13
Tengo
la vista con más alta definición del lugar. Casi puedo atravesar el
simulacro.
Casi
podría señalar las grietas de lo invisible y bajar por ellas hasta
encontrar la raíz tierna y jugosa y masticar, masticarla
ceremoniosamente.
No
soy alguien que se deje impresionar por los fragmentos. Jamás veo
una ruina sin antes haber sentido el terremoto o la guerra que
redujera su orgullo a la mínima expresión de la lástima.
Pues
tengo la vista con más alta definición del lugar. Abarca unas cinco
columnas vertebrales de ancho por tres aparatos digestivos de alto.
Hay segundos en que cierro los ojos y al abrirlos han pasado todos
los trenes de alta velocidad.
Todos,
y
no he tenido la rapidez de elevar el pañuelo y decirles adiós.
Cada
dos días hay menos pájaros en quién confiar. Han pasado semanas,
así que sólo me queda leer sus vísceras, como buen augur,
interpreto la forma de sus riñones y de sus detritos. Mascullo
oraciones incomprensibles para un espíritu del siglo XXI.
En
ellas, existen nada más lo mejores dioses, los más escépticos y
enviciados con el video. Ellos se apiadan de mí y comparten sus
archivos.
Nos
quedamos viendo a David Lynch, toda la noche.
19
No
sé cuánto se practica para lograr esa cara de asco refinado.
Los
android se broncean en algún tipo de zen minimalista que escapa a
mis rastreos.
Hay
un asco para cada cosa, para el cansancio de las dos, para el
hartazgo del lunch, lo importante es hacer el mohíno y desplazarse
rápido por los pasillos, sin mirar a los lados y con los nudillos
del puño bien pegados a la costura del pantalón.
Unas
veces se habla con total camaradería y otras veces se odia, con una
intensidad láser que desconcierta. Estiro el cuello sobre el corral
y puedo ver los puntitos rojos en la nuca del vecino. El jefe es un
francotirador avezado, con su pulso inconmovible bien pudo disputarle
un par de medallas a Vasili Záitsev. O sos el lobo o sos el nazi
caído con los pantalones abajo.
El
decorado cambia constantemente. Frío verde, pájaros que vienen, dan
su charla en los cables y se van. No hay noticias y si las hubiera,
se recibirían con el sentido de extrañeza que un astronauta percibe
cuando, flotando en la estación espacial, ve la tierra y se pregunta
¿existe la muerte? ¿to be or not to be?
El
asunto es que la mueca debe ser perfeccionada a diario, frente a
todos, face off.
De
lo contrario, se corre el riesgo de que los espejos revienten y que
los teclados se conviertan en blancas piranhas tatuadas,
alfabéticamente.
Bibliografía
Fabricio Estrada
Sabanagrande,
Francisco Morazán, Honduras, octubre, 1974
Libros
publicados:
Sextos
de Lluvia, 1998
Poemas
contra el miedo, 2001
Solares,
2004
Imposible
un Ángel (antología), 2005
Poemas
de Onda Corta, 2009
Blancas
Piranhas, 2011
Sur
del mediodía, 2013
Antologías:
-
Cien Años de Poesía Política en Honduras, Roberto Sosa, 2003.
-
La Hora Siguiente, Poesía Emergente de Honduras, Salvador Madrid,
2006
-
Las Rutas del Viento, antología luso-española, Alfredo Pérez
Alencart, Madrid, España, 2005
-
La Herida en el Sol, antología Poesía Centroamericana Contemporánea
UNAM, México, 2008 Puertas Abiertas,
-
Puertas Abiertas, Antología de Poesía Centroamericana, Sergio
Ramírez-Fondo de Cultura Económica-México, 2011
-
Cuerpo Plural, Poesía Hispanoamericana Contemporánea, Gustavo
Guerrero - Instituto Cervantes de Madrid 2010
-
Apresurada cicatriz, Instantáneas de poesía centroamericana,
Ediciones Literal, México D.F., 2013.
Artículos
sobre cultura y política publicados en
Brecha de Uruguay, Patria Grande de Venezuela, El Clarín de Chile,
América Latina desde Abajo (Marco Coscione) Edición dominicana
-2010 y artículos en Rebelión de Cuba. V Festival La Poesía Tiene
la Palabra, Casa de América, Madrid-España, 2005 Invitado especial
para el programa de Televisión Española Internacional “Casa de
América”, junio del 2005.
No hay comentarios:
Publicar un comentario