Vivo por las tardes
dos o tres horas
de las cuales no
quisiera
ser testigo
A veces pienso que
estoy vivo
y siento
y soy uno con tu
aliento
Resucito cada tres
treinta
a la sombra del gentil
almendro
cómplice de mi faro en
tus misterios
Cuando imagino ser
yo mismo tiemblo
Pero estoy vivo y eso
es ser uno
y más vital
es estar esas dos o
tres horas
antes de evidenciar el
alba
y
fallecer
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