambio, la canción desde la concepción de los sectores subalternos, es una expresión que acompaña los procesos de reivindicación, denuncia las situaciones de injusticia y orienta a imaginar nuevas formas de relaciones humanas. La confrontación entre ambos enfoques se suscribe a la dimensión de la lucha ideológica.

Tomando en cuenta que la creación de estos mensajes es realizado por sujetos con aspiraciones, intereses y posturas políticas, la canción popular de protesta es en cierto modo, un espacio para la militancia socio-política, tanto de quienes las crean como las agrupaciones que las ejecutan siendo acordes a los momentos en los que surgen y, en América Latina, ha sido una forma de manifestación frente a contextos de violencia socio-política.

Esa es precisamente la tesis central de la publicación de Scruggs titulada:Música y el legado de la violencia a finales del siglo XX en Centro América”, que enfatiza la relación entre el canto popular y la situación de violencia experimentada en los países centroamericanos entre la década del 70 al 90 del siglo pasado, por lo que esta comunicación tiene como objetivo realizar un comentario crítico a ese trabajo.

Motivo

Latinoamérica en su conjunto, evidenció un período de auge revolucionario a partir los años 60 inspirado por el triunfo de la Revolución Cubana, en el que surgieron o se fortalecieron importantes movimientos que tenían como objetivo luchar contra regímenes autoritarios y por generar condiciones para la transformación social. En el caso centroamericano, este período tuvo manifestación entre los 70 y 90, con mayor repercusión en Guatemala, El Salvador y Nicaragua bajo la concepción de procesos de liberación nacional contra las dictaduras (Almeida y Urbizagástegui, 1999).

Es este el contexto en el que Scruggs ubica su análisis y al que denomina de “período de violencia”, donde producto de ello, surgieron también importantes productos culturales incluida la canción popular como manifestación de los conflictos políticos en la región.

Scruggs parte de sus conocimientos como etnomusicólogo complementado sus apreciaciones con su experiencia personal viviendo en la región en los años 80; para su estudio retoma una variedad de canciones centrándose en la relación contexto-producto cultural / violencia-canción. La canción, en estos casos, tuvo el rol de fortalecer la conciencia política de amplios grupos poblacionales, describiendo las problemáticas existentes, manifestando mensajes de esperanza por los cambios y procurando la movilización popular para alcanzarlos o como él lo expresa, la canción tenía como función “motivar e inspirar a la audiencia a la que se dirigía, para contribuir a que lo aparentemente imposible pareciera posible”.

Por otra parte, en este período de violencia, también es evidente la relación existente entre la movilización revolucionaria con una nueva expresión del canto popular que buscaba beber de las raíces de la cultura popular, con un lenguaje acorde a los tiempos que se vivían, tal como lo señala: “Casi todas las narraciones de esta época mencionan la posición fundamental que tuvo la música al transmitir mensajes políticos y sociales bajo condiciones de tiempos de guerra, y con el fin de ayudar al proceso de movilización ideológica y física inmediata de la población”. De tal manera que se puede aseverar que los cantores también eran militantes orgánicos comprometidos con esa causa, muy en sintonía con todo el movimiento de cultura popular latinoamericano.

Como contrapunto a la definición del período como de violencia, parece que esa manera de nombrarlo deja por fuera que para los sectores populares comprometidos con la lucha por un proyecto político liberador, también fue una etapa esperanzadora, por lo tanto de construcción utópica, en el que la violencia [revolucionaria] fue necesaria pero no fue solo eso.

Por otro lado, siguiendo su línea de ideas, Scruggs define como “post-violento”, al período posterior a los conflictos armados, que para estos países no resultaron propiamente ajenos a nuevas formas de violencia, si entendemos por violencia el uso de la fuerza contra el derecho de otra persona (Martín-Baró, 1997), por lo que post-violento no sería acertado. Los cambios estructurales con la imposición de la doctrina neoliberal significó un mayor retroceso en las condiciones de vida de amplios grupos poblacionales que se vieron más empobrecidos. Esta observación es reconocida por el mismo Scruggs al cuestionarse sobre el período de los 90 (post-violencia): “Aunque no haya disparos, ¿no es esa también una forma de violencia social?”. Y siendo un nuevo período, parecería que el canto popular también sufrió modificaciones frente a un contexto desesperanzador y en apariencia los motivos del canto dejaron de existir.

Por lo anterior se puede afirmar que la canción popular de protesta es producto y al mismo tiempo estuvo reforzada por el contexto en el que surgió, que ayudó a la movilización de toda una generación oyente que fue al mismo tiempo militante con esperanza de una causa liberadora.

Coda

El trabajo de Scruggs es importante en tanto evidencia que a través del canto popular se pueden comprender los contextos en los que surgen, pues es “la música entendida como comunicación humana y como construcción cultural que tiende en última instancia a beber del manantial del optimismo del espíritu humano” también es puente que denuncia lo establecido y anuncia lo que está por construirse. Si la canción tiene una función social y un posicionamiento político, es pertinente plantearse ¿Qué hay en la actualidad que cumpla esa función en las luchas de ahora? Será necesario entonces construir nuevos puentes sobre los cimientos del pasado.

Referencias bibliográficas

Almeida, Paul y Urbizagástegui, Rubén. (1999). Cutumay Camones. La música popular en el movimiento de liberación nacional en El Salvador. Red Latinoamericana de Historia Oral. Artículo original en inglés publicado como “Cutumay Camones: Popular music in El Salvador’s National Liberation Movement”, Latin American Perspectives 26:2, 1999, 13-42. Disponible en: https://www.academia.edu/1365424/CUTUMAY_CAMONES_LA_M%C3%9ASICA_POPULAR_EN_EL_MOVIMIENTO_DE_LIBERACI%C3%93N_NACIONAL_DE_EL_SALVADOR

Martín-Baró, Ignacio. (1997). Acción e Ideología. Psicología social desde Centroamérica (I). San Salvador: UCA.

Scruggs, T.M. (2006). Música y el legado de la violencia a finales del siglo XX en Centro América. Trans, revista transnacional de música. N 10. Disponible en https://www.sibetrans.com/trans/article/144/musica-y-el-legado-de-la-violencia-a-finales-del-siglo-xx-en-centro-america

sábado, 22 de enero de 2022

22 de enero de 1932 en la música


Por: Erick Tomasino.

El 22 de enero de 1932, inicia el levantamiento indígena y campesino. La crisis mundial de finales de la década de los 20 y comienzos de los 30 provocaría un derrumbe de los precios de los productos de exportación salvadoreños, principalmente el café que se cultivaba en forma intensiva en la región occidental, de modo que los campesinos vivían en una situación de miseria insoportable motivó a miles de trabajadores indígenas y campesinos a un levantamiento contra la dictadura y la oligarquía.

El historiador Héctor Lindo, en su artículo "Políticas de la memoria: el levantamiento de 1932 en El Salvador" narra así los hechos: 

"El 21 de enero los periódicos anunciaban que el gobierno había abortado un complot comunista en la capital y declarado estado de sitio en seis  departamentos. Alrededor de la medianoche, entre el 22 y el 23 de enero, las fuerzas rebeldes atacaron comunidades en el oeste del país: Tacuba, Ahuachapán, Juayúa/Salcoatitán/Nahuizalco, Izalco, Sonsonate/Sonzacate, y Colón. Atacaron primero sitios estratégicos y las principales edificaciones que representaban el poder del estado: cuarteles de policía, oficinas de telégrafos, oficinas municipales. También asaltaron casas de terratenientes y saquearon comercios locales. Los rebeldes descargaron su ira contra miembros de los grupos de poder: alcaldes, cafetaleros, comerciantes, y comandantes militares...

La respuesta del gobierno fue rápida e implacable. En cosa de tres días las tropas del ejército, capaz de oponer sus ametralladoras al improvisado y escaso armamento rebelde, habían recuperado el control de todas las localidades que habían tomado los alzados en armas, y empezó una represión de proporciones sin precedentes. Con la ayuda de las “Guardias Cívicas”, grupos de jóvenes civiles armados que se organizaron rápidamente en los primeros días del alzamiento, las tropas gubernamentales iniciaron la eliminación sistemática de miles de personas, en su mayor parte indígenas y campesinos, que parecían sospechosas de haber participado en el alzamiento o de ser simpatizantes. Dependiendo de quién haga el cálculo, la cifra de víctimas de la represión oscila entre 5.000 y 35.000". (Lindo, 2004, p. 291).

Este acontecimiento que marcó la vida del país y considerado uno de los mayores levantamientos populares en América Latina, ha sido abordado desde diferentes expresiones artísticas. En relación a la música, se presenta una muestra de ello. 

Yolocamba I Ta: Homenaje a los héroes de 1932

Escrita por Paulino Espinoza e interpretada por el grupo Yolocamba I Ta. Originalmente llamada "A los caídos de 1932" en el disco El Salvador: su canto, su lucha, su victoria, amaneciendo. (Peñón Records, 1980) y como "Homenaje a los héroes de 1932" en el álbum Vamos Muchachos - Canción A El Salvador. (Alemania, pläne, 1981).


Luis López y el grupo Anastacio Aquino: Todos

Versión muscalizada del poema "Todos" de Roque Dalton. Aparece en Álbum ¡Con la unidad hacia la victoria El Salvador vencerá! (1980). Lea más sobre este tema (aquí).


Mahucutah: Cantata de luz y lucha

Colaboración entre el poeta Heriberto Montano y el compositor Luis Herodier, se llevó a cabo, a  finales de los años 70s, la Cantata de Luz y Lucha o Cantata sobre 30 mil cadáveres. Grabada en los estudios de Radio Moscú, en 1980 y posteriormente prensada en un disco de acetato de 33 RPM, en  la República Democrática Alemana. Para conocer más sobre el grupo Mahucutah y el álbum Cantata de luz y lucha puede hacer clic (aquí).


Adrián Goizueta: Farabundo Martí

Parte de la banda sonora de la película "El Salvador, el pueblo vencerá" (Fondo Musical Latinoamericano, 1981) escrita por el compositor argentino-costarricense, el álbum contiene el tema Farabundo Martí. (Lea más sobre este tema).


La Cosa Encantada: Cuscatlán 

Con letra de Sebas Sol y música de Ramón Portillo, el grupo La Cosa Encantada dedica su tema Cuscatlán a los acontecimientos de 1932.  Grabado en directo (Estudios DVK, 2016).


Indezoquixtia: Todos

Adaptación del poema de Roque Dalton "Todos", la canción titulada “Medio muertos” fue grabada en el año 2016 y forma parte del álbum compartido junto a la banda Aeon Veil titulado Yei (Nocturnal Entretaiment Productions, 2016).


Indezoquixtia: Doce Muerte

Del disco Autóctono, Indezoquixtia presenta "Doce Muerte" con la siguiente descripción: "El calendario indicaban un 22 de enero de 1932 pero el calendario indígena marcaba doce muerte, así mismo ese día hacia erupción el volcán de Izalco marcando la fecha de una de las insurrecciones más sangrientas de América latina". Música: Antonio Morán y letra: Daniel Córdova y Saúl Audon.





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Texto citado: Lindo Fuentes, Héctor. (2004). Políticas de la memoria: el levantamiento de 1932 en El Salvador. Revista Historia Nº 49-50, enero-diciembre, pp. 287-316.